Hace ahora diez años estuve representando a ciertos colectivos sociales en una sede provincial del PP. Acababan de matar a Miguel Ángel Blanco. Haciendo de tripas corazón y olvidando el abismo ideológico que nos separaba del partido de la derecha española, fuimos a solidarizarnos con el dolor que en esos penosos momentos sufría la familia popular y la práctica totalidad de la sociedad de nuestro país.
Aunque se trataba de un asesinato más de ETA, fue bien diferente a los otros. Al ser la crónica de una muerte anunciada, una especie de muerte a cámara lenta, conllevó si cabe mayores dosis de tensión, temor, espera y también de esperanza. Durante los dos días del secuestro express el país entero contuvo la respiración hasta que se culminó con el fatal desenlace ya conocido ante la imposibilidad real de ceder al chantaje propuesto por los terroristas.
Todo el mundo se movilizó con la creencia de que unidos sería posible hacerles retroceder y desistir de sus macabras intenciones, por eso la decepción final fue aún mayor, ETA no entendía de unidad ni de repulsa generalizada. Sin embargo, nació la conciencia de que ya nunca más se iba a permanecer en silencio ante el chantaje terrorista, que las víctimas iban a estar arropadas y no iban a seguir siéndolo por partida doble, en su condición de damnificados por la banda y relegados al ostracismo por el resto de la sociedad. Nació lo que se llamó el Espíritu de Ermua.
Sin embargo, pronto el PP trató de capitalizar los réditos de estas movilizaciones. Había llegado al poder de la mano de la banda y pretendía quedarse en él instrumentalizándola hasta niveles insospechados. El espíritu se prostituyó en aras al oportunismo miope y de corto recorrido de la derecha. El cúlmen llegó tras el 11M y los desesperados y patéticos intentos de hacer creer a la población y a la prensa nacional e internacional que ETA había atentado contra los trenes en Madrid. A pesar de ser una decisión difícil en esos aciagos momentos e incluso provocando ciertas desavenencias en el seno de la familia en ese lluvioso día decidí no participar en las manifestaciones «por la constitución» convocadas unilateralmente por el gobierno. No quedaba espíritu que defender, había sido canibalizado en su totalidad durante años y no lo harían revivir. Hoy ya es un fantasma desfigurado de lo que llegó a ser, por eso la apelación al mismo por aquellos que lo hicieron desaparecer no deja de ser una broma de mal gusto.
Se que es duro decirlo, pero si hoy se repitieran hechos tan dramáticos como los de hace una década, aún a pesar de solidarizarme con la supuesta víctima y su dolor, no volvería a acercarme a ninguna sede popular. Han perdido todos mis respetos… y los de buena parte de la sociedad española.
El último párrafo resume perfectamente el ambivalente sentimiento que uno tiene respecto a este tema.
Muy buena entrada.
Un saludo.
Pues es muy respetable tu postura. Sobre todo teniendo en cuenta que hoy no se sabe bien si es el PP quien tiene infiltrados en ETA o ETA quien tiene infiltrados en el PP, viéndose como se ve que las estrategias de los unos benefician claramente a los otros y viceversa: «la España» más cerril y cavernícola contra «la Euskadi» más cerril y cavernícola. Dan ganas de mandarlos…
Enhorabuena Juanlu!! Muy buen artículo.
Yo sigo opinando lo mismo que hace 10 años: lo estuvieron instrumentalizando antes y lo hacen ahora. Pero insisto en lo que he comentado aquí varias veces. Dejemosles, cuanto más insisten, a menos gente engañan. Sin careta se les distingue mucho mejor. ¡¡Son de un previsible!! Que sigan, por favor, que sigan hasta Marzo o hasta siempre
Como dejé escrito en otras bitácoras viví aquella luctuosa jornada en un Congreso Provincial del PSOE. Nunca olvidaré cuando alguien interrumpió los debates para anunciar la trágica muerte del concejal del PP. Un «hijos de puta» salido de lo más profundo acalló la voz del compañero que anunció lo que muchos temíamos; hubo lágrimas y un silencio conmovedor.
También recuerdo las manifestaciones y los burdos intentos de buscar réditos políticos; recuerdo aquel concierto en homenaje a Miguel Ángel Blanco organizado y retransmitido por RTVE donde se abucheó a Raimon porque osó cantar a Euskadi en valenciano o en catalán, no alcanzo a distinguirlos, y en el que se silbó a Sacristán, cuando salió a recitar unos versos, porque era comunista. Aquel concierto fue el principio del fin del espíritu espontáneo y sentido de todo un pueblo.
El espíritu de Ermua despareció cuando el pueblo volvió a sus quehaceres y los políticos pasaron al primer plano y a las apropiaciones indebidas.
Saludos.
Hola compis, lo de hoy ya no ha tenido nombre con el premio dado a Aznar y lo que allí se ha dicho por esas boquitas…
El revival de este triste aniversario me ha hecho darle muchas vueltas al tema. Quiero compartir con vosotros una reflexión, aunque este artículo ya esté algo pasado.
Es muy simple. Creo que hay un cierto paralelismo entre el 11S y el asesinato del pobre M. A. Blanco. Evidentemente no en el número de victimas, ni el lugar, ni otros detalles sobre las formas. Me refiero más bien a la utilización del asunto. A Aznar y al PP les proporcionó la excusa perfecta para empezar a cruzar diversas líneas rojas como cerrar periódicos o ilegalizar partidos (con la connivencia del PSOE no lo olvidemos).
Creo que se puede adivinar la otra parte, la de Bush. Bien sabemos todos cuales fueron las excusas que obtuvo de ese episodio.
Gracias Jucaro, porque no recordaba lo de Raimon ni lo de Sacristán. Ahi se empezó a ver que no eran los derechos humanos por lo que se movilizó el PP, si no por imponer su propia visión de España y extender su odio a lo vasco. La jugada les salió bien. Tuvo éxito durante los siguientes 7 años, hasta el siguiente 11, esta vez M. Volvieron a intentar la misma jugada.
Afortunadamente, esta segunda vez les salió mal y la mitad de los que habían hecho el juego al PP durante los 7 años del periodo 1997-2004, empezaron a darse cuenta de que no coincidían sus declaraciones externas con sus intenciones ocultas. 10 años despues muchos ya no es que lo tengan claro, es que les produce nauseas y, gracias a Dios, cada vez somos más.
Como decía en el comentario anterior. Que sigan así. De esa forma solo convencen a los suyos, a los de la derecha de toda la vida, a los que siempre han estado convencidos.
Hola de nuevo Luis, mucho me temo que la utilización bastarda del terrorismo se ha convertido en uno de los elementos más comunes en la política de hoy en día, ya no hay eje comunista, el eje del mal a muchos nos queda demasiado lejos como para preocuparnos, ¿de qué tendremos que asustarnos pues para ser más dóciles? pues a las encarnaciones del hombre del saco del s XXI: al Qaeda, Bin Laden, ETA o quien quiera que sea en cada momento. De chico existían las emisoras de radio internacional en onda corta, afortunadamente hoy tenemos internet para bucear en busca de algo de luz entre la información que en dosis tan fuertes provoca desinformación.
En cuanto al PP, creo que ya dan síntomas de cansancio, por eso quieren elecciones anticipadas, les va dar la pájara al final de la última etapa y lo saben. Se han quedado sin discurso.
Feliz verano