Los judíos controlamos América y los norteamericanos lo saben

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Si estas palabras las hubiera pronunciado cualquier periodista, bloguero o analista político, hubiera sido tildado inmediatamente de antisemita, de conspiranoico o de creyente en gobiernos mundiales en la sombra en manos de judíos avaros y ávidos de poder. Pero no, la frase —aunque obviamente fue desmentida— la pronunció Sharon el 3 de octubre de 2001 en una radio israelí en una conversación con Shimon Peres y refleja con toda crudeza lo que viene sucediendo en Estados Unidos durante las últimas décadas con la política internacional y, sobre todo, con la relación con el estado sionista y todo lo que le rodea. Pero ni si quiera ha sido la única de su género, Olmert se jactó en público de que EEUU votaba en la ONU lo que él mismo indicaba o exigía a Bush a tenor de la aprobación de la resolución 1860 del Consejo de Seguridad en la que se pedía el fin de la guerra de Gaza.

En marzo de 2006, dos investigadores de la prestigiosa facultad John F. Kennedy de Gobierno perteneciente a la Universidad de Harvard publicaron un estudio titulado «El Lobby Israelí y la política exterior de los Estados Unidos» que ponía de manifiesto que el incondicional apoyo a Israel de EEUU estaba yendo en contra de los intereses de su país en muchos frentes, pero sobre todo en la denominada lucha contra el terrorismo, su principal caballo de batalla en los tiempos que corrieron tras el 11S. Los autores no eran becarios o estudiantes recién licenciados, se trataba de John J. Mearsheimer (Director del Departamento de Ciencia Política de la Univeridad de Chicago) y Stephen M. Walt (Decano Administrativo de la John F Kennedy School of Government, Universidad de Harvard). Básicamente, ambos profesores osaron decir que Estados Unidos enfrenta un problema de terrorismo porque es un estrecho aliado de Israel, no porque ambos países estén unidos enfrentando una amenaza terrorista compartida, que es lo que suelen contarnos interesadamente los mass media.

Sin embargo, a raíz de la publicación del documento fueron machacados sin piedad. Poner encima de la mesa que el congreso norteamericano estaba literalmente tomado por el lobby sionista de la AIPAC era más de lo que podía esperarse de una universidad, decir ya incluso que la AIPAC es un agente de un gobierno extranjero que está poniendo en peligro la seguridad de EEUU, iba contra todos los dogmas de fe que las relaciones públicas del lobby (así se le conoce en Washington, a secas, sin epítetos) han ido construyendo a través de su notable influencia en los medios de comunicación, en las propias universidades y en los think tanks del imperio. A pesar de ser un best seller, el libro de Mearsheimer y Walt fue básicamente ignorado por los medios de comunicación, siguiendo al pie de la letra el modelo de propaganda descrito por Chomsky y Edwards en su estudio del funcionamiento de los medios de comunicación de EEUU: Los guardianes de la libertad. Propaganda, desinformación y consenso en los medios de comunicación de masas.

Por eso en estos días conviene traer a colación tanto las palabras de Sharon como las de Olmert y las de ambos investigadores. Cuando —por fin— se pone de manifiesto pública y masivamente que Israel está en contra de toda negociación y que únicamente quiere constituir su estado bíblico, el Eretz Israel, desde el río Jordán hasta el Mediterráneo en contra de toda la palabrería que contiene la propaganda oficial del sionismo desde hace casi cien años, merece la pena recordarlos. Y es que las declaraciones oficiales de los portavoces de Israel nunca han tenido equivalencia sobre el terreno, particularmente desde el fin de la Guerra de los Seis Días, cuando comenzó la apropiación del terreno conquistado y el establecimiento de colonias permanentes dentro de suelo palestino, en el que hoy viven más de 300.000 judíos en su mayoría fanáticos ultraortodoxos armados hasta los dientes.

El reto de Obama en estos días, una vez que la reforma sanitaria ha logrado salir adelante (aunque recortada en cuestiones fundamentales) es obligar a retomar unas conversaciones de paz reales en las que se parta de los inalienables derechos del pueblo palestino reconocidos por la legalidad internacional y con un calendario cerrado de establecimiento de un estado viable. Eso es algo inaceptable para el sionismo, incluso para el más moderado, que pretendía finalizar la limpieza étnica de Jerusalén, las obras del muro del apartheid y las carreteras sólo para judíos para unir los asentamientos, antes de sentarse a una mesa de negociación. La  solución prevista ante las más que esperables negativas palestinas a su doloroso ofrecimiento sería una desconexión al estilo de la practicada en Gaza. Y como un estado nunca sería viable en esas condiciones, sobre todo por la falta de continuidad, la esperanza israelí se basaba en doblegar —aún más— a los palestinos para que aceptasen integrarse como poblaciones de derecho en Egipto y Jordania, dos estados  absolutamente controlados por Estados Unidos y, por ende, por el lobby sionista a las órdenes de Israel.

La idea expresada por Shamir en la frase «les haré negociar veinte años sólo para superar el primer paso», ya no parece tener más validez para el aliado norteamericano. Las tesis de Mearsheimer y Walt han sido asumidas en público hasta por el todopoderoso general Petraeus. El jefe del Comando Central de Estados Unidos declaró recientemente que «la intransigencia israelí pone en peligro a las tropas norteamericanas que combaten en Irak, Afganistán y Pakistán.» Pero aún fue más allá en su comparecencia ante el Senado del 16 de marzo de este año:

«El conflicto fomenta sentimientos antinorteamericanos debido a la percepción de un favoritismo de estados unidos hacia israel. La ira de los árabes en torno a la cuestión palestina limita la fuerza y profundidad de la cooperación con los gobiernos y pueblos en la área de responsabilidad y debilita la legitimidad de los regímenes moderados en el mundo árabe. Mientras tanto, para movilizar sus apoyos, al qaeda y otros grupos militantes explotan esa ira. Este conflicto (israelo-palestino) también permite que Irán ejerza una influencia en el mundo árabe a través de sus clientes, el hizbola libanés y hamas».

Eso equivale a decir que solucionando el problema palestino de manera satisfactoria el conflicto con Irán bajaría muchos enteros y la república islámica perdería buena parte de su apoyo regional. Puede parecer algo obvio a este lado del Atlántico pero oírlo en el Senado de EEUU en boca de un destacado guerrero seguro que haría agachar la cabeza a más de una señoría.

Podamos o no considerar crisis a lo que está sucediendo en estos días entre los sempiternos aliados estratégicos. El disenso EEUU-Israel ha alcanzado tal dimensión que, al menos a nivel de opinión pública, la vuelta atrás es harto complicada. Otra cosa diferente será que se logre enterrar el caso con algunas medidas concretas de suavización de la paupérrima vida de los palestinos bajo el yugo sionista (retirada del Tsahal a las posiciones del año 2000 en Cisjordania, liberación de presos, congelación de asentamientos, etc.), pero haría falta algo muy muy grande para que el tema palestino saliese ahora de la agenda internacional. Quizá una nueva guerra regional, quizá un nuevo 11S…

Obama tiene ante sí el reto de demostrar que tiene las riendas de la política exterior norteamericana o que le gobierna un pequeño estado teocrático, fundamentalista y belicoso. También se enfrenta a una promesa electoral de las más sonadas de su campaña: disminuir la influencia de los lobbys en la política de su país. El objetivo que —dicen— se ha marcado es que al final de su mandato el conflicto árabe israelí esté solucionado o en puertas de solución. En fin, no queda mucho para comprobarlo.

33 Comentarios

  1. Alomojó es que Obama, en su rifi-rafe con Netanyahu, está poniendo en marcha el ventilador de las arrogancias israelíes ante el pueblo estadounidense.

    Con lo cual, la animadversión hacía Israel y a su poderoso lobby en USA irá «in crescendo», de tal forma, que estos tendrán que arrugarse para evitar males mayores. Aunque, eso ya se verá si funciona así; que el poder mediático sionista tiene demasiado poder.

  2. Cuando la última gran ofensiva (masacre) de Gaza, ni los medios de prensa afines a Israel que son la mayoría en EEUU pudieron contener un desvío de la opinión pública hacia la causa palestina. Creo que el terreno está abonado incluso allí, ahora hay que fomentar el boicot a los productos israelíes y llevarlo a sus cotas más elevadas en todos los campos, pero sobre todo en el cultural, que es donde tiene más repercusión. Si voy teniendo tiempo me gustaría montar una sección de la web de manera permanente sobre estos temas para colar ahí todo lo que vaya saliendo, de hecho ya está colocada en las pestañas de la parte superior de la web.

    Por otro lado, hay que presionar a los partidos políticos europeos para que dejen de vender armas a Israel porque no se respetan los derechos humanos y condicionen los acuerdos económicos preferenciales a la solución del conflicto, amenazando incluso con sanciones de seguir en la actual tesitura. Es una vergüenza que el parlamento europeo se pronunciara contra el acuerdo de asociación UE-Israel y que no se haya actuado en tal sentido. Ese podría ser otro frente de presón

  3. Muy bueno el artículo Juanlu, Ojala se mueva algo en el apoyo que le da USA a Israel, pero no volvamos a caer en conceder demasiadas esperanzas a Obama. Nos esperemos nada y así nos escocerá menos, pero por desear que no quede. Por cierto, me ha alucinado lo de «El lobby»

  4. juanlu,quizas sea algo equivocado lo q te voy a decir .si los judios(sionistas)dominan a ee uu ¿podrian dominar al resto de los paises?,por otra parte¿q le paso a usa,siendo anglosajona y protestante,q los judios llegaron a dominarla,siendo,en epocas no muy remotas,tan racista y discriminadora,por ejemplo,hacia negros, latinos o catolicos?

  5. No creo que puedan tener un grado de influencia semejante al de EEUU, no obstante Argentina se lleva la palma tras gringolandia, la mayoría de los foreros que machacan en castellano a las webs propalestinas son de allá, lo mismo que los bibliotecarios de la wikipedia que se encargan de manipular lo que se escribe en ella o de censurar a medios como Rebelión para evitar que sea usado como referencia.

    Con respecto a lo que dices, hay una convergencia religiosa entre los cristianos integristas evangelistas y los judíos más ortodoxos. En resumen viene a decir que cuando se establezca el poder del pueblo judío sobre Palestina vendrá de nuevo el cristo a la tierra, de ahí el cristosionismo neocon. Busca por la web si te interesa el tema y podrás profundizar en lo que te señalo en plan bestia. A mi me da repelús sólo de pensar que haya frikis con poder que puedan dejarse llevar por chorradas de estas…

  6. Israel y EE.UU. juntos, en duras y maduras

    Vicky Peláez | 2010-03-30 | El Diario NY

    “Por ti, Israel, trituré las naciones, hombre y mujer, viejo y niño, joven y doncella”. —Jeremías 51, 20-23

    La supuesta “crisis” entre Estados Unidos e Israel, divulgada ampliamente por los medios para consumo interno norteamericano, y que mostraba la “cara dura” de Washington, es en realidad un simple desacuerdo entre dos países incondicionales, sobre la táctica y el momento para fortalecer y expandir el Estado de Israel. Las discrepancias comenzaron durante la reciente visita del vicepresidente norteamericano Joseph Biden a Israel, cuando se anunció en Tel Aviv la construcción de 1,600 unidades de vivienda en el Este de Jerusalén, y que según la Resolución 303 de la Asamblea de las Naciones Unidas aprobada en 1949, pertenece a los palestinos, mientras que la occidental a los judíos.

    Estados Unidos se sintió muy molesto por el anunció, dijeron que representaba un abierto desafío al pedido de Barack Obama de parar esas construcciones judías en territorio palestino. Con esto Israel mostraba abiertamente al mundo su poder sobre Washington y lo hacía precisamente cuando la popularidad de Barack Obama, tanto dentro como fuera de su país, se halla en descenso y aumenta la desconfianza en el Medio Oriente. Pero la molestia EE.UU sólo consistió en suspender el envío de componentes de precisión (JDAM) para trescientas bombas “inteligentes” “anti-bunker” que les entregó anteriormente. El resto sigue igual. No les congeló la donación de 250 millones de dólares para adquisición de aviones C-130J para lanzar las bombas. Ni tampoco dijo que las 1,600 viviendas son parte de un proyecto de 50,000 casas en territorios palestinos ocupados.

    Desde su creación en 1947-1948, Israel es fiel guardián de los intereses norteamericanos en el Medio Oriente. La idea inicial fue de los británicos, cuando en 1839 evaluó las noticias sobre abundantes yacimientos de petróleo en el Medio Oriente, así, elaboró la formación de un Estado “europeo” poblado por judíos para controlar la región y sus recursos. Después de la caída del imperio británico, la batuta pasó a los Estados Unidos, convirtiéndose Israel en su protegido. Es sabido que lo armó con 200 bombas nucleares y le financia generosamente con no menos de unos 15 mil millones de dólares al año.

    La Guerra de los 6 Días en 1967, que permitió la expansión de Israel a Cisjordania, al Este de Jerusalén, a las alturas de Golán, al territorio sirio, a la Franja de Gaza y al Desierto de Sinaí, fue planificada en 1965 por Washington y Tel Aviv. No es secreto que en 1969 Washington dio su visto bueno al nuevo proyecto de los asentamientos y tiene ahora 500,000 israelíes viviendo en Cisjordania y Jerusalén del Este, mientras a los 100,000 palestinos de Jerusalén del Este se les niega acceso a su ciudad. Las 19 resoluciones de las Naciones Unidas condenando esta práctica, no significan nada para Israel porque su política de expansión está avalada por su gran protector. A la vez, el poder de la comunidad judía en Washington llegó a tal nivel que, como dijo en un programa de radio en el 2001, el ex primer ministro israelí Ariel Saron a su ministro Simón Peres: “no te preocupes de las presiones norteamericanas, nosotros los judíos controlamos América y los americanos lo saben”. La reciente carta de 300 congresistas norteamericanos mostrando su apoyo a Israel, lo confirma.

    Vicky.pelaez@eldiariony.com

  7. juanlu,cuando se establezcan en palestina……¡¡¡¡¡PERO SI TIENEN A PALESTINA EN UN PUÑO!!!!!.tanta locura por el dinero necesita de una justificacion igual de demencial.ellos creen en yaveh,yo en el chapulin colorado.y cualquier sionista q quiera comparar ambos personajes ,me encantaria q lo hagan….¡¡no contaban con mi astucia!!!

  8. si en españa tuvieran lo que hay que tener expulsarían al responsable español del Mossad, como por otra parte han hecho en Inglaterra

    Y como dices, probablemente estaría organizando atentados en nombre de al Qaeda, algo parecido a lo que hacían los ingleses pillados en Basora

  9. unas perlas de la reseña del libro….

    Surgido como corriente milenarista en la Inglaterra decimonónica, implantado en los Estados Unidos por el pastor John Nelson Darby y crecido al calor del fundamentalismo evangélico norteamericano, el sionismoi cristiano considera que sólo cuando el pueblo elegido de Israel esté en posesión de todo el territorio comprendido entre el río Éufrates y el río Nilo (Eretz Israel, el Gran Israel, tal como lo recoge el Génesis) tendrán lugar los acontecimientos anunciados por las profecías bíblicas: el Armagedón (la batalla final) y la segunda venida de Cristo para instaurar el Reino de Dios. A falta de datos precisos, los expertos consideran que hay decenas de millones de personas en Estados Unidos que comparten estas creencias.

    El sionismoi cristiano ha jugado un papel histórico determinante en la creación y sustento del Estado de Israel. Este rol se ha reforzado en el curso de las últimas décadas, y en la actualidad continúa desempeñándose de las más diversas formas, desde la presión política en Washington y el adoctrinamiento masivo a través de los medios (véanse los casos de Pat Robertson y del finado Jerry Falwell, o la citada saga de los Left Behind) a la financiación directa de la emigración judía a Israel y de los asentamientos de las ocupadas Cisjordania y Jerusalén Este.

  10. juanlu,creo q sos muy benevolo al tildarlos solo de tarados mentales,gentuza como esa puede provocar un caos bastante jodido.hacete una sumita;fanatismo absurdo+dinero y poder politico+armas =(?)…

  11. «la frase —aunque obviamente fue desmentida— la pronunció Sharon el 3 de octubre de 2001 en una radio israelí en una conversación con Shimon Peres y refleja con toda crudeza lo que viene sucediendo en Estados Unidos durante las últimas décadas»

    Por que no pones un enlace para que podamos escuchar esa frase?

  12. Perro, es una sola frase que refleja un hecho manifiesto descrito bastante profundamente comportamientos, evidencias, estudios e investigaciones, no te quedes en la superficie, es una anecdota a modo casi de ilustracion

  13. No sera tan anecdota, cuando es el titulo.
    Encontraste esa emision de radio o debemos suponer que es un hoax?

  14. juanlu,hay una cuestion sencilla.el hecho q no se pueda encontrar una grabacion radial,no implica q no exista esta declaracion,ya q personas ,seguro de buena fe,la mencionan como un hecho real.ademas ,teniendo en cuenta la bestialidad de sharon,resultan declaraciones livianas y obvias.te voy a poner un ejemplo;en 1973 ,independiente juega con la juventus en la final del mundo.los hinchas argentinos presentes en ese partido juraban y perjuraban del golazo de bochini.nuestros rivales,decian q era mentira ,invento,q era una fabula,como el señor de los anillos,por la sencilla razon de q ese partido no fue transmitido por tv en directo.pasaron 34 años y se vio el video original….

  15. El título es sólo un buen gancho provocador (de hecho echaba de menos algunos comentarios esperables), la información que hay dentro es mucho más que eso. Según acreditaron los trabajadores de la radio israelí fueron declaraciones fuera de onda, de esas que abundan tanto en nuestro país. No hay una sola referencia a que se tratase de un hoax tanto en la prensa en inglés como en la castellano parlante. Sólo hubo un desmentido pero poco más, lo mismo que cuando lo de Olmert y Bush, esas cosas no pueden reconocerse nunca en público.

  16. un entresacado de texto interesante….

    La simple suposición de que el antisionismo pueda ser igual a antijudaísmo es una imposibilidad lógica porque los sionistas más extremos y fanáticos son cristianos, unidos en los “sionistas cristianos” cuyo líder, el pastor, John Hagee, afirma que son 50 millones. (1). La historia ha mostrado –por ejemplo en el singular y excepcional acuerdo Ha’avara que los nazis alemanes podían ser muy pro sionistas. Además, la idea de que todos los judíos, por lo menos los de los países alemanes, deberían ir a Palestina y construir su propio país fue presentada por uno de los más fanáticos antisemitas jamás habidos, el escritor alemán Wilhelm Marr. Lo hizo 17 años antes de Herzl en su folleto Vom jüdischen Kriegsschauplatz publicado en1879. Fue él quien inventó e introdujo la palabra antisemitismo y por lo tanto consolidó el cambio del antiguo antijudaísmo, basado sobre todo en motivos teológicos, al más virulento antisemitismo que pretendía basarse en diferencias raciales.

  17. juanlu,vos fijate una cosa;en el cercano oriente el unico pais q posee arsenal nuclear es israel.por ende el unico q puede hacer uso del mismo,eventualmente o no es israel.si israel es tan bueno y es el pueblo de dios¿para q necesita armas nucleares?¿no basta con dios?.como decia marx,el unico dios de israel es el dinero y queda totalmente demostrado por la historia.

  18. Porque sera que los europeos no quieren a los judios,en cambio en norteamerica es diferente,se tiene una mejor imagen de los judios que en europa,de ahi que grandes emigraciones de estos hacia america,principalmente a ESTADOS UNIDOS,CANADA y ARGENTINA,pero la mayoria de los argentinos tampoco tienen una buena imagen de los judios,en la cual cada vez tienen mas poder.
    Yo estoy a favor de los asentamientos judios en Jerusalem y la limpieza etnica hacia los palestinos,estos pueden vivir perfectamente en Egipto y jordania y hacer de jerusalem totalmente judia.

  19. Heliodoro, creo que tú mismo te respondes, ¿alguien es su sano juicio puede estar a favor de la limpieza étnica (del racismo) y pretender que otros lo apoyen y entiendan? Los palestinos son palestinos, no egipcios, y menos para que polacos, rusos o americanos vayan a quitarles sus casas.

    Los judíos de Israel tienen apoyo donde la manipulación de los medios de comunicación es más patente, donde hay algo más de libertad de prensa, se les acabó el chollo. Incluso en EEUU la cosa está cambiando, los crímenes del estado cruzado son tan patentes que es una de las naciones más odiadas del planeta, no tienes más que ver la encuesta de la derecha…

  20. Portada :: Palestina y Oriente Próximo
    25-11-2012

    Grabado en video: Lo que los israelíes piensan realmente de los estadounidenses
    Netanyahu desenmascarado

    Justin Raimondo
    ICH/Antiwar

    Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens

    En 2001, Bibi Netanyahu hizo una visita de condolencias a un grupo de colonos israelíes en la aldea de Ofra, viudas cuyos esposos habían muerto en la Intifada: la conversación grabada en video acaba de ser filtrada y transmitida por el Canal 10 de Israel, y es todo un éxito.

    En una parte, Bibi dice a las viudas que los palestinos “piensan que nos forzarán”, pero no se preocupen, señoras, Bibi tiene un plan:

    “Golpearlos. No solo un golpe, sino golpes que sean tan dolorosos que el precio sea más de lo soportable. Ahora el precio no es demasiado alto para que lo soporten. Un gran ataque contra la Autoridad Palestina. Llevarlos al punto de temer que todo se esté derrumbando…”

    Mujer: “Espere un momento, pero entonces el mundo dirá ‘¿cómo es posible que estén conquistando de nuevo?”

    Netanyahu: “El mundo no dirá nada. El mundo dirá que nos estamos defendiendo”.

    Mujer: “¿No tiene miedo al mundo, Bibi?”

    Netanyahu: “Especialmente en la actualidad, con EE.UU. Sé lo que es EE.UU., es algo fácil de mover. Mover en la dirección correcta”.

    Un niño habla, y con una elocuencia sorprendente, afirma: “Dicen que están a favor de nosotros, pero, es como…”

    Sí, incluso los niños son pequeños ideólogos. Hoy ese niño es un adolescente al borde de la edad adulta, y probablemente un ferviente partidario del gobierno ultraderechista de Israel, dirigido por Bibi, quien entonces, lo tranquilizó rápidamente: “No se pondrán en nuestro camino”. El niño, partidario de la línea dura que era y sin duda sigue siendo, pareció tener dudas: “Por otra parte”, lanzó el chico, “si nosotros hacemos algo, ellos…”

    Entonces Bibi realmente se dejó ir:

    “Supongamos, entonces, que digan algo. ¡Pues lo dijeron! ¡Lo dijeron! Un 80% de los estadounidenses nos apoya. Es absurdo. Tenemos ese tipo de apoyo… Mira. Ese gobierno [Clinton] era extremadamente pro palestino. Yo no temí maniobrar entonces. No tuve miedo de chocar con Clinton”.

    Por supuesto no lo tuvo, porque sabía que ganaría, con los republicanos en el Congreso aprobando resoluciones que apoyaban incondicionalmente a los israelíes y AIPAC y el resto del lobby apostándolo todo para movilizar a su quinta columna contra Oslo y la idea misma de un acercamiento. Oslo era una daga en la garganta del movimiento Likud de la línea dura, que abraza explícitamente la idea bastante demencial de un “Gran Israel”, y no había modo de que Netanyahu o su partido pudieran aceptarlo sin traicionar lo que eran y lo que son. Por lo tanto, cuando una de las mujeres denunció los Acuerdos como “un desastre”, Bibi estuvo de acuerdo con ella, y reclama el “mérito” de haberlos castrado:

    “¿Qué fueron los Acuerdos de Oslo? Con respecto a los Acuerdos de Oslo, firmados por la Knéset, me preguntaron antes de las elecciones: “¿Actuará según ellos? Y yo respondí: ‘sí, dependiendo de la reciprocidad y limitando las retiradas’. ‘¿Pero cómo se propone limitar las retiradas?’ Daré una interpretación a los Acuerdos que posibilite que detenga este galope hacia las líneas del 67 [armisticio]. ¿Cómo lo hicimos?”

    Fue fácil: los Acuerdos tenían un agujero lo bastante grande para atravesarlos con un tanque de las FDI [ejército israelí], sentando como premisa la entrega de “tierra por paz” con la condición de que la tierra en cuestión no incluyera ni colonias ni instalaciones militares, como Netanyahu explicó a sus fervorosos seguidores:

    “Nadie dijo lo que definía las instalaciones militares. Instalaciones militares definidas, dije, eran zonas de seguridad. En lo que a mí se refiere, el Valle del Jordán es una instalación militar definida.

    Mujer: “Correcto” [ríe]…

    Netanyahu: “… ¿Cómo se puede saber? ¿Cómo se puede saber?”

    A continuación Bibi alardea de cómo se enfrentó a Clinton, insistiendo en que serían los israelíes, y nadie más, quienes definirían dónde se encontraba y qué era una “instalación militar”. Cuando EE.UU. puso obstáculos, Bibi se negó a firmar el Acuerdo de Hebrón, interrumpiendo de plano el proceso de paz: “¿Por qué es importante? Porque en ese momento detuve efectivamente el Acuerdo de Oslo.”

    No obstante el colono reacciona, interrumpiendo el arrebato autolaudatorio de Bibi al recordarle Hebrón, y otras concesiones encarnadas en el Acuerdo. La respuesta de Netanyahu resume la posición actual de su gobierno. Cita a su padre (“No exactamente una paloma, como dicen”) quien le aconsejó:

    “Sería mejor dar el dos por ciento que el cien por cien. Y esa es la alternativa en ese caso. Diste dos por ciento y de esa manera detuviste la retirada. En lugar de cien por ciento. El truco es no estar presente y quebrarse. El truco es estar presente y pagar un precio mínimo”.

    Esto retrata el estado actual del diálogo político en el Estado judío: el debate es entre los que quieren el 98% y los que exigen el 100%. (La única diferencia actualmente, a diferencia de 2001, es que estos últimos parecen dominar la situación: véase el ascenso de Avigdor Lieberman y su partido de dementes, que son el equivalente israelí de al Qaida.)

    Lo interesante –y embarazoso– respecto a esta filtración no es la “revelación” de que el sector de los incondicionales en EE.UU. ejerce una influencia decisiva en los responsables políticos estadounidenses: ¿quién no lo sabe? El lobby de Israel alardea constantemente de que lo hace, mientras críticas del servilismo estadounidense ante Tel Aviv lo condenan abiertamente. Lo que no sabíamos, sin embargo, es la medida del desprecio que sienten los israelíes por este hecho: “Es absurdo”, afirma Bibi, y la colona, riendo, está de acuerdo. Ella, al ser una ardiente nacionalista, no puede concebir un gobierno que coloque los intereses de otra nación por sobre la suya. Tal vez Bibi tiene una idea mejor de cómo sacaron los israelíes sacaron ese conejo del sombrero del Tío Sam, pero emocionalmente es obvio que él, también, piensa que la debilidad de los estadounidenses es incomprensible.

    Después de todo, es extraño cuando se piensa en eso: ¿Por qué el imperio más poderoso que ha conocido el mundo –una nación que gasta más en su establishment militar que todas las demás naciones el mundo junras– se humilla ante un país que apenas tiene el tamaño de Delaware? ¿Cómo es posible que todo intento de sanar esa ruptura en nuestro blindaje de la seguridad nacional y en nuestros intereses en la región –la llaga supurante de la cuestión palestina– haya terminado en un fracaso extremo, debido enteramente –como alardea Bibi– a los esfuerzos de los israelíes para sabotearlo? ¿Cómo puede el primer ministro de un pequeñísimo país, casi enteramente dependiente de la generosidad estadounidense, enfrentarse al Emperador del Mundo y ganar?

    La respuesta es que el imperialismo de EE.UU. ha creado una hegemonía global bastante diferente de los imperios del pasado: los británicos, los franceses, los romanos, los macedonios, en la medida en que es posible saberlo, plantaron su bandera en suelos extranjeros para gloria y en nombre de la nación. Es decir, fueron nacionalistas, aunque del tipo peligroso que mira hacia afuera (al contrario de la variedad introspectiva, contemplativa, que existió en EE.UU. hasta principios del siglo pasado, comúnmente ridiculizada por nuestras elites como “aislacionista”.)

    Nosotros, por otra parte, tenemos un concepto diferente. De ninguna manera reconocemos jamás que somos ciertamente un imperio, excepto cuando alguien trata de provocarnos (o a menos que sea extranjero). Suponemos que somos diferentes de todos los demás, porque, ya veis, EE.UU. –tanto según los conservadores como los liberales– es una nación que no se basa en un sentido de lugar, sino en una idea abstracta. Para los neoconservadores, es la idea de la meritocracia (que, imaginan, los hace superiores), para los liberales es “igualdad” (que, imaginan, los hace superiores).

    Lo que tienen en común, a pesar de sus diferencias superficiales, es su insistencia en desviarse del concepto tradicional de nación y, en su lugar, evocar un constructo ideológico para colocarlo en su lugar, tal como los jacobinos destruyeron los artefactos religiosos de París y erigieron en su lugar una estatua a la Diosa de la Razón. Miles de vidas se sacrificaron en ese sangriento altar antes que se acabara. Tal como cientos de miles de vidas se han ofrecido al dios estadounidense de la “democracia” con el paso de los años.

    Sin embargo, esa democracia que pretendemos practicar es nuestro talón de Aquiles, el medio por el cual un enemigo mucho más débil puede fácilmente manipular e incluso debilitarnos fatalmente desde lejos, sin ninguna demostración de fuerza, excepto en lo político. Y esa fuerza no tiene que derivar del apoyo de la mayoría estadounidense. A la mayor parte le importa un bledo todo lo relacionado con la política exterior; esta indiferencia permite que una extraña coalición de neoconservadores pro israelíes, “liberales” del partido demócrata deudores de donantes pro israelíes y fanáticos “sionistas” cristianos, domine el debate, capture la opinión de la elite, y coloque la política de EE.UU. en un sentido que Bibi admite que es “absurdo”.

    Lo que subraya este enigma es la verdad del principio «pauliano-paleoconservador» (de Ron Paul, N. de E.), repetido muchas veces de formas diferentes en este espacio, de que no se pueden tener al mismo tiempo una república y un imperio: una cosa u otra. Esto vale no solo porque los imperios defienden y extienden constantemente sus fronteras, y están en un estado de constante guerra, que requiere una autoridad centralizada y la consolidación del poder estatal, sino también debido a la peculiar vulnerabilidad de las instituciones democráticas ante la subversión extranjera. Un EE.UU. que se negara por principio a interferir en los asuntos de otras naciones tendría poco o nada que temer de los lobistas extranjeros y los quintacolumnistas: por otra parte, un imperio “democrático” en el cual el imperio está sometido a todo tipo de presiones políticas, incluyendo la necesidad de obtener cantidades obscenas de dinero solo para conservar su trono, es ciertamente “algo que se puede mover fácilmente”, como dijo Bibi.

    Tomemos, por ejemplo, este nuevo “Comité de Emergencia por Israel”, presidido por Bill Kristol, el cristiano chiflado Gary Bauer y Rachel Abrams, esposa del influyente neoconservador Elliott Abrams, que publica anuncios en Pensilvania contra el demócrata Joe Sestak. El crimen de Sestak: insuficiente servilismo hacia el lobby. Como dijo un artículo en Politico:

    “El nuevo comité se negó a revelar su financiamiento –porque por ser una organización 501(c)4 de defensa, no tiene obligación de hacerlo– pero dijo que había reunido lo suficiente para publicar su primer anuncio, a partir de esta semana, en Fox y CNN y durante un partido de los Filadelfia Phillies. El anuncio ataca a Sestak por firmar una carta criticando el bloqueo israelí sobre Gaza, por no firmar un manifiesto del AIPAC que defiende a israel y por aparecer como recolector de fondos para el Consejo de Relaciones Estadounidenses Islámicas, al que describe como una “organización anti-Israel que el FBI calificó de ‘grupo de fachada de Hamás’”.

    Por supuesto el nuevo comité se negó a revelar su financiamiento por el simple motivo de que una buena parte del dinero que alimenta el lobby pro Israel en este país proviene del extranjero. Así fue en los primeros días de AIPAC y su predecesor, como ha subrayado la invaluable investigación de Grant Smith, y cabe poca duda de que esta tradición sigue hasta nuestros días a través de grupos como la Fundación por la Defensa de Democracias, JINSA, y los Amigos de las FDI”, estadounidenses que tienen vínculos abiertos con el Ministerio de Exteriores israelí y la dirigencia de las FDI. Ostensiblemente, los grupos “estadounidenses” que subvencionan colonias israelíes en Cisjordania gozan de un estatus exento de impuestos, mientras grupos pro palestinos que tratan de operar de la misma manera se clausuran y se encarcela a sus partidarios acusándolos de apoyar el “terrorismo”. De los miles de millones de dólares que enviamos cada año ede “ayuda” al Estado judío, una parte significativa vuelve al país en forma de propaganda pro Israel.

    Legalmente, el “Comité de Emergencia” no tiene que revelar su financiamiento, pero en todo caso debería hacerlo. Es decir, a menos que no le importe dar la impresión de que Israel interviene directamente en elecciones estadounidense. O quizá sea esto lo que se proponen.

    David Frum calificó jovialmente al comité de “El nuevo descarado lobby de Israel”. Tan descarado como la posición anti-EE.UU. y el desdén categórico con respecto a Washington expresado en ese franco video de Netanyahu. Es como si estuvieran diciendo a este gobierno: “¡Intenten perseguirnos si se atreven!”

    Justin Raimondo es director de of Antiwar.com. También es autor de An Enemy of the State: The Life of Murray N. Rothbard (Prometheus Books, 2000), Reclaiming the American Right: The Lost Legacy of the Conservative Movement (ISI, 2008), y Into the Bosnian Quagmire: The Case Against U.S. Intervention in the Balkans (1996). Además es editor y colaborador de The American Conservative, socio sénior del Randolph Bourne Institute y experto adjunto del Ludwig von Mises Institute. Escribe frecuentemente para Chronicles: A Magazine of American Culture.

    Copyright – Justin Raimondo

    Fuente: http://www.informationclearinghouse.info/article25961.htm

    rCR

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