El papelón que el Partido Popular está haciendo con el tema de los escraches es de vergüenza ajena. Se nota a la legua que les ha pillado con el pie cambiado y no saben cómo desactivar esta movilización popular por el derecho a la vivienda, de ahí los exabruptos y el histrionismo medido con el que están tratando a la Plataforma de Afectados de la Hipoteca. La cantidad de disparates que están vomitando estos días en los medios de comunicación es directamente proporcional al grado de inquietud que las acciones de la PAH les están provocando.
Varias son las razones por las que la derecha está perdiendo los papeles de forma tan clara:
Los desahucios ponen en evidencia la cara más reaccionaria de la derecha, esa que gobierna mirando más a los bancos y a los poderosos que a sus propios ciudadanos. Y eso, aunque es una característica innata de los gobiernos conservadores, ponerlo tan sobre la mesa es algo que no les gusta porque tendrán que enfrentarse algún día a unas nuevas elecciones y cada vez podrán engañar a menos gente.
El escrache relaciona con crudeza la posición en el Parlamento con las mismas personas a las que se les arruina la vida, hasta un punto de que a algunos ya ni les merece la pena vivirla. No es que ningún diputado o diputada vaya a cambiar el sentido de su voto, pero no es nada malo que, de alguna manera, les incomode votar contra su propio pueblo, no debe salirles gratis.
Los escraches se iniciaron, no para denunciar a un partido político como critican los voceros del PP en plan victimista, sino como consecuencia de la toma en consideración de la ILP en el Congreso de los Diputados. Los populares, a pesar de haberla admitido a trámite, probablemente no van a incorporar ni una coma de su texto, un gran agravio a los miles de desahuciados que verán cómo, una vez más, el Partido Popular va a conformarse con poner en marcha algunas medidas cosméticas, facultativas y discrecionales a favor de la banca que no aliviarán el sufrimiento de la población. Ante la opinión pública, no pueden permitirse tamaña traición, por eso tratan de criminalizar a la PAH y distraer la atención del debate de fondo.
La postura de salvaguarda de la intimidad de los diputados es profundamente clasista. Lo mismo sucede con el uso de los menores para impedir los escraches. ¿Hay mayor violación del domicilio que una expulsión forzosa del hogar con el auxilio de la policía? ¿es que en esas viviendas no hay menores de edad que tienen que dormir entre cartones porque los populares no quieren arreglar el problema? ¿No tienen los mismos derechos todas las familias españolas o es que sus señorías son de una casta superior? Este es otro de los aspectos a esconder con la sobreactuación lenguaraz de los portavoces del PP, su sentido racista de la vida en sociedad.
La PAH ha conseguido situar uno de los focos de la política del país sobre el derecho a la vivienda. Pero, para colmo, ha logrado ridiculizar a todo un gobierno y un partido gobernante porque ha demostrado que, con la presión social, se pueden conseguir logros que el PP no ha logrado ni atisbar de lejos con el malogrado Código de Buenas Prácticas sobre Desahucios. Daciones en pago, alquileres sociales y paralización de lanzamientos a centenares son triunfos que se clavan en las carnes populares causando una profundo incomodidad. Desde un punto de vista partidario es absolutamente inadmisible, porque otorga carta de naturaleza a una asociación abiertamente antagonista con la política de la derecha y valida ampliamente el famoso eslogan de “Sí se puede, pero no quieren”. Para ellos son un peligroso enemigo a batir con todos los medios a su alcance, eso intentan.
A pesar de la campaña mediática lanzada sobre la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, una importante mayoría de personas en el estado español apoyan los escraches. No hay más que interpretar las encuestas recientes para darse cuenta de que muchos votantes del PP le están dando la espalda al partido. Movilizar a los suyos con la invención de una campaña de victimismo, donde nazis, comunistas, fascistas, okupas o gentes de la extrema izquierda (¿se pondrán de acuerdo algún día?) quieren hundir al partido manipulando a los desahuciados es su estrategia. Bastante fallida, por cierto.