Hasta el Machu Picchu y más allá

…porque una imagen vale más que mil palabras y a buen entendedor pocas palabras bastan…

Publicidad en el periódico EL PAIS del miércoles 25 de enero de 2012 pp. 46.

Con el título de “Invertir en el Perú” nos comunican las intenciones de encuentro y asociación
entre mandatarios-empresarios peruanos y españoles.

De un lado, el equipo local formado por tres Ministros…que no Ministerios: Ministro de Economía
y Finanzas del Perú, Ministro de Relaciones Exteriores del Perú y Ministro de Comercio Exterior y
Turismo del Perú.

Del otro lado, el equipo visitante, otrora colonizador, y del mismo modo que sus compañeros de
partida, individualista:Ministro de Economía de España, Director General de Upstream de Repsol,
Presidente de Telefónica Latinoamérica y Director de BBVA América del Sur.

¿Qué pretenden? Sobre esto nada escrito de forma textual pero mucho escrito con explícito lenguaje
iconográfico. Urbanización masiva; invasión de espacios naturales; explotación, modificación y destrucción
de recursos naturales y culturales…Nada que ya no hayamos sufrido en nuestra querida España peninsular
e insular.

¿Qué puedo hacer yo? Pues se me ocurre…quitar mi dinero del BBVA, no repostar más en Repsol y
cambiar de compañía de telecomunicaciones…¿y será que Santander, Vodafone, Orange, BP…andan
metidos en asuntos muy distintos a estos?

Lo que sí es de agradecer es la transparencia que caracteriza esta nueva era que ya está llegando. Al fin
nuestro políticos y empresarios (incluidos los más ruines) “hablan” con franqueza y el mensaje llega alto,
claro y conciso:

– Os la vamos a meter hasta el mismísimo Machupichu

Y con esta falta de respeto a los peruanos actuales, a la memoria de los pasados y, por añadidura, a
toda lahumanidad nos anuncian cómo y de dónde pretenden sacar un parche para colocarlo sobre
nuestra malograda economía sin remedio.

Respecto a lo cual los componentes del equipo peruano respaldados por su presidente parecen complacidos,
al fin y al cabo:

–  No hay mal que por bi€n no venga

Y así el oficio más antiguo del mundo parece no tener fin.