srael, un día después de ser condenada por la ONU por la construcción del muro del appartheid, al constituir de hecho una anexión ilegal que va en contra de la cuarta convención de Ginebra, ha anunciado que va a continuar construyendo otro tramo del mismo internándose profundamente en la Cisjordania palestina y traspasando en algunas zona en más de 20 km la línea verde, frontera reconocida por NN.UU. entre Israel y Palestina. Como cabría suponer, invadirá buenas tierras agrícolas, importantes acuíferos y las colonias construidas en territorio árabe desde 1967, tan ilegales como las más recientes de estos últimos años. Por si fuera poco, y contraviniendo claramente la Hoja de Ruta, el camino a ninguna parte, se han planteado la construcción de 600 nuevas viviendas en los territorios ocupados. El alcalde de la colonia de Ariel insiste en que nadie debe escandalizarse por ello, ya que por encima de tratados internacionales, están las sagradas escrituras, donde dicen que todo forma parte de la tierra prometida que dios les entregó. Increíble y ridículo argumento que causaría la sonrisa de cualquier persona medianamente razonable, a no ser porque este tipo de gente controla el gobierno de Israel que está causando miles de muertos en Oriente Medio.
Pero Israel tiene que tomar una decisión crucial, anexionarse definitivamente toda Palestina y a su gente, conformando un sólo estado con mayoría de población árabe, algo realmente impensable por los efectos de la llamada bomba demográfica; relegar a la vida en el gueto a la población palestina, apenas sin agua ni terrenos cultivable, situación insostenible y verdadero vivero de violencia sostenida para toda la región; transferir, o mejor deportar a Jordania y Egipto a todos los no judíos, una barbaridad bastante estudiada por distintos gobiernos sionistas; y, por último, llegar a un entendimiento con los países árabes renunciando a ocupar nada que se encuentre tras la línea verde o canjeando las colonias por suelo israelí con similares características, ya que ningún líder palestino que de verdad lo sea admitiría otra solución. Algún día tendrán que tomar una decisión y afrontar sus consecuencias. Cuanto antes lo hagan, mucho mejor para todos. De momento prefieren la violencia de los cobardes a la paz de los valientes, pero tampoco podrán aguantar mucho tiempo.
De momento, y como estado racista que es, deberían volver los tiempos del boicot internacional al estado hebreo en foros internacionales, competiciones deportivas y tratados comerciales. Esas mismas sanciones que afrontaron tras su política belicista y anexionista.