Hoy es la fiesta nacional nuestro paÃs. Nos han dado el dÃa de vacaciones para que podamos disfrutar de una jornada sin trabajar. Es un dÃa de esos que, los afortunados que aún conservan el empleo, suelen recordar con alegrÃa.
Pero, a pesar de todo, muchos españoles y españolas somos conscientes de que no hay nada que celebrar. El 12 de octubre es un dÃa para avergonzarse de la historia genocida de nuestro paÃs, para borrar del calendario o para pedir perdón a boca llena. Desde luego no es una fecha para sacar los militares a la calle, no para una demostración más de fuerza bruta, la misma fuerza que, salvando el salto temporal, se empleó para asesinar a centenares de miles de indÃgenas en Latinoamérica en el que fue uno de los mayores holocaustos de la historia de la Humanidad.
Mientras que aquà en España se celebraba con fastos castrenses el DÃa de la Hispanidad, el DÃa de la Raza o el DÃa del Pilar, en múltiples paÃses de Latinoamérica lo que se celebra es una jornada indigenista, de resistencia y de condena contra el genocidio que conllevó la conquista de América. Son dos maneras de celebrar un mismo acto. Uno rememorando conquistas militares y añoranzas imperiales cuando «españolizábamos» el mundo y otros denunciando el inicio de un gran Crimen contra la Humanidad. Apenas si he podido conocer algunos rincones del continente americano, pero en varias ocasiones por allá he sentido vergüenza ajena del papel que mi paÃs jugó por aquellos lares. Casi la misma vergüenza que siento cuando veo desfilar a militares como los garantes de un concepto manido de patria y despilfarrando el poco dinero que aún no nos han robado para mantener los servicios básicos para la ciudadanÃa.
Un paÃs no lo hacen, afortunadamente, sus militares. Lo hacen los albañiles, los maestros, los agricultores, los investigadores… A ninguno de ellos los vamos a ver  desfilando hoy corporativamente en la capital del reino. El desfile de la Hispanidad es un insulto a la razón y una apologÃa de la fuerza. Como lo es el hecho de que el jefe del estado tenga que ser militar y recibir educación castrense como la parte más importante de su formación intelectual. Aunque pensándolo bien es otra razón más para hacerse republicano…
A ver si un día vemos un Pilar sin milicos, con un desfile de indígenas de Latinoamérica en plan acto de desagravio en el marco de una celebración en pos de la diversidad étnica y cultural…