Comienzan a conocerse las artimañas que el gobierno de Bush está utilizando para tratar de volver a ganar las elecciones presidenciales. Como ya hizo en su día, ahora trata de negar el voto a los afroamericanos usando una ley del siglo XIX que impide que se registren los ciudadanos que sean presuntamente delincuentes. 22.000 personas pueden quedarse sin voto en el estado de Florida, por contra, a menos de 100 hispanos (votantes republicanos) les va a suceder lo mismo. En el libro de Michael Moore, Estúpidos Hombres Blancos, se explica profusamente cómo se robaron las elecciones anteriores. ¿Dejarán los demócratas que lo hagan de nuevo?. Los republicanos ya eliminaron de los comicios de por vida a 170.000 votantes, mayormente negros, algunos sólo acusados de delitos de faltas o con penas cumplidas en otros estados. Si siguen en este plan, entre el millón de negros en la cárcel y a los que se les niega su derecho, EEUU se irá convirtiendo en un claro estado racista como el sudafricano de sus perores tiempos.
Así las cosas, con las escasas garantías democráticas que se tienen en los Estados Unidos, no estaría de más que una misión de la ONU se trasladase a la zona para verificar la limpieza del proceso.
Copyleft Juanlu González
Bits RojiVerdes
No creo que nadie lo sugiera demasiado en voz alta, considerando que es «la democracia más antigua del mundo», la «tierra de las libertades» y el «paraíso de las oportunidades».
Por cierto, sobre Michael Moore. Ha llegado a españa otro suyo: «¡Todos a la Calle!». Ya lo he leído. No es que no esté interesante, sino que en realidad es de 1996, y claro, leer cosas tan desfasadas en política no resulta muy interesante.
De todas formas, sigue aportando muchos datos increíbles, como las decenas de personas enroladasen milicias en los EE.UU, que se entrenan en los bosques preparándose para la «batalla final» contra el gobierno. También los hay que temen a los «aviones negros» de la ONU, en sus vuelos de reconocimiento antes de la invasión que preparan las Naciones Unidas.
Lógicamente, nadie con responsabilidad pedirá observadores internacionales en los USA, pero a pesar de haber modificado levemente algunas leyes de Florida para que no vuelvan a repetirse historias pasadas, no han sido aplicadas en su totalidad. Ha sido el propio Jimmy Carter el que ha puesto el dedo en la llaga diciendo que «los requerimientos internacionales básicos» para una elección justa no están presentes en ese Estado (hablaba de Florida). El tema es bastante serio como para ignorarlo. Veremos qué sucede