Al final, las consecuencias de las fallidas aventuras imperiales no son tan inocuas como nos hacen parecer. Eso es al menos lo que se desprende de la decisión de poner en circulación dos millones de barriles diarios de petróleo de las reservas estratégicas de los miembros de la Agencia Internacional de la Energía para que las permanentes alzas de su precio no lastren la incipiente recuperación económica occidental. Ya tenemos alguna consecuencia directa de la intervención para robar el petróleo de la Yamahiria y de los fracasos en el frente bélico.
Pero quizá también tengamos una fecha aproximada para poner fin a la guerra. Esta es una medida provisional y transitoria, con fecha de caducidad. Si cuando sea imposible mantenerla en pie, Gaddafi sigue en el poder controlando buena parte del país, apenas habrá margen para que la economía pueda remontar y eso es algo que no se pueden permitir muchos de los países implicados, que están gastando dinero público en una agresión militar cuando están recortando gastos sociales a su población a marchas forzadas.
Tendrán pues que acelerar las operaciones militares y su eficacia, pero con las matanzas de civiles causadas por la OTAN y mostradas al mundo, las divisiones creadas por ello en el seno de la Alianza y las enormes diferencias entre lo que acontece sobre el terreno cada día y la resolución aprobada en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas tampoco lo tienen fácil. Para colmo de males para los cruzados, el Congreso de EEUU ha rechazado la intervención por 295 votos en contra y 123 a favor que ha dejado a Obama bastante debilitado, aunque después haya conseguido frenar una votación para frenar la financiación de las operaciones y, por otra parte, Francia y EEUU andan a la gresca enzarzados porque los norteamericanos manifiestan cierto hartazgo por soportar el 75% del peso de la OTAN y porque su papel en la guerra ha pasado a ser secundario. En fin, malos tiempos para la lírica imperial…
Quince civiles muertos en varios bombardeos de la OTAN en Libia
El Gobierno insiste en que estas maniobras son parte de una campaña «de exterminio del pueblo libio». Un grupo de futbolistas de la selección nacional se une a los rebeldes.
Al menos quince personas han muerto este sábado en un nueva serie de bombardeos de los aviones de combate de la OTAN contra la ciudad libia de Brega, al este de Trípoli, anunció la agencia de prensa oficial Jana.
La agencia, que cita fuentes militares, señala que otras 20 personas han resultado heridas y que son civiles todas las víctimas de estos bombardeos en dicha ciudad petrolífera y portuaria.
Jana precisó que los ataques alcanzaron una panadería y un restaurante y que casi todas las víctimas eran personas que se encontraban en esos dos lugares.
El viernes la aviación aliada efectuó tres ataques seguidos contra Brega, que se cobraron cinco vidas entre la población civil, siempre según Jana.
El gobierno libio denunció que las operaciones aéreos contra Brega constituyen «un nuevo episodio en la campaña de exterminio sistemático del pueblo libio».
El régimen de Trípoli acusa a la OTAN de haber matado a centenares de soldados y civiles desde el comienzo, el pasado 31 de marzo, de sus operaciones militares en Libia.
La semana pasada, la alianza reconoció haber causado la muerte de «un número desconocido» de civiles en El Arda -al menos nueve según el gobierno libio- en las afueras de la capital, y atribuyó ese «error» a un fallo en un misil que hizo que éste no diera en el blanco previsto.
27/06/11
Las fuerzas de la OTAN matan civiles, niños…
Saida Benhabiles, exministra argelina, en Bengazi
Publicado por Jose Luis Forneo
La ex ministra argelina Saida Benhabiles, Premio de las Naciones Unidas sociedad civil 2001, empeñada en ver con sus propios ojos lo que pasa en Libia y la llamada «oposición», ha tenido que pedir permiso para entrar en Bengasi, ciudad controlada por las bandas terroristas y servicios secretos de la OTAN, nada menos que al ministro francés de asuntos exteriores Alain Juppé.
En las filas de los rebeldes al servicio de la OTAN ella señala que el verdadero ideologo es el «filósofo» sionista y ultraderechista francés Bernard Henri Levy. que ya participo en el ejercito mediatico de justificación de otros genocidos, como el que sufrieron los serbios, los irakis, los afganos o ahora los libios (y cuyas fotos simuladas en Yugoslavia, para justificar la intervención de la OTAN fueron olvidadas rapidamente por los medios).
Saida Benhabiles afirmó que «las fuerzas de la OTAN matan civiles, niños, mujeres, simples ciudadanos y disparan contra todo lo que se mueve. Hemos visto imágenes horribles, ni los hospitales escapan a la alianza militar…Es la masacre de un pueblo. Lo que he visto en Libia es imperdonable. En Bengasi hay mas banderas francesas que libias».
Benhabiles confirmo que la mayoria de los miembros del «ejercito» del CNT son la mayoria extranjeros, es decir, mercenarios, y que la OTAN y los medios occidentales no hacen mas que lo que han hecho habitualmente en otros casos de injerencia, «travestir la realidad de Libia».
Se trata de otro testimonio mas de la realidad vivida por los ciudadanos libios de la region de Bengasi, invadidos por los mercenarios de la OTAN y los servicios secretos, aterrorizados por ellos, y usados para justificar la destrucción y saqueo del resto del pueblo libio.
Los «soldados» del autodenominado Consejo Nacional Libio, los que enarbolan la bandera del colonianismo al que se sometió Libia durante la epoca del rey Idris, bombardean a los propios ciudadanos de Bengazi en cada conato de rebelion contra la invasion, cada vez mas habituales en la ciudad.
Esperemos que los pueblos árabes y el socialismo internacional se alcen de una vez por todas contra la organización nazifascista OTAN, que si bien nacio directamente del nido de la serpiente nacionalsocialista, del que se nutrió ideologicamente, fue un proyecto de EEUU en sus planes de recoger el testigo imperialista nazi, con el que compartia ya antes de la SGM tantos objetivos, y que en el siglo XXI está superando con creces sus crímenes.
Las declaraciones originales se pueden leer en frances en Le Temps d´Algerie
No quisiera mostrarme demasiado eufórico, sin embargo, parece que el conflicto en Libia va camino de finalizar. Debe ser por ello, que andan con festejos en Tripoli.
El hijo de Gadafi dice que Libia está negociando con Francia
Francia pide una salida política a la guerra en Libia
Francia llamó a negociar con Khadafi
«Le hemos pedido que hablen entre ellos», afirmó Longuet, cuyo gobierno hasta ahora ha sido de los más duros con Libia, en la cadena de televisión francesa…
Occidente trata de cerrar a toda costa la guerra en Libia
El cansancio por el estancamiento militar fuerza una solución incluso pactando con Gadafi
El día que empezaron los bombardeos sobre Libia, el 19 de marzo, pocos daban algo más que unos días al régimen de Muamar Gadafi. Hoy, cuatro meses después, lo que en palabras del presidente francés, Nicolas Sarkozy, y del primer ministro británico, David Cameron, sonaba a paseo militar se ha convertido en una guerra en toda regla, cuyo curso no termina de definirse.
El estancamiento del conflicto, la incapacidad de los sublevados libios de afianzar sus frágiles avances militares y el coste económico de la guerra están poniendo a prueba no sólo la capacidad militar de los países que participan en la coalición coordinada por la OTAN, sino también el crédito político de quienes promovieron la operación militar.
Aunque no hay datos oficiales del conjunto de las operaciones en Libia, se conocen cifras como que, en junio, EEUU había gastado 505 millones de euros; Reino Unido, 228; Francia, 160; Italia, 142 y España, 43.
El cansancio de una guerra que ejércitos de países como EEUU, Francia y Reino Unido (los más implicados) y otros como España deben compaginar con la de Afganistán, está llevando a Occidente a forzar la máquina para lograr una solución política. El martes, el primer ministro francés, Alain Juppé, confirmó que «países de la OTAN» han mantenido contactos con emisarios de Gadafi y que una solución política «está tomando forma».
«La guerra está estancada: los avances de los rebeldes no son lo suficientemente significativos para revertir la situación y ninguna de las partes puede vencer a la otra excepto por desgaste. El régimen de Gadafi está sufriendo las sanciones internacionales y los ataques aliados y no puede mantenerse a largo plazo. Una negociación política está cerca», pronostica Enrique Ayala, general de brigada en la reserva y experto de la Fundación Alternativas.
El dictador libio, abocado a abandonar el poder, negocia a cambio de immunidad. Para ello, explica el general Ayala, «se está evaluando la posibilidad de que Gadafi se quede en Libia, pero apartado del poder». Esa sería la vía que le permitiría eludir ser procesado por la Corte Penal Internacional, que le ha imputado por crímenes de lesa humanidad.
Mientras se negocia con discreción con el régimen de Gadafi, los aliados dieron ayer el impulso definitivo para el reconocimiento internacional de la dirección de los rebeldes libios, el Consejo Nacional de Transición (CNT), como representante de su pueblo. En la cuarta reunión del Grupo de Contacto sobre Libia, celebrada en Estambul, no sólo este organismo reconoció al CNT como «autoridad gubernamental legítima de Libia», sino que también lo hizo Estados Unidos, un país que al principio se había mostrado reticente a ello.
«Hasta que se instaure una autoridad interina, EEUU reconoce al CNT como la legítima autoridad gubernamental en Libia y tratará con él sobre esa base», afirmó la secretaria de Estado, Hillary Clinton. El Grupo de Contacto presentó también una hoja de ruta para la transición libia que plantea una negociación entre los dos bandos, una vez que Gadafi deje el poder, bajo la dirección del enviado especial de la ONU, Abdelilah al Jatib.
Gadafi podría quedarse en Libia, apartado del poder, según un experto El reconocimiento otorgado ayer al CNT no sólo trata de conferir «legitimidad» a una dirección rebelde que aún debe demostrar si representa a los libios, sino que abre la puerta a que los sublevados puedan acceder a miles de millones de dólares de fondos libios en el extranjero que habían sido bloqueados. Un dinero que utilizarán, al menos en parte, para financiar la guerra contra Gadafi.
Una desbandada militar
Para Félix Arteaga, investigador principal de Seguridad y Defensa del think-tank Real Instituto Elcano, «la falta de horizonte temporal de esta operación militar, mal planteada desde el punto de vista operacional, militar y de inteligencia, está obligando a los aliados a hacer lo que no querían, aunque todos niegan estar negociando con un Gadafi que basa su salida en su impunidad personal».
La OTAN, explica este experto, «busca ahora una solución rápida». Máxime cuando en agosto empieza el ramadán, el mes sagrado de los musulmanes, lo que hace prever un mayor estancamiento de la guerra (pese a que la Alianza ha confirmado que no detendrá los bombardeos).
«Si se respeta el ramadán, y no hay grandes batallas en agosto, llegaremos a septiembre y entonces se puede producir una desbandada militar, con tripulaciones exhaustas (la OTAN lleva más de 15.000 operaciones aéreas y más de 3.000 ataques a objetivos en tierra) y con equipos al borde del estrés operacional. De ahí la urgencia de hallar una solución para una guerra que está poniendo a prueba a la Alianza», asegura Arteaga.
Sobre la legitimidad política como futuro gobierno del CNT, Arteaga considera que esta debe ser decidida «por el pueblo libio» y de una manera «menos arbitraria» de lo que se ha hecho hasta ahora. «A la OTAN le viene muy bien negociar con el CNT, lejos de saber si representa o no a la población. Está bien negociar con ellos, pero no usarlos como interlocutor definitivo: hay países que incluso están ya negociando los contratos petrolíferos», señala.
Mucho más grave es, en opinión de este experto, que esta operación militar que usó «el principio de la responsalibidad de proteger como excusa para una intervención que obedecía a otros fines, como el propósito de derrocar a Gadafi de ciertos países, ha dado la puntilla a este novedoso concepto de las relaciones internacionales». Una circunstancia que perjudica a Siria, donde sería de aplicación este principio, y que demuestra que «hay un doble rasero». Arteaga concluye: «Ahora hay mucho interés en acabar con esto y pasar página en Libia. El riesgo que corremos es cerrar esta guerra en falso».