Iker Jiménez y la masacre de Uchuraccay (Ayacucho)

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Uchuraccay

En mis frecuentes viajes de trabajo suelo ir enganchado a algunos podcasts en el reproductor de mp3, siempre voy cargado con Los Blogueros, los oigo desde sus inicios para estar al día de la política de Washington desde la perspectiva desenfadada de una pareja de latinos divertidísimos que me hacen pasar un buen rato, luego paso a Democracy Now! el informativo diario de Guerra y Paz de Amy Goodman en castellano, indispensable para estar al día de la política exterior del imperio desde la óptica norteamericana con un evidente sesgo crítico de la izquierda que puede existir por aquellos lares.

Y finalmente, lo confieso, engancho con Milenio3 el programa de misterio de Iker Jiménez en la Cadena Ser. La verdad es que, desde pequeño me divertían los temas de la arqueología fantástica, parapsicología y misterio y para entretenerme y echar una cabezada en el tren de regreso viene bastante bien. De un tiempo a esta parte me están tocando bastante la moral, no sé si será la pertenencia al grupo PRISA, pero a pesar de jugar incesantemente a todas las conspiranoias posibles, en los asuntos con cierta relevancia sostiene las mismas tesis de cualquier neocon de la peor especie.

Andaba hoy echando un ojo a Rebelion.org cuando encontré un artículo del genial Javier Armentia, del Escéptico Digital repartiendo estopa al Iker por sus contradictorias versiones sobre la llegada del hombre a la Luna. Animado por su ejemplo, me dispuse a contar mi último cabreo con Milenio3. A la vuelta del equipo de Milenio de filmación de un viaje a Perú para un programa sobre el Cerro de los Astronautas, su director se animó a contar un episodio macabro sucedido en 1983 en el pueblo de Uchuraccay, en la región peruana de Achacuyo. Allí, supuestamente, unos campesinos hartos de estar en medio de la guerra mataron a palos a un grupo de terroristas de Sendero Luminoso. El asunto llamó la atención de varios periodistas del país que se dirigieron a la montaña para entrevistar a los protagonistas del hecho. Una vez allí, los campesinos los asesinaron de la misma manera y los enterraron siguiendo lo que parecían ancestrales rituales andinos. Una comisión de investigación presidida por el mismísimo Vargas Llosa certificó la versión que os he resumido.

Pero todo sonaba muy extraño. A finales de los 80 llegó (no sé aún como) a casa un folleto del Partido Comunista Peruano en el que trataba de mejorar la imagen de los senderistas dibujándolos como una guerrilla revolucionaria que luchaba contra el tiránico gobierno fascista del Perú. Aportaba datos «oficiales» que reconocían que Sendero estaba formado por varios cientos de miles de militantes. A pesar de oír en Onda Corta Radio Moscú y algunas radios latinoamericanas, no tenía una opinión formada de la insurgencia andina pero, a partir de aquel momento, pude investigar (¿cómo se hacía entonces en la era preinternet?) y contextualizar el conflicto en una medida más justa, donde no había ni buenos ni malos, donde tan terroristas era el gobierno, como los militares, los paramilitares o la guerrilla de Sendero Luminoso. Por eso la contundencia simplista del cuento de Iker Jiménez me resultó tan rara.

En cuestión de segundos entré en Google con mi smartphone y encontré varias versiones diferentes los hechos de Ayacucho y de la intervención de Vargas Llosa. Para empezar, el tema no debía estar tan claro cuando se organiza una comisión de investigación. El pueblo de Uchuraccay y toda la región estaba controlado por fuerzas militares que tenían la ley marcial decretada, por lo que era muy difícil creer en la versión oficial. Sin embargo, Llosa corroboró la versión de las fuerzas armadas y cubrió el hecho con un aura de misterio para engañar a la opinión pública. Lo que no se contó en Milenio3 es que Vargas Llosa acabó en la cárcel por orden del juez que investigó los crímenes que lo acusó de encubrimiento.

Al parecer el asesinato de campesinos acusados de colaboración con la guerrilla maoísta fue ejecutado por militares, quienes hicieron lo propio con los periodistas para evitar que los delataran. Obviamente, nada que ver ni con ritos atávicos ni con comportamientos extraños, sólo lo de siempre. Pero una de las máximas de Milenio3 es no dejar que la realidad te fastidie una buena historia… cuidadín.

12 Comentarios

  1. juanlu,¿q loco q es este iker jimenez, no?.de vez en cuando leo su mas alla ,hay q reeconocer q es divertido,no asi vargas llosa….el segundo video tiene una falla,el señor de las montañas y su sequito,fumadores de hachis(de ahi sale le palabra asesinos),no tenia influencia en persia,si en el libano y siria.me siguen desagradando vargas llosa y PRISA,creo q un periodismo asi,estamos en el horno….

  2. Creo que la historia ha puesto un poco las cosas en su sitio, demostrando que sendero luminoso como quiso llamarla el mundo a esta guerrilla no fue precisamente ni un grupo de terroristas, ni de fanaticos religiosos, ni de nada de eso.
    Sendero fue un grupo guerrillero de izquierda con principios comunistas, de esos que tanto abundaron en latinoamerica como resistencia a una oligarquia que no se corto en extraexplotar a sus ciudadanos. En su dia se les llamo comunistas terroristas porque de alguna manera habia que convencer a la opinion publica. Ahora que los senderistas estan reagrupandose se les llama narcoterroristas, como el rollo del comunismo ya no asusta a gobiernos ahora hay que sumarle el adjetivo de narco.
    Cometieron excesos los senderistas? claro, y que se espera en una guerra civil sucia llena de paramilitares comandados por el gobierno, y militares que no respetan los ddhh, que se puede esperar de la politica de terror inculcada por fujimori y montesinos. La gente pensaba que sendero luminoso y los tupac amaru iban a combatir al enemigo con rosas?
    Seamos honestos en las guerras todos cometen barbaries, la diferencia es que quien tiene el poder es quien cuenta las cosas y quien cuenta con los medios para limpiar sus acciones y ensuciar las del enemigo.
    Todo el asunto de Perú no es mas que un flashback de lo que ahora sucede y sucedio en Colombia.
    Y nosotros con nuestros gobiernos a la cabeza somos culpables de alimentar eso de que unos son muy malos y otros muy buenos.
    Saludos a todos.

  3. como anillo al dedo…

    Cómo cambiar la correlación actual de fuerzas en América Latina

    Marta Harnecker
    Rebelión

    La situación de América latina ha cambiado enormemente desde que el Presidente Chávez asumió el gobierno de Venezuela en 1998, cada vez han ido apareciendo en la región más gobiernos que se oponen a las políticas neoliberales. Ha comenzado a renacer la esperanza en nuestros pueblos. Sin embargo, los hechos de Honduras y las bases militares en Colombia son una señal de que el Pentágono ha puesto en marcha un proceso de “recolonización y disciplinamiento de la región” con el objetivo de intentar detener y, en lo posible, revertir el proceso impulsado por el Presidente Chávez para construir una América latina libre y soberana.1

    El imperio —que continúa teniendo un enorme poder militar, político, económico y mediático— no puede aceptar que los países de América latina armen su propia agenda independiente y contrapuesta a la agenda que él ha diseñado.

    ¿Qué hacer frente a esta situación?

    Si queremos hacer posible en el futuro lo que hoy parece imposible, dada la actual correlación de fuerzas, nuestra tarea es dedicarnos a construir las fuerzas que nos permitan cambiar la situación.

    El Presidente Chávez ha trabajado brillantemente para construir una fuerza internacional que pueda oponerse a la política imperial, y su éxito ha sido rotundo a nivel de los gobiernos de los países del Sur, como lo prueban las más recientes cumbres mundiales y regionales. Pero, aunque el Presidente ha insistido en avanzar en la conformación de una Cumbre de los pueblos, se ha avanzado poco hacia ese objetivo.

    Me parece clave, en este sentido, la necesidad de construir un poderoso movimiento popular continental en defensa de nuestra soberanía económica, política, cultural, comunicacional y ambiental. En apoyo solidario a los sectores sociales más desvalidos o donde hayan ocurrido calamidades. Que levante las banderas de la lucha contra el hambre, contra todo tipo de discriminación, contra la depredación de nuestro ecosistema, a favor de la transparencia administrativa y contra la corrupción. Un movimiento que si lucha por estos objetivos está, de hecho, luchando por el socialismo del siglo XXI.

    Pero no podemos pensar que un movimiento de este tipo se pueda crear por decreto, hay que empezar a construirlo en cada país y para lograrlo hay que partir creando o fortaleciendo las iniciativas locales por conformar amplias plataformas de lucha contra las políticas neoliberales implementadas por el capital financiero internacional, que ofrezca alternativas concretas de solución a los diversos sectores afectados por la actual crisis mundial del capitalismo.

    Esta plataforma de acumulación para el período de crisis cumpliría un papel de instrumento aglutinador de todos ellos.

    La profundidad de la crisis, la amplitud y variedad de los sectores afectados, la multiplicidad de las demandas que surgen desde la sociedad y permanecen desatendidas, configuran un escenario altamente favorable para empujar hacia la conformación de un movimiento de amplísima composición y enorme fuerza social, habida cuenta la legión de sus potenciales integrantes, que abarca a la inmensa mayoría de la población.

    Entre los que sufren las consecuencias económicas del neoliberalismo, además de los sectores tradicionales de la clase obrera urbana y rural, están: los pobres y marginados, los estratos medios empobrecidos, la constelación de pequeños y medianos empresarios y comerciantes, el sector de los informales, los productores rurales medianos y pequeños, la mayoría de profesionales, la legión de los desocupados, los cooperativistas, los jubilados, la policía y los cuadros subalternos del ejército. Pero no sólo debemos tener presente a los sectores económicamente afectados, sino también a todos los discriminados y oprimidos por el sistema: mujeres, jóvenes, niños, ancianos, indígenas, afrodescendientes, determinadas creencias religiosas, homosexuales, etcétera. Se trata de la mayoría de la población de nuestros países.

    A partir de esa plataforma se debería conformar un movimiento muy amplio, sin sectarismo de ningún tipo. Y para lograrlo es necesario tener una gran flexibilidad táctica, aunque sin ceder a los principios (soberanía nacional; democracia y pluralismo político; solidaridad con los más débiles…). Mucho tenemos que aprender de Fidel Castro, el gran estratega de la victoria de la lucha antibatistiana en Cuba, cuyas enseñanzas trato de resumir en mi libro: La estrategia política de Fidel: Del Moncada a la victoria.2

    De lo que se trata es de crear una plataforma para la lucha, una plataforma que permita el pleno protagonismo popular. El líder bolivariano ha dicho que no se puede resolver el problema de la pobreza sin dar poder a los pobres, mejor dicho sin que el pueblo asuma el poder; yo quiero parafrasear esto diciendo que no podremos avanzar en la construcción del socialismo del siglo XXI en América Latina —que significa la derrota de la política imperial en nuestra región— si nuestros pueblos no se convierten en los grandes protagonistas de estas luchas. El presidente Chávez tiene absolutamente claro esto. Esperamos que cada vez más presidentes latinoamericanos lo entiendan y ayuden desde el Estado que heredan a impulsar ese protagonismo creando los espacios adecuados para hacerlo efectivo, como lo han sido en Venezuela los consejos comunales, los consejos de trabajadores y otras formas de expresión del poder popular.

    Pensamos que una forma muy concreta de avanzar en la construcción de ese gran frente, que no se limite a ser un frente de siglas, sino un frente de lucha, es justamente crear espacios puntuales de encuentro o convergencia de luchas antineoliberales puntuales: los sin trabajo, los sin tierra, los sin techo, los estudiantes afectados por el sistema; los jubilados, etcétera; o convergencias en la lucha por la paz, en casos como el de Colombia, o en el rechazo a la intervención extranjera como sería el caso de Venezuela.

    Es fundamental realizar un importante trabajo ideológico de esclarecimiento de la relación entre los problemas más sentidos por la gente y las políticas económicas que las causan y a partir de allí explicar el papel que en ellas juega la política imperial, y la necesidad de construir un nuevo modelo de sociedad que permita superar esa situación. Es esencial que la batalla de idea esté relacionada con los problemas más sentidos por la gente.

    Una iniciativa que me parece podría producir resultados muy interesantes y promovería un amplio protagonismo popular sería la realización de una consulta popular en todos nuestros países acerca de la aceptación o no de la presencia de bases militares estadounidenses en nuestro subcontinente —como lo ha propuesto el presidente boliviano, Evo Morales y lo pusieron en práctica con mucho éxito los colectivos sociales y políticos de la parroquia 23 de Enero de Caracas—. Generalizar este tipo de consulta nos permitiría movilizar —en una tarea concreta común de convencimiento y de educación popular casa por casa— a militantes de las diferentes organizaciones sociales y políticas, pero aún más importante, a tanta gente y tantos jóvenes que están despertando a la política, que quieren contribuir a construir un mundo mejor, que muchas veces no saben cómo hacerlo, y que no se sienten dispuestos a militar en la forma tradicional.

    Iniciativas como estas no tienen efectos legales, pero sí tienen efectos políticos. Ya hay experiencia de esto en América Latina cuando en varios países se realizó simultáneamente una consulta popular sobre el ALCA con resultados políticos muy satisfactorios, lo que permitió generar una gran campaña ideológica de esclarecimiento y una gran movilización de resistencia contra ese pacto neocolonial en todos esos países. Este es un antecedente que no se debe olvidar cuando se escribe la historia de la derrota del ALCA.

    Pero una plataforma amplia de este tipo requiere de una nueva cultura de izquierda: una cultura pluralista y tolerante, que ponga por encima lo que une y deje en segundo plano lo que divide; que promueva la unidad en torno a valores como: la solidaridad, el humanismo, el respeto a las diferencias, la defensa de la naturaleza, rechazando el afán de lucro y las leyes del mercado como principios rectores de la actividad humana.

    Una izquierda que comienza a darse cuenta que la radicalidad no está en levantar las consignas más radicales ni en realizar las acciones más radicales —que sólo unos pocos siguen porque asustan a la mayoría—, sino en ser capaces de crear espacios de encuentro y de lucha para amplios sectores; porque constatar que somos muchos los que estamos en la misma lucha es lo que nos hace fuertes, es lo que nos radicaliza.

    Una izquierda que entiende que hay que ganar hegemonía, es decir, que hay que convencer en lugar de imponer.

    Una izquierda que entiende que más importante que lo que hayamos hecho en el pasado, es lo hagamos juntos en el futuro por conquistar nuestra soberanía y construir una sociedad que permita el pleno desarrollo del ser humano: la sociedad socialista del siglo XXI.

    Notas:

    * Ponencia presentada en el evento realizado por el CIM el 29 y 30 de septiembre.

    1. Ana Esther Ceceña, “Honduras y la ocupación del Continente», sep. 2009.

    2. Ensayo sobre el papel que Fidel otorga al trabajo político y a la política, en general, en su estrategia de lucha contra Batista. Publicado en varios países de América Latina en 1985 y en libros libres de la página web Rebelión.org http://www.rebelion.org/docs/89864.pdf

    Rebelión ha publicado este artículo a petición expresa de la autora, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

  4. Iker se ha enfadao…:

    Hace apenas dos semanas contaba en Milenio3 un caso que me había impresionado tras mi último viaje al Perú. A unos cientos de kilómetros de Huánuco, en el poblado fantasma de Uchuraccay, ocho periodistas eran mutilados por un grupo de habitantes. Nunca se supo que ocurrió de verdad en aquella noche de sangre. La comisión de Vargas Llosa demostró que había enterramiento propio de caso de exorcismo. Boca abajo, con los ojos arrancados y la lengua partida. Cuatro meses después encontraron el rollo de película donde una de las víctimas, que no dejo de disparar su cámara, mientras los destruían lentamente con instrumentos ancestrales y extraños. Como la wincha.

    Algunos sabios me llamaron exagerado. Sensacionalista. Lo que a veces dicen los que en el fondo parece que se asustan al ver las fuerzas más oscuras de la naturaleza en acción. Los que se quieren creer que esas fuerzas no existen. Los que, ahora mismo, ya estarán trabajando, en el Perú y a nivel global, para que la opinión pública no tenga una imagen muy cruda del horror y del misterio. Los que intentarán, poco a poco, que el asunto se olvide y quede sólo como una leyenda de gentes incultas. Dentro de poco a lo mejor logran decir que nada de esto sucedió. Que fueron unas simples reyertas campesinas. Todo excepto ir al fondo de la cuestión. Porque el fondo es un enigma. El enigma de lo diabólico, de la magia negra real. Algo que nada ni nadie ha logrado desterrar. Es probable que pronto se difundan noticias, datos contradictorios, para eliminar cualquier alusión a lo ritual.

  5. juanlu,…..es lo mismo q quieras pelearte con un astrologo o una gitana,q te dijo q te ibas a casar con una rubia y terminaste con una morocha….¿q es lo q tanto te hizo ese pobre infeliz?

  6. es que toca las pelotas que un crimen político se quiera encubrir con películas de misterio con ayuda de neocons del tipo Vargas Llosa, me gusta escucharlo por entretenimiento pero no soporto sus incursiones en política, deliberadas o no

  7. Sí, el tema es muy complejo para reducirlo solo a un acto de brujería o magia. Aparte de esto, hay dos cosas que no me cuadran en este caso y una es que en esa época, si se hubiese sabido que fueron los militares quienes mataron a los terroristas, nadie hubiese dicho nada, es mas los hubiesen felicitado ya que el país prácticamente estaba en guerra y en ese lugar, tomado por SL era obvio que los militares los matasen. Es mas, cuando se supo que los comuneros mataron a varios terroristas (razón por la cual fueron los periodistas) el mismo presidente felicitó esa acción. Entonces qué tenían que ocultar los militares? y el segundo punto es que es casi imposible que los comuneros hayan confundido a los 8 periodistas con terroristas ya que los terroristas eran personas iguales a los mismos comuneros, gente del campo, campesinos también seguramente; en esos lugares y en esa época no se sabia quien era o no terrorista, pero los periodistas eran de la ciudad, de hecho los diferenciaba su comportamiento, físico, forma de vestir, etc. Ojala algún día se sepa toda la verdad, aunque lo dudo.

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