Breve repaso a la actualidad

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Para ponerse al día…

• EEUU inicia unas maniobras militares en el Caribe para, supuestamente, combatir el narcotráfico y el tráfico de personas. Para ello, no ha dudado en mandar allí, no alguna patrullera y ayuda al desarrollo, sino el USS George Washington el mayor portaaviones de su flota, otros 4 portaaviones más y una serie de buques asociados en la mayor operación militar en la zona desde los años 80. La frase matar mosquitos a cañonazos toma sentido real cuando se trata de la política exterior americana. Mentira tras mentira hasta la derrota final.

• El que los gringos hayan perdido su influencia en la región, como analiza hoy El País, no es ajeno a esas maniobras. Venezuela, Cuba y Bolivia están bien alertas a los movimientos de la flota nuclear que marcha para la zona. Quien mucho abarca, poco aprieta. Hoy mismo Bolivia ha decretado el control absoluto de sus recursos petroleros, una nacionalización de facto como las tan temidas en el siglo pasado en América Latina que provocaron tantas intervenciones directas o indirectas del imperio del norte.

• Olmert integra en su gobierno a los integristas ultraortodoxos del Shas. Creo que ahora Europa y EEUU cortarán cualquier contacto diplomático con Israel, ¿verdad?

• Se celebran 3 años del anuncio del fin de la guerra en Irak, en aquella parodia de Bush sobre el Lincoln. Con muchos militares manifestando su oposición a la gestión de Rumsfeld y manifestaciones multitudinarias en las calles, el ejército se haya completamente desmoralizado y pensando en hacer las maletas. El propio Bush manifiesta que aún queda mucho por hacer en Irak cuando acaba de superarse la cifra de 2400 muertos en la invasión.

• Mohammed el Baradei presentó su informe ante la ONU sobre el programa nuclear iraní, concluyendo que aunque ha desobedecido a la AIEA, no ha vulnerado ninguna ley internacional. Esta semana que entra se va a poner en marcha la bolsa petrolera iraní, habrá que ver si tiene repercusiones en la cotización del euro y supone el hundimiento del dólar como han pronosticado algunos agoreros. Irán ha propuesto ahora que permitiría las inspecciones en el caso de que su caso volviera a verse en el seno de la Agencia, a lo que Rice se ha negado, más interesada en llevar el tema por derroteros violentos. La imposición de sanciones sólo subirá aún más el precio del petróleo, que ya va por 10 dólares sólo por el contencioso, por lo que están anunciando que tomarán medidas unilaterales al margen de la ONU.

16 Comentarios

  1. a ver Juanlu, o es una provocación o no tienes ni idea acerca de Israel.
    Shas es un movimiento populista y religioso que defiende a los sefardies y mizrahi, mayoritariamente judios que salieron de los paises árabes a partir del 15 de mayo de 1948, por el simple hecho de que su vida estaba en juego, esta parte de la población ha sido la gran olvidada de todo este conflicto. Porque siendo refugiados no tienen ni derecho al retorno ni a la recuperación de sus posesiones en los paises arabes.

    A diferencia de Hamas no usa el terrorismo contra civiles, reconoce a la ANP (se han reunido con ministros de Arafat) y han participado en las negociaciones de Oslo.

    Judio ultra ortodoxo no significa judio ultra sionista, sirvan los ejemplos de Satmar y Neturai Karta para aclararte. Es muy típico confundir ortodoxia o ultraortodoxia con nacionalismo religioso.

    P.D: Otra cosa distinta es que en un futuro votase al Shas o partidos como este, pero la diferencia con Hamas es que Shas saben lo que s jugar en democracia.

  2. joer Kfar, veo que tienes muy poco sentido del humor… si quieres vamos en serio. Aunque el Shas sea un partido para la defensa de los denostados orientales, no deja de tener un componente integrista religioso bien fuerte, no hay más que ver las declaraciones de su rabino jefe y los problemas que le va a poner a Olmert para la fijación de sus fronteras unilaterales.

    Lo bueno es que también puede entrar en el gobierno del Kadima otros ultraortodoxos, los del Judaísmo Unido del Pentateuco, un partidillo moderno que recuerda más a las películas del Monty Python (si se me permite la broma) que a otra cosa.

  3. Tengo sentido del humor pero por favor no compares al shas con hamas.

  4. A veces ahora da risa, pero en los tiempos del PP me llegaba a dar hasta miedo.
    Ahora, él nunca se lo pasa bien, tiene la bilis subida.

    (Flipo, una turba de gente gritando a la puerta de casa, tocando las bocinas y rascando los aceleradores de las motos… ¿se ha aprobado el estatut andaluz? No, el Barça ha ganado la liga)

  5. hombre, es diferente, no se quién es ese hombre pero sabiendo cómo se las gastan los sionistas puedo apostar a que las bromas israelíes acabarán en su muerte en menos de un par de añitos, no tiene sentido del humor porque simplemente está acojonado…

  6. Perdona que te ponga estos enlaces para que veas que en este programa se satiriza tanto sobre Abu Tir el ministro de hamas de la barba roja teñida que con Sharon, Olmert, Peretz, Katsav…

    http://youtube.com/watch?v=YTZWd_IR9GQ&search=eretz%20nehederet

    http://youtube.com/watch?v=S4Nz5Q1e8UA&search=eretz%20nehederet

    http://youtube.com/watch?v=qZkWpa7TqcE&search=%D7%A0%D7%94%D7%93%D7%A8%D7%AA

    http://youtube.com/watch?v=qqlNPuMIuDg&search=%D7%A0%D7%94%D7%93%D7%A8%D7%AA

    p.d: Estan en hebreo pero liberate de prejuicios y echale un vistazo no te va a pasar nada (bueno a lo mejor te ries)

  7. no tengo prejuicios, leo a muchos judíos, ojeo el Haaretz de vez en cuando, trabajo con algunos… pero seguro que a los demás que satirizan en el programa no les van a enviar un avioncito teledirigido cargado de misiles como el que seguramente matará a Abu Tir… ese hombre estará cagado por la popularidad que está dando la tele

    un poco de empatía basta

  8. Ese hombre consiguio la popularidad antes de salir en Eretz Nehederetz y no creo que por salir en el programa lo quieran matar.

    Ese hombre vive en Israel, es ciudadano israelí aunque no reconozca a Israel y quiera su destrucción cuando ha necesitada atención hospitalaria en Israel la ha tenido como otro ciudadano más.

  9. Uno de los mejores análisis que he leído hasta la fecha sobre Irán que, aunque parte de algunas premisas bastante dudosas, tiene lógica y sentido común en el planteamiento:

    Pasos hacia la ‘guerra preventiva’ en Irán
    GEORGE S. MCGOVERN | WILLIAM R. POLK – 08/05/2006

    El hecho de que cualquier Estado posea o fabrique armas nucleares es algo peligrosísimo para todo el mundo. La crisis cubana de los misiles demostró que una guerra nuclear, ya sea por accidente o no, es algo mucho más factible de lo que cree la mayoría de la gente. Por lo tanto, a todos nos conviene que Irán no fabrique armas nucleares.

    ¿Por qué iba a hacerlo? Desde la época del sha, Irán ha querido tener esa opción. En apariencia, se trata de una ambición irresponsable ya que crear un programa de armas nucleares es muy caro, y mantenerlo, aún más. Por otra parte, durante la fase de adquisición el país comprador corre un gran peligro ya que las otras potencias podrían intentar frenar sus intenciones mediante un ataque armado.

    Hoy en día, la respuesta breve a ese porqué es que Irán teme a Estados Unidos. En su discurso sobre el Estado de la Unión de enero del 2002, el presidente Bush incluyó a Irán en su eje del mal.De los otros dos estados, Washington atacó y destruyó al régimen de Iraq; el otro, Corea del Norte, advirtió a Estados Unidos que ya poseía la bomba, por lo que la Casa Blanca acabó dando marcha atrás. Al régimen de Pyongyang, tener la bomba le ha permitido alcanzar una seguridad casi absoluta. El hecho de no tenerla (y, como ya sabemos, ni tan siquiera de intentar fabricarla) no salvó a Saddam. La moraleja es: fabrica la bomba y estarás a salvo. Estados Unidos se basó en este principio en su relación con la Unión Soviética, que aplicó la misma política con respecto a nosotros; China, India, Pakistán e Israel siguieron el mismo camino.

    Irán afirma que no está intentando fabricar armas nucleares. Nosotros optamos por no creerlos porque si estuviéramos en el pellejo de los dirigentes iraníes intentaríamos obtener una lo antes posible. Pero, después de reconocer que la fase de adquisición es muy peligrosa, haríamos justamente lo mismo que los iraníes: resaltar las intenciones pacíficas, negociar y, al mismo tiempo, trabajar para, en el menor tiempo posible, proporcionar al Gobierno iraní y a Irán la seguridad que sólo se consigue mediante la obtención de la bomba y prepararse para iniciar una guerra no convencional en caso de ser atacados.

    ¿Qué está haciendo Estados Unidos para impedir todo esto? Se ha embarcado en una serie de acciones que los iraníes harían bien en considerar amenazadoras: además de una campaña de propaganda que está generando una sensación de crisis y está movilizando una especie de coalición contra el régimen de Teherán, aviones estadounidenses sobrevuelan Irán para recopilar información sobre objetivos; Estados Unidos ha introducido de forma encubierta varios equipos de fuerzas especiales en Irán para que recaben información y fomenten la revuelta; ha organizado simulacros de batalla en California y otros lugares para entrenar a soldados; ha hecho acopio de provisiones y armas (incluidas bombas destruye búnkers)en una red de bases que rodean totalmente Irán, y ha proporcionado a Israel 106 cazabombarderos F-16i de gran autonomía y un gran número (se dice que más de quinientas) de bombas convencionales (aunque es probable que puedan convertirse en nucleares) de una tonelada. El vicepresidente Dick Cheney ha declarado públicamente que Israel podría tomar la decisión de usarlas, lo que es un mensaje diplomático en clave que significa «no nos opondríamos». Todo esto, sugerimos, garantiza que los iraníes se apresurarán al máximo para conseguir una bomba.

    Pregunta: ¿posee Irán ya un arma nuclear? Nadie lo sabe. No supimos que Israel las poseía hasta muchos meses después de que lo lograra y tampoco supimos que Corea del Norte también disponía de ellas hasta que nos lo dijeron. Lo que sí sabemos es que: 1) hasta hace unos años, en 2000-2001, el Gobierno estadounidense ayudó a Irán para que consiguiera una bomba; 2) Irán adquirió como mínimo información y, a buen seguro, algunos componentes o incluso algo más de Pakistán, y 3) durante la desintegración de la Unión Soviética todo aquel que tuviera dinero – e Irán lo tenía- podía comprar cualquier parte del arsenal soviético. Sabemos que los robos o ventas de componentes prosiguen ya que se han interceptado algunos. Por lo tanto, no es imposible que en algún momento de esta crisis cada vez más grave, los iraníes anuncien que ya poseen un arma, del mismo modo que hizo Corea del Norte. Entonces, en caso de que Estados Unidos atacara, sus tropas de Iraq se convertirían en rehenes, igual que las tropas que tiene Corea del Sur en la actualidad.

    Dejando a un lado la posibilidad de un ataque nuclear, ¿cuáles son los peligros que corre Estados Unidos en caso de que ataque a Irán?

    A los estadounidenses les han dicho en repetidas ocasiones que el pueblo de sus enemigos se alzará y les dará la bienvenida. La experiencia demuestra que esto es una esperanza vana: tal vez los rusos odiaban a Stalin, pero no dieron la bienvenida a los alemanes; tal vez los alemanes odiaban a Hitler, pero no dieron la bienvenida a Estados Unidos, Gran Bretaña o la Unión Soviética hasta que los aplastaron; en la época de la Bahía de Cochinos, a los estadounidenses les dijeron que los cubanos odiaban tanto a Castro que bastaría un pequeño empujón para derrocarlo. Y los neoconservadores que rodean a Rumsfeld, Cheney y Bush les contaron lo mismo sobre Iraq. Tal y como dijo el neoconservador Richard Perle, «con flores en las manos».

    La gente no hace eso. Se opone a los extranjeros que invaden su país.

    Debemos asumir que el Gobierno iraní sabe esto. Lo que sabemos seguro es que han comprado una gran cantidad de las armas adecuadas, que durarían varios años, para librar una guerra de guerrillas, que las han distribuido entre su pueblo, y que disponen de alrededor de 150.000 soldados leales de la Guardia Revolucionaria que encabezarían una guerra de guerrillas. Una invasión de Irán involucraría al invasor en una guerra que haría que el conflicto bélico al que Estados Unidos y Gran Bretaña deben hacer frente en Iraq pareciera muy sencillo. Se ha afirmado que el señor Rumsfeld ha declarado que esa reflexión era una «locura». Tenía razón. Pero mientras escribimos este artículo, las acciones que estamos realizando indican que el proceso de invasión ha empezado. Antes de que atacáramos Iraq oímos el mismo tipo de desmentidos.

    Tal como los estadounidenses han aprendido en Iraq, las guerras de guerrilla son caras. Las asignaciones presupuestarias de este año ascienden a 101,8 millardos de dólares y un estudio llevado a cabo por autoridades competentes predice que Iraq le va a costar a Estados Unidos un total dos billones de dólares. Sin lugar a dudas, Irán le costaría más. A buen seguro, mucho más.

    Además de la guerra de guerrillas, ¿qué más pueden hacer los iraníes si Estados Unidos o Israel los atacan?

    Tienen, como mínimo, dos y tal vez más medios a su disposición: en primer lugar, pueden cortar la producción de petróleo lo suficiente para provocar un aumento del precio del barril. Algunos expertos en la materia predicen que podría alcanzar cifras de entre los 200 y los 400 dólares. Los economistas creen que el efecto que tendría en la economía mundial sería desastroso.

    La segunda carta que tienen los iraníes es que su religión estatal, el chiismo, posee un gran número de adeptos en Líbano, Arabia Saudí, Bahrein y otros estados, y que ahora también es el poder dominante en Iraq. Un ataque contra Irán supondría prácticamente una declaración de guerra contra el islam, lo que acarrearía una serie de consecuencias impredecibles pero graves.

    Una posible tercera arma que los iraníes tienen en las manos es un ataque encubierto contra objetivos europeos y estadounidenses de todo el mundo. Teherán ha dicho que echaría mano de todos los medios a su alcance si Estados Unidos los ataca. Así pues, de hecho, Washington convertiría a Irán en el aliado de Al Qaeda y otros terroristas. Nosotros los extranjeros consideraríamos a los iraníes un pueblo muy fiero, pero deberíamos tener en cuenta el dicho francés: «Este perro es muy fiero; cuando lo atacan se defiende». Sin lugar a dudas, harían todo lo que estuviera a su alcance, en cualquier lugar, para atacar a aquellos a los que consideran enemigos.

    ¿Y si Estados Unidos se limitara a ataques aéreos? Desde el punto de vista iraní, los ataques aéreos son una acción igual de grave que los asaltos de comandos o una invasión. Matarían a un gran número de iraníes y destruirían gran parte de su economía. Por lo tanto, es probable que su reacción fuera la misma.

    También es discutible el hecho de que los ataques aéreos consiguieran lo que persigue el Gobierno de Bush. La bomba destruye búnkers B61-11 es el arma elegida. Estudios de ingeniería indican que ni tan siquiera en la teoría puede penetrar más de cinco veces su longitud. Para horadar 50 metros tendría que medir 10 metros de largo, y las pruebas demuestran que lo más probable es que se hiciera pedazos al impactar. Aunque las lanzaran desde una altura de 12.000 metros y viajaran a una velocidad de 300 metros por segundo, se ha demostrado que no podría penetrar granito u hormigón. Así pues, tal y como el secretario de Defensa Rumsfeld declaró ante el Congreso, Estados Unidos está desarrollando las armas nucleares adecuadas.

    Si esas armas son pequeñas,de un kilotón, sabemos dos cosas sobre ellas: en primer lugar, que tienen la misma capacidad de penetración que las armas convencionales (y sabemos que los iraníes, al igual que los norcoreanos, los rusos y los estadounidenses) han reforzado sus emplazamientos clave. Muchas de estas instalaciones deben de ser subterráneas y se encuentran bajo capas y capas de granito. Lo segundo que sabemos es que una bomba tan pequeña levantará una nube de un millón de metros cúbicos de polvo radiactivo, lo que provocaría que gente de todo el mundo empezara a contraer y morir de cáncer.

    Como sabe que las bombas pequeñas no pueden hacer el trabajo,el secretario Rumsfeld pidió «un arma nuclear más fuerte». Es de suponer que se refería a un arma mayor, de cinco megatones. Pensemos en lo que podría hacer semejante bomba: provocaría un cráter tan profundo como la longitud de un campo de fútbol, y tan ancho como unos cuarenta o cincuenta campos de fútbol; produciría una bola de fuego que incineraría toda forma de vida en un área mucho mayor y provocaría heridas graves o letales a todo aquel que se encontrara en un radio de cinco kilómetros; también arrasaría la mayoría de los edificios que se hallaran a menos de 20 kilómetros. Esos efectos serían casi instantáneos; otros, más duraderos y funestos, se prolongarían durante un periodo de tiempo mucho más amplio. La nube radiactiva sería inmensa y rodearía la Tierra.

    Es más, el hecho de recurrir a armas nucleares horrorizaría a todo el mundo. Estados Unidos sería considerado en casi todo el mundo, incluso en la Inglaterra de Tony Blair, un Estado villano.

    ¿Y qué ocurre con las sanciones? Este tipo de medidas pueden destruir a una sociedad. Lo que la ONU hizo en Iraq provocó la muerte de alrededor de medio millón de niños y afectó al crecimiento de otros dos o tres millones antes de que se pusiera en marcha el programa Petróleo por Alimentos. Pero no sirvió para derrocar a Saddam. Consideradas sólo como un arma, el problema de las sanciones es doble: por una parte, un gobierno autoritario y decidido puede evitar que los efectos alcancen al núcleo duro de sus partidarios, tal como hizo Saddam y como es probable que hiciera el Gobierno iraní. Por otra, Irán aún es una sociedad relativamente subdesarrollada, por lo que unas medidas que paralizarían una economía desarrollada como la de España tendrían menos efectos. Los iraníes están acostumbrados a arreglárselas con poco y a sacarle el máximo partido. Las sanciones perjudicarían al Gobierno iraní, pero no provocarían su derrocamiento. Al contrario, es probable que convencieran a los iraníes – da igual el tipo de gobierno que tuvieran- de que deben conseguir los medios que sean necesarios para defenderse.

    Así pues, dado que la UE y Estados Unidos no quieren que Irán consiga armas nucleares y que lo que decimos y hacemos a buen seguro hará que Irán se obstine en conseguirlas, ¿qué alternativas nos quedan?

    La respuesta es simple desde el punto de vista conceptual, aunque resultaría complejo llevarla a la práctica: en primer lugar, debemos regresar a la política de rebajar el umbral nuclear. Es decir, debemos retomar el programa iniciado hace muchos años, y ahora abandonado, de reducir el arsenal que estadounidenses, británicos, franceses y rusos tienen. Esto es importante en términos absolutos y relativos: el gran arsenal de que disponemos es peligroso en sí mismo y nuestra negativa a hacer frente a ese peligro provoca indefectiblemente que los demás se muestren reacios a hacer caso de nuestras exigencias para que pongan fin a esa proliferación. De hecho, mientras los aleccionamos sobre los males de sus políticas nucleares, nosotros no hacemos más que aumentar nuestro arsenal nuclear.

    En segundo lugar, y lo que resulta más apremiante, debemos dedicarnos al desarme de la región. No podemos esperar que convenceremos a los iraníes para que no adquieran armas nucleares si Israel las tiene. Israel no ha firmado el tratado deNo Proliferación y ha hecho exactamente lo mismo que debe de estar haciendo Irán: adquirir estas armas y probarlas de forma secreta. Hoy en día, se calcula que Israel posee entre 400 y 600 armas nucleares y que es la quinta potencia nuclear mundial.

    Nuestro objetivo debería ser la eliminación de las armas nucleares en Oriente Próximo y, a la larga, lograr que otras zonas también desistieran de la fabricación de esas armas, como el sur de Asia.

    Hoy en día, sobre todo en Estados Unidos, todo aquel que critique de forma vaga o implícita a Israel es acusado inmediatamente de antisemita. Así pues, defendámonos de la posible acusación de que nuestras propuestas son injustas o perjudiciales para Israel. De hecho, el desarme nuclear de la región sería, en el peor de los casos, intrascendente y, en el mejor, beneficioso para los israelíes. Intrascendente porque Israel tiene, de lejos, el ejército convencional más fuerte de Oriente Próximo y no está amenazado por ninguna potencia de esa zona. Su seguridad no depende de las armas nucleares. Y sería beneficioso porque si se convence a las otras potencias de la zona de que no las adquieran, el poder militar convencional de Israel se mantiene asegurado; si, por el contrario, las otras potencias se sienten obligadas a fabricarlas, Israel (tal y como reconoce su Gobierno) acabará sometido a esa amenaza.

    Es necesario dar un paso hacia el desarme nuclear de la región, pero eso no basta. Lo que Estados Unidos también debe hacer es revisar la Estrategia de Defensa Nacional de Estados Unidos, que afirma bien a las claras nuestra intención de atacar de forma preventiva a los estados que puedan «convertirse en rivales o enemigos regionales capaces». Tal como prosigue el texto, «en todos los casos, intentaremos llevar la iniciativa y dictar el tempo, el ritmo y la dirección de las operaciones militares… Éstas incluyen las acciones preventivas…». Es de de esperar que la afirmación estadounidense según la cual pueden atacar y atacarán a sus «rivales o enemigos» en el momento y lugar que sólo ellos elegirán, provocará que otras naciones además de Corea del Norte e Irán busquen los únicos medios disponibles para defenderse contra Estados Unidos: las armas nucleares. Por consiguiente, se trataría de algo absolutamente nefasto para los intereses estadounidenses, y europeos, y nos expone a todos a un gran problema.

    En cuanto al Gobierno iraní, es cierto que gran parte de él resulta muy poco atractivo. Entre otros motivos porque impone a su pueblo un estilo de vida austero, rígido y fundamentalista y porque se opone a muchas de las cosas que europeos y estadounidenses valoramos. Sin embargo, hay que tener en cuenta dos cuestiones: la primera es que de un tiempo a esta parte el Gobierno de Teherán no ha participado en ninguna guerra extranjera y es poco probable que lo haga en un futuro inmediato. No supone un «peligro presente y claro» a menos que Estados Unidos o Israel lo ataque y lo obligue a fabricar armamento no convencional.

    La segunda cuestión es que aunque el Gobierno iraní resulta poco atractivo en muchos sentidos, no es, ni con mucho, peor que el de otros estados con los que europeos y estadounidenses mantenemos relaciones cordiales. Y si somos lo bastante inteligentes para reducir en lugar de incrementar la presión sobre él, podría evolucionar en un sentido que supondría un beneficio para todos. Al igual que Rusia, China y Vietnam, podría moderarse y madurar. Para gran beneficio de todos nosotros.

    GEORGE S. MCGOVERN, ex embajador de Estados Unidos en la FAO y de la ONU WILLIAM R. POLK, miembro del Consejo de Planificación Política del Departamento de Estado en la presidencia de John F. Kennedy
    Traducción: Robert Falcó Miramontes

    La vanguardia

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