¿Qué lleva Solana bajo el brazo a Teherán?

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El Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares garantiza el derecho al enriquecimiento de uranio a cualquier signatario del mismo:

Article IV

1. Nothing in this Treaty shall be interpreted as affecting the inalienable right of all the Parties to the Treaty to develop research, production and use of nuclear energy for peaceful purposes without discrimination and in conformity with Articles I and II of this Treaty.

Por lo tanto, no hay ninguna razón objetiva para prohibirle a Irán la continuación de su programa nuclear civil. Máxime cuando los inspectores de la AIEA afirman no haber encontrado una sola prueba de que los fines del mismo encubren un programa de desarrollo de armamento atómico. Así lo ha reconocido la comunidad internacional cuando hace unos pocos días defendió enérgicamente ese derecho en Malasia en el encuentro del Movimiento de Países No Alineados, que agrupa a un total de 116 países, tal y como se recoge en el comunicado final de la organización.

En ese contexto se entiende que Solana va en estos momentos camino a Teherán para ofrecer algunas prebendas a Ahmadineyad para tratar de conseguir que Irán renuncie al derecho inalienable que tiene cualquier país de desarrollar fuentes de energía para abastecer las necesidades de su población y su economía. Pero bien grandes tienen que ser los regalos para que los iraníes cedan parte de la soberanía nacional, no creo que se dejen convencer con unos espejitos brillantes y cuatro abalorios.

Sea como fuere el desenlace, una cosa es segura. La propuesta de los países del Consejo de Seguridad es un reconocimiento implícito de la legalidad del programa nuclear iraní. Eso sí que es un avance. Sólo falta que se haga explícito para sentar las bases de una negociación justa, de lo contrario podría parecer lo que hasta el momento es, una exigencia de rendición ante las amenazas del imperio, algo que el régimen iraní, tan dado a las poses dialécticas, no hará en ningún caso. Sobre todo si sabe positivamente que no podrán decretarle un embargo comercial so pena de sumir a medio mundo a una profunda crisis económica, la cual podría agravarse si EEUU o Israel toman la decisión de atacar unilateralmente a la república islámica.

La solución a la crisis creada por EEUU y Europa pasa por respetar el programa nuclear y someterlo a las mismas inspecciones de la AIEA que tienen otros estados firmantes del Tratado para asegurarse que no se sobrepasa la línea roja que separa el desarrollo civil del armamentístico. Cualquier otra consideración adicional sería una afrenta inaceptable para cualquier país soberano.

Si esto no ocurre, a Irán no le quedaría otra opción que abandonar el TNP y actuar al margen de la supervisión de los inspectores, algo que ya han hecho Israel, Corea del Norte o India con el resultado ya conocido: se han convertido en potencias nucleares.

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