Tras la denuncia del intento de asesinato que el presidente venezolano atribuyó a Bush y los continuados intentos de desestabilizar al gobierno democráticamente elegido en la república bolivariana por el gobierno americano, la escalada verbal prosigue entre ambos países. Después de firmar un importante tratado con China, ahora Venezuela busca un tratado comercial y petrolero con India para cortar la dependencia del cliente del norte y permitirse amenazarlo con cerrarle el grifo si intenta asesinarlo o inmiscuirse en los asuntos internos de Venezuela como hizo ayer mismo en una declaración recogida por numerosos medios de comunicación. Con el petróleo por las nubes alcanzando máximos históricos y el déficit americano por el mismo camino, es hora que los de la Casa Blanca dejen de actuar como vaqueros arrogantes y comiencen a ver al mundo no como indios sanguinarios. Lo único que están provocando con su actitud es una escalada armamentista como las de la guerra fría. Venezuela, Siria, Irán… se están fortificando para impedir seguir el mismo camino que Irak. Y si hasta la fecha han demostrado que no pueden con un país previamente hundido y desarmado, es bastante improbable que lo consigan con países que mantienen intacto su poderío militar y económico. A ver si aprenden.