Esto me ha llegado hoy para enviárselo a los diputados y diputadas andaluzas. Se trata de una petición para que nuestra cámara se interese por el estado de la población palestina de Gaza ante las últimas matanzas perpetradas por Israel. Merece la pena echarle un vistazo.
Estimado miembro del Parlamento Andaluz,
Me dirijo a Vd. para expresarle mi inmensa consternación por los últimos acontecimientos de GAZA, y mi gran preocupación por la «desaparición» y «muerte» de numerosas personas entre ellas conductores de ambulancia, enfermeros, mujeres, niños y niñas, jóvenes, paralíticos, enfermos, pacientes en la mesa de operaciones, ancianos y adultos en la Franja de Gaza todos VICTIMAS MORTALES de la operación «nubes de otoño» que el ejército de Israel está desarrollando en la Franja. Especialmente en las zonas de Jabalia, Beit Hanun, Rafah, así como en general en toda Gaza.
Le solicito, tenga a bien informarme de la situación de estas personas, así como la apertura de una investigación exhaustiva e imparcial sobre este caso. Me consta que no deja Vd. de tener presente el contenido del artículo 3 de la Declaración Universal de Derechos Humanos: «Todo individuo tiene derecho a la vida, y el articulo 5 «Nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes», y el artículo 9 «Nadie podrá ser arbitrariamente detenido, preso ni
desterrado», así como los 27 restantes de la Declaración de los Derechos Humanos; igualmente nos consta que Israel ha firmado y debe cumplir el Pacto Internacional sobre los Derechos Civiles y Pólíticos; y que no puede apelar al Derecho de Autodefensa , según dictaminó la Corte Internacional en Mayo de 2004.
Desde los Gobiernos Democráticos es necesario denunciar este incumplimiento de toda la normativa y legalidad internacional. El Parlamento Andaluz se constituyó democráticamente y por deseo explícito de su Pueblo, el que cumple y vela por el respeto de los Derechos Humanos. Como ciudadana que cumple y vela por el respeto a los Derechos Humanos, le pido tenga en cuenta mi solicitud, y presente en el Parlamento una petición de CONDENA a esta masacre, envío de AYUDA urgente a la zona, e inicio de una INVESTIGACION de estos crímenes de guerra y actos contra la humanidad.
Confiando en recibir prontamente noticias suyas, acepte Vd. mi atento saludo.
NOMBRE, DIRECCIÓN Y DNI
Le adjunto el siguiente artículo por si puede ser de su interés.
«Disparan contra todo lo que se mueve»
Silvia Cattori
Rebelión
Traducido para Rebelión y Tlaxcala por Juan Vivanco
Beit Hanun, con sus 30.000 habitantes, ya sufría agresiones diarias y
ataques aéreos desde el 25 de junio. Ahora está asediado por el ejército
de tierra israelí. Hemos visto avanzar los carros de combate, colocarse en
posición. Ahora estamos cercados por unos 70 carros y por lo menos 450
soldados, que han declarado la ciudad «zona militar cerrada». Lo que
significa que nadie puede salir. Nadie puede huir. Es una ofensiva del
estilo de las que lanzaron en 2002 en Cisjordania.
No tenemos agua ni electricidad. Nos refugiamos en los rincones más
apartados de las casas. No se permite que entren ambulancias en esta zona
ocupada y cerrada. Los soldados han rodeado algunas casas, las han ocupado
y han encerrado a las familias en un cuarto. Ahora se han hecho fuertes en
ellas. Rompen las paredes con explosivos, vuelan las puertas y la gente
está aterrorizada. Disparan contra todo lo que se mueve.
Ayer dispararon contra unas personas que intentaban ponerse a cubierto,
que no estaban armadas, no estaban en posición de combate. Les dispararon
por la espalda y cuando el herido quiso huir, le remataron, y también
dispararon contra los que quisieron llevárselo de allí. En muchos casos
las ambulancias no pudieron acudir en ayuda de los heridos. Los niños que
burlaban la vigilancia de sus padres o miraban por la ventana también
fueron blanco de los soldados israelíes apostados en los tejados y
balcones de las casas que ocupan.
Bush y de esos políticos que han declarado que «Israel tiene derecho a
defenderse» les han dado carta blanca para matarnos. Usan unas armas que
transforman a los muertos y heridos en algo monstruoso. Son impresionantes
las heridas causadas por los cohetes disparados por los aviones
teledirigidos. Son como cortes de cuchilla, piernas, pies y manos cortadas
de cuajo; también son espantosas las heridas de los fusiles M 16. Los
soldados tienen órdenes de disparar de cintura para arriba, apuntan al
pecho, junto al corazón, y a la cabeza.
La mayoría de las víctimas son civiles, muertos o heridos en la garganta,
el cuello, el pecho, la cabeza, cuando estaban en casa. Disparan contra
los que huyen atemorizados, disparan contra los heridos que intentan
salvarse. Hemos perdido la noción del tiempo, ya no sabemos cuánto tiempo
llevamos atrapados en esta guerra. Estamos perdidos. La aviación nos
bombardea, los teledirigidos disparan sus cohetes sobre nuestras cabezas.
Controlan toda la zona. El zumbido de los aviones teledirigidos es como
tener una abeja revoloteando todo el tiempo junto a la oreja. Es muy
angustioso.
Nadie nos defiende. No tenemos ejército. Sólo tenemos a nuestros padres
para defendernos, a sabiendas de que les espera la muerte, que no pueden
hacer nada. Esta nueva agresión es terrible sobre todo para los niños
pequeños, muy numerosos aquí. Tienen que quedarse encerrados, están
aterrorizados y gritan cuando oyen las bombas. Continuamente nos llegan
noticias de muertos, de heridos que se desangran sin que la gente sepa
detener la hemorragia, y las ambulancias no pueden socorrerles. La Cruz
Roja debería obligar a los israelíes a permitir que las ambulancias
palestinas acudieran en ayuda de los heridos sin trabas.
Los israelíes dicen que es una ofensiva para impedir que se introduzcan
armas desde Egipto. No es verdad. No puede entrar nada. En Gaza no hay más
que unos fusiles que son inútiles contra los Apaches y los carros Merkava
del ejército israelí. Las armas de guerra que han entrado en Gaza son las
que Estados Unidos entregó a Dahlan, que es el hombre de Abu Mazen, el
hombre más temido de Gaza. Es el cabecilla de las fuerzas que desde hace
meses provocan disturbios para derrocar el gobierno de Hamás.
Ayer los soldados ordenaron con altavoces que todos los hombres mayores de
quince años salieran de sus casas. Fueron casa por casa, los esposaron y
se llevaron a cientos de hombres a un lugar donde seguramente les habrán
obligado a desnudarse, como hicieron en Betlaya en junio. Dejan a los
hombres en calzoncillos. Para un oriental es la peor de las humillaciones.
Es como si nos mataran.
Creemos que después de Beit Hanun atacarán Betlaya y luego Yabaliya, y que
harán lo mismo que aquí: registrar casa por casa. Beit Hanun, como Rafá,
son zonas muy vulnerables, porque están separadas geográficamente de otras
zonas habitadas y son más fáciles de aislar del resto de Gaza.
Esta mañana las mujeres salieron para ayudar a sus hijos y maridos
amenazados por los blindados que rodeaban la mezquita. Las mujeres
desafiaron a los Apaches y los tanques. Para nosotros fue un momento
portentoso. Nos sentimos como envueltos en un velo de humanidad. Era
impresionante ver a esas mujeres que arrostraban la muerte para salvar la
vida de sus hijos, de sus maridos. Avanzaron sin vacilar y los soldados,
que no se lo esperaban, estaban desorientados. Gracias al efecto sorpresa
lograron salvar la vida de los combatientes. Demostraron que el ejército
más poderoso del mundo puede ser derrotado por gente desarmada. Lo
percibimos como un mensaje dirigido a los hombres de los países árabes que
guardan silencio. Estas mujeres dijeron, con su gesta: «Dada vuestra
cobardía, las mujeres palestinas son las únicas que luchan para liberar a
sus hombres asediados por el enemigo de los árabes, Israel.» (Fin del
testimonio.)
Es una guerra contra civiles y el mundo no lo sabe
El joven palestino que nos contó todo esto en voz baja nos rompe el
corazón. No podía rendir un homenaje mejor a esas mujeres heroicas. Creo
que todos los que han visto las imágenes de esas mujeres se han conmovido.
Avanzaron por esa gran avenida, a descubierto, desarmadas, desafiando a
los helicópteros y blindados para proteger a sus hombres. Los soldados
dispararon contra ellas, pero siguieron avanzando y lograron su propósito.
Los soldados que disparaban desde sus blindados sobre esas mujeres
inofensivas son unos monstruos.
«Israel tiene derecho a defenderse», respondía esta mañana el embajador
Elie Barnavi al periodista de France culture cuando este le preguntó qué
significaba la ofensiva israelí en el norte de Gaza. Pero ¿derecho a
defenderse contra qué? No hay un ejército palestino enfrente. Hay un
pueblo masacrado día tras día por el ejército mejor pertrechado del mundo.
Y los palestinos no tienen derecho a defenderse.
Es al pueblo palestino, víctima de estas matanzas, a quien habría que
preguntarle qué significa vivir bajo una ofensiva militar israelí, y no a
los embajadores del estado judío de Israel. Unos embajadores que, cuando
se trata de vidas árabes, jamás nos hablarán del sufrimiento y la angustia
de los niños aterrorizados, de las mujeres que no saben cómo protegerles,
de los ancianos que padecen impotentes, de los bebés que gritan, de las
mujeres encintas que temen por su embarazo, de los heridos, de los
muertos, de las madres que lloran a los suyos, de los hombres que se
sienten humillados al no poder defender a sus hijos, de los médicos que no
soportan ver tanta sangre y llegar más heridos a sus hospitales repletos y
mal equipados.
Esos «terroristas», esos «activistas» contra los que lucha Israel, son
palestinos, son los auténticos residentes de una nación que Israel ha
borrado del mapa, un pueblo desterrado, encerrado en campos míseros. Son
mujeres de todas las edades que se enfrentan a los tanques para proteger a
sus hijos. Son niños que mueren en su cama o jugando delante de su puerta.
Son padres, hermanos, primos, esposos ejecutados sumariamente porque
Israel les ha puesto en la lista de los «buscados». Son jóvenes
desesperados que defienden su dignidad con fusiles y cohetes rudimentarios
y saben que les aguarda la muerte cuando van al combate. Como el niño
Bara’ Riyad Fayyad, de 4 años, al que mataron el jueves pasado delante de
su casa. Son personas normales que han votado de un modo absolutamente
democrático contra las autoridades corruptas de Fatá.
«¿Dónde están nuestros hermanos árabes?» gritaba una palestina ante una
cámara.
Sí, ¿dónde está el mundo? La «comunidad internacional» calla, ante el
pasmo de las personas que ven todo esto con espanto y no comprenden este
silencio. Pero la cacareada «comunidad internacional» sólo es una palabra
vacía de sentido. Y la ONU, desde que se vino abajo la URSS, no es más que
un instrumento de la superpotencia usamericana.
En realidad la «comunidad internacional» somos todos; son las asociaciones
que por desgracia se preocupan más de proteger las conquistas del estado
judío de Israel que el derecho de los palestinos a existir y a volver a
sus casas; son los partidos políticos de todas las tendencias que están
demasiado ocupados colocándose en la línea de salida para la contienda
electoral; son los cargos elegidos que no se atreven a criticar a Israel
para que no les acusen de antisemitismo; son los periodistas que
desinforman y encubren los crímenes de estado.
…
Estos son los correos electrónicos de los miembros del Parlamento Andaluz:
PSOE
ce.aguilera@parlamento-and.es ; m.alfonso@parlamento-and.es ;
l.alonso@parlamento-and.es ; fj.alvarez@parlamento-and.es ;
mi.ambrosio@parlamento-and.es ; d.blanca@parlamento-and.es ;
jl.blanco@parlamento-and.es ; e.bohorquez@parlamento-and.es ;
j.caballos@parlamento-and.es ; s.calzon@parlamento-and.es ;
ma.carrillo@parlamento-and.es ; md.casajust@parlamento-and.es ;
mc.castillo@parlamento-and.es ; ja.cebrian@parlamento-and.es ;
jm.cornejo@parlamento-and.es ; f.coves@parlamento-and.es ;
m.cozar@parlamento-and.es ; r.cuenca@parlamento-and.es ;
aj.gallego@parlamento-and.es ; j.garcia@parlamento-and.es ;
m.g_quero@parlamento-and.es ; mp.gomez@parlamento-and.es ;
m.gracia@parlamento-and.es ; ja.grinan@parlamento-and.es ;
p.guerrero@parlamento-and.es ; mj.jimenez@parlamento-and.es ;
er.maldonado@parlamento-and.es ; i.martinez@parlamento-and.es ;
c.martinez@parlamento-and.es ; f.martinez@parlamento-and.es ;
f.medina@parlamento-and.es ; f.mesa@parlamento-and.es ;
mi.montano@parlamento-and.es ; jf.montero@parlamento-and.es ;
fd.moreno@parlamento-and.es ; presidencia@parlamento-and.es ;
aj.moro@parlamento-and.es ; i.munoz@parlamento-and.es ;
r.palacios@parlamento-and.es ; j.paniagua@parlamento-and.es ;
cp.penalver@parlamento-and.es ; v.perez@parlamento-and.es ;
jf.p_moreno@parlamento-and.es ; isaias.perez@parlamento-and.es ;
m.chaves@parlamento-and.es ; mc.collado@parlamento-and.es ;
l.pizarro@parlamento-and.es ; p.plata@parlamento-and.es ;
me.quevedo@parlamento-and.es ; c.ramirez@parlamento-and.es ;
ri.rios@parlamento-and.es ; m.ruiz@parlamento-and.es ;
ja.segura@parlamento-and.es ; r.seron@parlamento-and.es ;
r.sicilia@parlamento-and.es ; m.soler@parlamento-and.es ;
r.torres@parlamento-and.es ; f.vallejo@parlamento-and.es ;
gc.zarrias@parlamento-and.es ;
PP
p.ager@parlamento-and.es ; ma.arauz@parlamento-and.es ;
ja.armijo@parlamento-and.es; mj.botella@parlamento-and.es ;
ml.ceballos@parlamento-and.es ; mb.chacon@parlamento-and.es ;
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am.garrido@parlamento-and.es; c.gonzalez@parlamento-and.es ;
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a.martin@parlamento-and.es ; a.martin@parlamento-and.es ;
t.martinez@parlamento-and.es ; j.martinez@parlamento-and.es ;
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s.perez@parlamento-and.es ; j.pizarro@parlamento-and.es ;
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rj.salas@parlamento-and.es ; rj.salas@parlamento-and.es ;
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IU
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i.garcia@parlamento-and.es ; jm.mariscal@parlamento-and.es ;
a.romero@parlamento-and.es ; p.vaquero@parlamento-and.es ;
PA
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a.moreno@parlamento-and.es ; c.pinto@parlamento-and.es ;
m.r_palacios@parlamento-and.es