Llevo muchos años oyendo a personas que dicen representar al pueblo vasco o conocer perfectamente sus intenciones que si se celebrara una consulta sobre autodeterminación no se ganarÃa jamás, que la sociedad vasca está partida por la mitad y nunca habrÃa una mayorÃa suficiente como para plantear una posible secesión, etc., etc., etc. Sin embargo, ahora que el PNV plantea consultar a la ciudadanÃa si desea un fin dialogado de la violencia y si se puede abrir —o no— un proceso para estudiar la capacidad de decisión del pueblo vasco, se ha desatado la polémica con una visceralidad y agresividad nada recomendables.
Lo que llega a la población es poco menos que el PNV, junto con EA y EB —y el apoyo de la propia ETA!— van a plantear directamente en referéndum la independencia de Euskadi. Una auténtica afrenta contra la constitución y el orden establecido que hay que detener con los medios que sean necesarios, incluidos los poderes represivos del estado, o sea la fuerza bruta. Sesudos analistas a diestra y siniestra contribuyen a la ceremonia de la confusión apelando a la metáfora de los que mueven el nogal para que otros recojan las nueces, a las posibles connivencias entre la banda terrorista y el nacionalismo democrático.
Todos tratan de demonizar una consulta popular, la decisión está tomada y no permitirán que el pueblo hable. Eso, como siempre, es lo de menos. Como en Irlanda hace unos pocos dÃas, vivimos en una democracia absolutamente secuestrada. ¿Por qué en Quebec tienen derecho a decidir y en Euskadi no? ¿Por qué en Albania? ¿Por qué se puede celebrar en Escocia y no en el paÃs vasco? Sencillamente por miedo, miedo a la democracia. Ya hemos visto que cuando a los demócratas de toda la vida no les gusta el resultado de una consulta, todo vale con tal de subvertir el resultado. La polÃtica exterior respecto a Palestina o la actitud ante la constitución europea son fieles reflejos de lo que digo.
No hay nada malo en saber qué opina el pueblo sobre cualquier tema sensible, todo lo contrario. Podrá discutirse de oportunidad, de estrategia, pero no puede hurtarse la capacidad de decisión a un pueblo de por vida, eso raya el fascismo, no puede llamarse de otra manera. Pero ya sabemos qué hacen por aquà con la voluntad popular ¿alguien recuerda cómo quedó el referéndum de la OTAN y el desmantelamiento de las bases gringas en nuestro paÃs?
Por si a alguien le interesa, cuelgo seguidamente el proyecto de Ley de Convocatoria de la Consulta Popular en Euskadi, más que nada para poder comprobar si está justificado el pavor que está desatando:
Consejo de Gobierno Extraordinario
Â
Aprobación de Proyecto de Ley de Convocatoria y
Regulación de una Consulta Popular
El Gobierno Vasco ha celebrado hoy, dÃa 28 de mayo del año 2008, una reunión extraordinaria de su Consejo para aprobar el Proyecto de Ley de Convocatoria y Regulación de una Consulta Popular.
El Gobierno plantea un proyecto de ley porque desea transmitir a la sociedad seguridad jurÃdica, cumplir un compromiso polÃtico, y hacerlo –además- con claridad y transparencia, dándole la palabra a la sociedad vasca.
¿Por qué?
Porque la mano tendida que ofreció el Lehendakari en el Debate de PolÃtica General y la oferta de pacto presentada al Presidente José Luis RodrÃguez Zapatero el pasado mes de octubre ha sido reiteradamente rechazada.
La única respuesta obtenida ha sido el No. ¡Siempre No! Nos hemos encontrado ante un muro que bloquea permanentemente la situación polÃtica de este paÃs. Y no estamos dispuestos a vivir permanentemente en una espiral sin solución.
Dijimos que no Ãbamos a aceptar la negativa al diálogo y a la búsqueda de soluciones. Que las instituciones democráticas de este paÃs Ãbamos a tomar la iniciativa para avanzar.
¡Vamos a cumplir la palabra dada a la sociedad vasca!
¿Qué esperamos?
– Esperamos del Parlamento Vasco el Sà de todos los partidos polÃticos, porque estamos convencidos de que no habrá ninguna formación polÃtica, ni ningún parlamentario o parlamentaria, que se niegue a dar la palabra al Pueblo Vasco.
No es posible entender que conocer la opinión del pueblo divida al pueblo.
– Esperamos de la sociedad vasca  que cada uno de los ciudadanos y ciudadanas de este paÃs, al margen del debate polÃtico y mediático, lleno de ruido y descalificaciones, dedique 45 segundos a leer dos simples preguntas y que decida a continuación qué debe hacer y cómo deber obrar.
¡No dejes que nadie decida por ti!
Entiendo que el problema nace de que el «aparato + vieja guardia» del PSOE están convencidos de que es muy arriesgado electoralmente cualquier historia que la brunete mediática pueda utilizar como que «España está en peligro» y ZP ha asumido ese rollo.
No hay más que ver la histeria y manipulación a propósito de la selección de profesionales de fútbol españoles: ¡desde la «progre» Cuatro hasta el «izquierdoso» Público les dedican espacio hasta la vomitera!
En fin, no hace tanto que el PSOE entregó Navarra a una derecha (Sanz) que les acusaba de terroristas; o cómo pactó el Estatut catalán con la derecha (Más), traicionando al tripartito y expulsando de la política a Maragall.
Ahora, Montilla, su sucesor ¡está en las mismas! Es público – y publicado – que Madrid prefiere que mande la derecha en Barcelona a cualquier señal de que avanza el autogobierno. Así que, a los vascos, ni agua.
Sólo una curiosidad, se supone que el PSOE necesita a la derecha catalana (CiU) en las Cortes, ¿traicionaran éstos al PNV?
El PSOE lo tiene crudo, con un PP moderado concitando voluntades en el parlamento, necesitan como el comer acuerdos más o menos estables, si pactan con el PNV la cagan con la unidad de Ex-Paña, si lo hacen con CiU, joden al PSOE catalán, les queda IU, el Bloque y poco más. No se por dónde pueden salirnos…
Muy bueno Juanlu, así es. la democracia no es el principal valor de muchos que dicen ser sus máximos defensores si no coincide con sus intereses.
Eloi, de acuerdo contigo tb.
El Pacto de Estado sobre las cuestiones relacionadas con la nación que funciona en este país es de las cosas más fuertes que conozco en política en toda la historia y en todo el mundo. Fíjense que Irlanda es un país que reunía condiciones para suscitar más tabúes aún que Euskadi, ya que lo que allí pasase afectaba a uno de los principales países imperialistas. Y, sin embargo, se consiguió llegar a algo que yo defiendo para Euskadi y que no anda demasiado lejos del objetivo último perseguido por el PNV. El resultado creo que no pudo ser mejor, dadas las circunstancias (soy consciente de que mucha gente con la cual yo habría estado en caso de haber sido irlandés, se sentirá insatisfecha, e incluso traicionada por el acuerdo conseguido por el Sinn Fein, pero creo que no se podría haber llegado mucho más allá).
El Pacto de Estado de este país (alcanzado sin plasmarlo por escrito, sino más bien en plan conjura) se caracteriza porque las dos fuerzas políticas hegemónicas y los sectores económicos a los que representan se comprometen a no dar ningún pábulo a propuestas que, ni de lejos siquiera, puedan redundar en la ruptura del espacio territorial de España tal como es ahora mismo.
Aquellas fuerzas que acepten la preponderancia de ese pacto y sus implicaciones por encima de las aspiraciones nacionales que puedan tener (me refiero a CiU, pero también en alguna medida al BNG) serán respetadas y podrán prosperar más allá de la confrontación política explícita que implican unas elecciones. Aquellas otras que no respeten ese pacto serán arrinconadas y combatidas por los conjurados por cualquier medio, siendo esa lucha más importante en la práctica que la defensa de una democracia formal de carácter meramente instrumental.
Todos los aparatos del Estado correspondientes a los diferentes poderes (legislativo, ejecutivo y judicial) se ponen al servicio de ese pacto porque, en gran medida, forman parte implítica de él. Las voces críticas podrán ser admitidas en la medida en que sus reservas no sean llevadas hasta el terreno de la práctica.
Así funciona el asunto en España. Creo que, aunque parezca no tener mucho que ver, ese pacto podrá empezar a romperse por donde quizás menos se piensa (o quizás sí, y por eso también en eso hay tantas resistencias): por la ruptura de la forma de Estado, pasando de Monarquía a República. Y sólo por una razón: porque el primer tema que consiga abrir el melón de la reforma consticional, abrirá las puertas también a otras reformas.
Un saludo.
Magnífico análisis, como siempre, D. Antonio. Hoy el PSOE anda de Congreso y algunos se han atrevido a presentar propuestas federalistas a la ponencia ¿adivina el final de las enmiendas? 😉
Pues es algo curioso lo del PSOE, porque sigue habiendo una nada despreciable cantidad de militantes que consideran seriamente el carácter de izquierda tradicional de s partido, hasta el punto de que se plantean «batallas» políticas internas sobre la base de la normalidad de ocrática: enmiendas, debate…
A mí me parece una ingenuidad monstruosa, pero es cierto que no debe uno juzgar sin conocer mínimamente a fondo la cuestión, y yo nunca he mlitado en el PSOE ni conozco a nadie de confianza que me pueda transmitir cómo es la vida política interna. Sin embargo, lo poco que conozco me reafirma en el juicio expresado: quienes se plantean batallas políticas normales, abiertas y honestas, son unos ingenuos.
La cuestión es saber, como ya he escrito en mi bitácora, cuándo ese sector se va a cansar de darse de bruces con la realidad de la política general del PSOE (hay algunas excepciones a esa política general, que vienen a cumplir la función de enganche in extremis para los desencantados). Cuando llegue ese momento, sería muy importante que existiese algo lo suficientemente sólido como para poder recoger a esa gente.
Un saludo.
De entrada estoy muy de acuerdo en lo que apuntaba AF del pacto de estado para salvar la nación española. Y creo que el PSOE, muy especialmente la vieja guardia, va a muerte en este tema. Pero en momentos puntuales y con personas concretas… uno tiene la sensación que las cosas pueden desbordarse.
Creo que la primera etapa de ZP casi estaba en esa línea, y lo imagino por la actitud hiperagresiva de El País en ese tiempo, la actitud de Bono… o la misma Rosa Díez. Después vino el repliegue, pero está claro que dentro del PSOE hay gente que cree en ZP (o que necesita creer) y que, parece, con la percepción ZP que no es la misma que la percepción PSOE.
Pero aún no hay algo sólido que pueda recoger a esa gente. IU tiene una imagen quemada. Y crear algo, con las reglas de mercado actuales, implica mucho curro y sacrificio… que, la verdad, parecen valores desfasados. Creo que eso explica por qué siguen en el PSOE.
Un detalle histórico para explicar lo del pacto de estado. Aquí, en el País Valenciano, Guerra no dudó en su día en expulsar a Carles Pastor y toda la cúpula del partido por «troskistas» (parece que Trosky había defendido la idea de «los países catalanes»). Y cuando se montó una nueva ejecutiva y comité central a su gusto, resultó que aún no eran lo bastante obedientes, y volvió a hacer limpieza (esta vez más decorosamente) no dudando en perder por el camino la presidencia de la Generalitat (Josep Lluís Albiñana). Eso sí, a la tercera, con Joan Lerma, la cosa ya le salió mejor. Incluso ganó un par de elecciones antes de hundirnos en la miseria más total.