Hace un par de dÃas tomé la foto de este islote en un nuevo periplo que emprendà por tierras norteafricanas aprovechando el puente del DÃa de AndalucÃa y un viaje organizado por Ecologistas en Acción San Fernando. El paisaje del otro lado del Estrecho de Gibraltar es una auténtica pasada, el relieve costero es mucho más abrupto que su vertiente europea y proporciona vistas como la que os he subido de Laila, o como le llamamos los españolitos, la Isla del Perejil.
Este pedacito de roca se hizo tristemente famoso porque causó un conflicto diplomático con Marruecos y una refriega militar que bien podÃa haber desembocado en algo mucho más serio. El valor estratégico o militar de Laila es absolutamente inexistente, allà no vive ni un alma, sólo una cabrera rifeña que llevaba allà a pastar a sus animales en una barquita. La isla sólo es una afrenta permanente más hacia el pueblo marroquÃ, como sucede con otro peñasco que fotografié cerca de Alhucemas, el Peñón de Vélez de la Gomera.
El patrioterismo barato de los populares estuvo a punto de meternos en un conflicto de grandes e imprevisibles proporciones para preservar un Ãnfimo resto de aquel imperio colonial en el que nunca se ponÃa el sol. Qué lejos parecen ya aquellos nefastos dÃas del aznarismo, ¿verdad?