Fuente de los datos: Irak Coalition Casualties
Mal, pero que muy mal pinta octubre para el gringo invasor, con los datos cerrados este ha sido el cuarto mes más sangriento desde el inicio de la guerra, algo que incidirá negativamente en las próximas elecciones norteamericanas de noviembre.
Las fuerzas armadas estadounidenses ya han admitido su obvio fracaso para poner fin a la ola de violencia que afecta a Irak y han anunciado un cambio en la estrategia a seguir para lograrlo sin haber explicitado en qué consistirá, aunque algunos hablan de que la única manera de pacificar el país es pedir la ayuda de Irán y Siria, dos de sus peores enemigos en la zona, que no se prestarán a ello a menos que los dejen tranquilos y EEUU obligue a Israel a devolver los territorios robados a sus vecinos.
Para colmo, las milicias de Al Sadr, el ejército del Mehdi acaba de anunciar la toma de Amarah, una ciudad de 750.000 habitantes en la zona británica, destruyendo con explosivos las comisarías de policía. Hasta ahora ha habido 15 víctimas mortales, pero el ejército ya está a las afueras de Amarah esperando la orden de ataque.
Hoy la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) ha hecho públicos unos datos que afirman que casi un millón de iraquíes han huido de sus casas desde que comenzó la invasión de Irak en 2003. Los Estados Unidos están remodelando brutalmente la demografía del país, no sólo por los centenares de miles de muertos, sino también por los desplazados que huyen de las bombas o de la violencia interconfesional.
Paralelamente, el debate en el Reino Unido sobre la retirada de las tropas se ha recrudecido en los últimos días, afectando a otros militares de alta graduación que han manifestado que su presencia en el sur de Irak es nociva para la seguridad en su propio país.
Las cosas no pueden ir peor para los invasores. En los próximos días, conforme se acerquen las elecciones en Usamérica, es probable que se produzca un golpe de efecto ¿pero, en qué sentido?