A pesar de la manipulación televisiva —otra vez— así es como se vivió desde las gradas el himno «abreviado» de España entre las aficiones del Barça y del Bilbao durante la final de la copa del rey. Prácticamente ni pudo oírse…
Creo que es la primera entrada en el blog sobre fútbol. 😉
Aquí os dejo la comparación entre la versión de una televisión austriaca y la de TVE. Y, para terminar, los recuerdos a Esperanza Aguirre de las aficiones.
La Razón, jajajajajaja
¿hubo himno en el Vicente Calderón? La pregunta puede parecer estúpida, pero no lo es en absoluto. El himno sonó, pero no se escuchó. Por encima de él sonaban los pitos de la mayor parte de la afición de ambos equipos. Estaba previsto que durara 27 segundos, la versión corta, porque así lo dice la ley cuando no está el Rey –ayer acudió el Príncipe Felipe, que pasó un mal rato en el palco–, pero no llegó ni a ellos. Se quedó en 21 y fueron una eternidad para todas las personalidades que se citaron en el palco.
De poco sirvieron las medidas tomadas, los enormes altavoces que hacían temer por los oídos de los de la primera fila, los 100.000 vatios de potencia quedaron ahogados entre la protesta. Tampoco sirvió que la Policía requisara algunos pitos en la puerta del estadio. Se colaron muchos otros, muchos más de los que se quedaron fueran, y quien no pitaba mostraba su disconformidad con la boca. «No soy muy partidario de que se silbe», dijo en la previa Pep Guardiola, catalanista reconocido, pero persona educada. Los aficionados culés que tanto le idolatran no le siguieron en este apartado. El escenario de ayer era un campo de fútbol y en él se juega al fútbol y se deben respetar los himnos. No era el lugar. No era el Congreso o incluso la calle. Tampoco dieron ejemplo los políticos «calentando» el partido y «animando» a muchos de los indecisos a que silbaran, a que se unieran a la muchedumbre anónima que provocó que el himno fuera imposible de escuchar.