Tras diversos amagos, permisos parlamentarios, negociaciones con EEUU y diversas escaramuzas, hace ya varios días que Turquía se está empleando a fondo contra los guerrilleros del PKK en Irak. La invasión no es de la magnitud que se preveía en un principio, pero imagino que es lo máximo que ha permitido Estados Unidos sin disgustar demasiado a sus mejores aliados iraquíes. Es bastante probable incluso que el ejército turco cuente con información de inteligencia proporcionada por satélites espía norteamericanos sobre el lugar donde se encuentran las bases, arsenales y refugios del PKK. La artillería y la aviación otomana están haciendo el resto apoyadas desde tierra por incursiones limitadas de infantería. En los últimos diez días han atacado al menos tres veces, anunciando alrededor de 200 bajas en el lado kurdo más todas las que han podido perecer en en interior de búnkeres y cuevas. A pesar de la insistencia en calificar a las operaciones como selectivas, tanto el gobierno iraquí como el gobierno autónomo del kurdistán han denunciado la existencia de numerosas bajas civiles. Alrededor de cien mil soldados permanecen junto a la frontera esperando la orden de una invasión en toda regla de la frontera que, al parecer, cuenta con el beneplácito norteamericano si no penetran muy adentro de Irak.Ver mapa más grande Provincia de Dohuk en la que se concentran la mayoría de los ataques de Ankara.
