• Su oponente, Guatemala, no tiene nada nuevo que ofrecer ni al Consejo de Seguridad, ni al mundo. Es un país satélite de los EEUU a la vieja usanza que pasará sin pena ni gloria por el organismo.
• Venezuela es absolutamente impermeable a cualquier tipo de presiones del imperio, no en vano es un importante suministrador de petróleo y Usamérica no puede prescindir de sus exportaciones.
• La órbita de relaciones internacionales de Venezuela es totalmente diferente a las de cualquier otro país que de los que se sienta en el Consejo, por lo que contribuiría a ampliar la representatividad de sus miembros.
• En palabras de Chomsky, «aquellos que favorecen en la votación a Guatemala están apoyando el genocidio, la tortura y las muertes ocurridas en ese país», no en vano su principal valedor es Usamérica, el principal responsable de la pobreza y la degeneración democrática y social que se vive en el país centroamericano desde hace más de medio siglo.
• El miedo atroz de EEUU es que en el Consejo pueda sentarse alguien que pueda decir las verdades del barquero obviando las reglas de la diplomacia huera que todos usan para esconder la verdad y que obligue al imperio a mostrar su cara real ante el mundo al obligarlo a retratarse de manera permanente. La práctica habitual de retirar resoluciones que disgusten al imperio sin siquiera votarse pasaría seguramente a la historia.
• Venezuela encabezaría una vehemente oposición al actual modelo antidemocrático de funcionamiento del organismo, del derecho de veto y de su propia composición, haciendo ver al mundo la inutilidad de los esquemas de manejo planetario surgidos de la guerra fría, temas que suelen tratarse muy internamente sin que trascienda el grueso del debate y negociación al gran público.
• El genocida de John Bolton se está tomando demasiadas molestias para impedir el ingreso de Venezuela al CS, ergo debe ser algo bueno para el resto del mundo. A pesar de todo, no ha sido capaz de imponer a Guatemala ni es probable que lo consiga, ya van 35 rondas y ningún candidato ha logrado la mayoría necesaria a pesar la de ventaja del pequeño país centroamericano.
Venezuela debe seguir resistiendo, bajo ningún concepto debe renunciar a su candidatura, es la nuestra, la de muchos en el mundo que esperan una nueva forma de hacer política.