Así es como conocen la asonada de la derecha venezolana contra la revolución bolivariana. Y es que sobre la participación española en el golpe nunca ha dudado nadie. Otra cosa es que denuncias de este tipo no quepan en el juego de la política de salón, de la diplomacia formal, que tanto aburre al más pintado. Pero ahora, esa «imprudencia» de Moratinos se ha convertido en el más importante asunto de estado de nuestro país. Como dijo Savater cuando podía ser leído, «la política es el opio del pueblo».
Las pruebas de lo que digo no están guardadas en ningún archivo clasificado. Basta con ir a las hemerotecas y echar un simple vistazo a las declaraciones del embajador Viturro, de Piqué o de Arístegui para no encontrar sino comprensión hacia lo ocurrido. Basta ver si no los intentos —junto con los EEUU— por montar y estabilizar un nuevo escenario sin Chávez, que fueron abortados con la ayuda de la OEA y de la población venezolana en unas jornadas que de manera inolvidable quedaron grabadas en el documental «La revolución no será transmitida», el cual recomiendo encarecidamente.
El apoyo a Carmona queda patente, lo que es cuestionable —aunque yo no dudo— es la participación previa en la preparación del golpe junto con el gobierno de EEUU. Carmona estuvo en España pocos días antes, invitado por la patronal CEOE, y se vio en muchas ocasiones con el embajador de nuestro país los días previos al alzamiento. Parece que el Opus Dei tampoco fue ajeno a la movida, pero tampoco Repsol, Prisa o el omnipresente Gustavo Cisneros están limpios de culpa.
Moratinos, tienes hasta el miércoles para preparar tu defensa, pero por si sabes cómo hacerlo, aquí tienes las claves:
• Investigación parlamentaria efectuada por Izquierda Unida
• Un golpe con olor a hamburguesa, jamón y petróleo»
• La opinión de Aporrea, la Asamblea Popular Revolucionaria de Venezuela
• En la sección venezolana de Rebelión hay multitud de artículos sobre el tema.
Lo que no se es si tendrás el valor para decir todo lo que se sabe del tema o te esconderás en la politiquería formal y vacua que tanto odiamos los de abajo.
Copyleft Juanlu González
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