Las acusaciones contra Irán de la AIEA, de risa

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Si alguien creía que el papelón de Baradei no podría ser superado, estaba equivocado. El nuevo director general de la AIEA, Yukiya Amano, acaba de emitir un nuevo informe sobre el programa nuclear de Irán lleno de valoraciones políticas, sospechas infundadas e informaciones antiguas más que desfasadas. Las fuentes usadas para elaboración han sido aportadas por la CIA y el Mossad, algo completamente prohibido, entre otras cosas porque son parte interesada en el caso y tienen bastante experiencia demostrada y contrastada en la fabricación de pruebas falsas para el inicio de guerras de agresión colonial.

Amano sostiene que tiene pruebas de que Irán tuvo en activo un programa nuclear militar en 2003, justo el año en que lo paralizó definitivamente, como sostuvieron en un informe coordinado —que todo el mundo parece olvidar— las 16 agencias de inteligencia norteamericanas en 2007. Teniendo como base este documento refrito, EEUU, UK Francia e Israel pretenden comenzar a construir el consenso mediático y político necesario para lanzar un ataque militar que logre desterrar para siempre al régimen de los ayatollahs y ponga en su lugar uno más dócil a los intereses del sionismo. Lo que sucede es que las evidencias son tan frágiles que difícilmente servirían para este propósito. De momento Rusia las ha ridiculizado comparándola con las armas de destrucción masiva de Irak, algo bastante obvio, pero está por ver cómo actúa en el futuro porque en este asunto siempre ha jugado a una cosa y a la contraria. Estaremos al loro…