Esa cantinela la repiten en Israel como un mantra desde hace muchos años. Los voceros de la hasbará hacen lo propio en cuantos blogs o foros tienen a su alcance. Como si repitiendo una mentira mil veces ellos mismos logren convencerse de lo que dicen o consigan convencer a alguien de que un hecho tan disparatado pueda tener un mínimo atisbo de certeza. Torturas, asesinatos, escudos humanos, ejecuciones extrajudiciales, detenciones indiscriminadas, demoliciones de viviendas, destrucción de infraestructuras civiles, uso de armas químicas contra la población civil, uso de bombas de racimo, robos a los detenidos… son algunas de las prácticas habituales de este degenerado ejército, fiel reflejo de la sociedad a la que representa.
Hace unos pocos días, la ONG israelí Rompiendo el Silencio, divulgó testimonios gráficos de situaciones acontecidas durante la última invasión de Gaza. En ellas puede verse a la valiente soldadesca del Tsahal humillando a palestinos desarmados, jugando con la cacharrería de niños pequeños o cómodamente instalados en casas palestinas,… levantando una gran polvareda simultánea a las revelaciones de Wikileaks.
Y es que llueve sobre mojado. Todo esto viene a sumarse a la multitud de fotografías y vídeos israelíes que últimamente pululan por la red y sus redes sociales donde pueden verse vejaciones de todo tipo de esas que nunca se investigan salvo que alcancen los medios de comunicación como está sucediendo. Quizá algún día en Israel se den cuenta de cuáles son las consecuencias de sus actos y comprendan por qué se les considera como uno de los mayores enemigos de la paz en el mundo.