Mientras en occidente se rasgaban las vestiduras porque Gadafi usaba supuestos mercenarios extranjeros, Libia está lleno de ellos a todos los niveles, nadie parece echar cuenta, no ya a la invasión de tropas saudíes y qataríes del pequeño país del Golfo, sino al anuncio de contratación de 2.500 mercenarios pakistaníes para incrementar la presión sobre los machacados opositores e impedir la normalización democrática del país que acoge a la V Flota de EEUU destinada al amedrentamiento y a la más que segura intervención norteamericana en Irán.
Asesinatos en manifestaciones, detenciones arbitrarias, muertos en comisarías, hospitales invadidos para evitar la asistencia médica a opositores, médicos encarcelados por hacer su trabajo, ataques a domicilios de activistas con bombas lacrimógenas… es el bagaje democrático de un gobierno tiránico aliado de occidente al que nadie presiona para que efectúe reformas democráticas, al que nadie amenaza con resoluciones de Naciones Unidas y al que se le permite cualquier acción contra la población civil de su país. Bahrein sigue siendo una de las muestras más evidentes del doble rasero de la política internacional y de las mentiras con las que los gobiernos y los medios de comunicación tratan de modelar la opinión pública mundial.
