Muertes en el Estrecho

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Tengo la suerte de ser oriundo del Estrecho de Gibraltar, como algunos lo denominaron, la encrucijada fundamental del mundo occidental. A lo largo de su historia, el Estrecho, a pesar de constituirse en un accidente geográfico difícilmente salvable, se ha comportado más como puente que como frontera. El intercambio comercial y humano a ambos lados del mismo es una constante innegable y enriquecedora. Griegos, fenicios, cartagineses o romanos, los colonizadores del interior del mediterráneo tuvieron a este punto estratégico en su punto de mira. Pero incluso antes, en épocas prehistóricas y protohistóricas se tiene constancia del trasiego de personas y mercancías a través de los escasos 14 kilómetros que separan África de Europa. Se me vienen a la mente, por ejemplo elementos clave de la fauna africana de los que han aparecido restos en las cuevas de Gibraltar (elefantes, rinocerontes, hienas, leopardos y leones) en épocas muy tempranas. Recuerdo también cómo en algunos dólmenes tarifeños (de finales del III milenio a. C.) se hallaron restos de marfil africano importado para enriquecer ajuares campogibraltareños.

Se me viene a la mente también en los albores de la romanización de todo el orbe mediterráneo, cuando aún permitían a los antiguos pueblos ibéricos acuñar moneda propia, cómo nuestro alfabeto era el denominado libiofénice —el nombre ya lo dice todo—. Algeciras en esa época se llamaba Julia Traducta, porque su población había sido traducida, literalmente trasvasada desde la antigua Tánger. Fue precisamente durante el Impero Romano cuando el Estrecho parecía aún más pequeño de lo que lo es hoy día, algo que continuó sucediendo muchos siglos después cuando el proceso de islamización de la península. Pero tras la conquista cristiana, barreras idiomáticas y sobre todo de religión contribuyeron a convertirlo en frontera administrativa y progresivamente en frontera económica, la más insalvable de todas. Paralelamente, los fondos marinos que lo circundaban fueron derivando en una macabra fosa común que seguramente acoge los cadáveres de miles y miles de magrebíes y subsaharianos anónimos.

El fenómeno de las pateras es tristemente conocido, las tragedias humanas que han provocado y siguen provocando (en menor medida) lo han hecho internacionalmente famoso. Sin embargo, durante los últimos años, la implementación de sistemas de vigilancia electrónica (el SIVE), el mayor control del litoral y los tímidos avances efectuados en este sentido por el gobierno marroquí lo han puesto más difícil para la inmigración ilegal. Ese parece ser el motivo que ha impulsado a la inmigración subsahariana a usar otros métodos de entrar en la Unión Europea. El Estado Español no cuenta con acuerdos de extradición bilateral con muchos de estos países y, en muchas ocasiones, es imposible saber incluso cuál es el lugar de procedencia del inmigrante. Esa es la razón de la presión actual sobre las vallas que separan las colonias norteafricanas españolas. Es impelida además por la represión marroquí que está expulsando a los subsaharianos de las pensiones que ocupan en las ciudades, la policía está «inspeccionando» también los improvisados campos de refugiados… y así, los inmigrantes se ven obligados a refugiarse en los montes con el único objetivo de cruzar cuanto antes la frontera y llegar a la tierra prometida.

De ahí a los sucesos acaecidos en Ceuta y Melilla en los últimos tiempos sólo hay un paso. Son intentonas masivas y organizadas de los desheredados que ven cómo pueden perder su sueño después de haber hecho un largo y peligroso viaje de miles de kilómetros jugándose la vida y los pocos cuartos propios y hasta los de sus familiares. No es un efecto llamada como denuncia la oportunista oposición, la creciente conversión de Marruecos en gendarme de la Unión Europea le está haciendo pensar a muchos en que esta puerta se va a cerrar definitivamente, por esolas prisas. Aunque nos cueste ponernos en el lugar de estos inmigrantes, es fácil suponer que después de haberlo arriesgado todo por llegar aquí, no van a dejar de seguir intentándolo por muchas vallas de espino que les coloquen o por la amenaza de ser atacados con material antidisturbios diseñado para occidentales.

Pero lo de la pasada madrugada en Ceuta es mucho más grave, parece probado que los 5 muertos que hasta ahora se han reconocido han sido asesinados con fuego real. Desde los dos lados de la frontera unos y otros se acusarán de haber usado armas de las de verdad. Tan de verdad como las que portan los centenares de soldados que han sido desplegados en la frontera. La militarización de este problema, lejos de solucionarlo, puede iniciar una peligrosa escalada, es tratar como una auténtica invasión los intentos desesperados de huir de la miseria de un grupo de africanos. Y sobre todo, es dejar a estas personas a merced de la policía marroquí, que acabará deportándolos en la frontera con Argelia en el desierto del Sáhara, sin agua, comida o esperanza. Pero claro, esas imágenes ya no herirán más nuestra sensibilidad, sencillamente porque no habrá nadie para tomarlas. Mientras aquí, en nuestra jaula dorada descansaremos tranquilos.

Copyleft Juanlu González
Bits RojiVerdes

1 Comentario

  1. DECLARACIN DE LARACHE
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    El pasado fin de semana se han celebrado en Larache las Jornadas organizadas por Chabaka y Apdha Migracin y Derechos Humanos con asistencia de 120 personas de esta orilla y un buen nmero de colectivos de la zona norte de Marruecos. Entre los resultados del encuentro esta la aprobacin por el plenario de asistentes de las dos orillas de una Declaracin en torno a los graves sucesos de Ceuta y Melilla. Se pretende que a esta declaracin se puedan sumar cuantos colectivos europeos y marroques lo deseen para ser presentada a los respectivos parlamentos. Podis firmar la declaracin rellenando el formulario al que os redireccionamos. Enviamos la declaracin en castellano y francs. Ante la gravedad de los acontecimientos rogamos le deis la mxima difusin.

    DECLARACIN DE LARACHE:
    Ante los graves acontecimientos ocurridos en las fronteras de Ceuta y Melilla, que han provocado la muerte de al menos ocho personas y decenas de heridos, cuyo nico delito era el deseo de encontrar un futuro mas digno, queremos expresar nuestro dolor, nuestra indignacin y nuestra enrgica condena.

    En primer lugar, es necesario que se investiguen las gravsimas violaciones de los derechos humanos que se estn produciendo en el entorno de ambas fronteras y que, con participacin de observadores internacionales, se clarifique todo lo ocurrido y se determinen las responsabilidades pertinentes.

    Rechazamos que la nica va para abordar el fenmeno migratorio entre frica y Europa sea la militarizacin y conversin de las fronteras en nuevos muros de la vergenza, esta vez enclavados en territorio africano.

    La Unin Europea no debe afrontar los problemas subyacentes y derivados de las migraciones con polticas cada vez mas duras, basadas en la impermeabilizacin de las fronteras, en sofisticados sistemas de control policial, en el retroceso en las polticas de asilo, en los acuerdos para las expulsiones colectivas, en los centros de retencin e internamiento, en la externalizacin de la gestin del asilo y las migraciones, etc Por el contrario es preciso poner en marcha polticas generosas y de mayor perspectiva que pongan por delante la Cooperacin efectiva para el Desarrollo y la Solidaridad y que salvaguarden los derechos humanos. No podemos hacer de Europa una Fortaleza que se rija por el egosmo econmico ante la aceptacin de las personas inmigrantes. Los hechos ocurridos estos das en Ceuta y Melilla se enmarcan ms en esas polticas de perfil duro e insolidario de trgicas consecuencias, que en este otro planteamiento presidido por la Cooperacin, la Solidaridad y los Derechos Humanos
    En este contexto tambin ponemos en cuestin el proyecto de creacin de Centros para Menores en Marruecos tratado en la cumbre hispano-marroqu, ante las dudosas garantas de respeto de los derechos recogidos en las Convenciones Internacionales respecto a la Infancia
    Denunciamos del mismo modo que Marruecos haya aceptado convertirse en guardin de la frontera sur de la Unin Europea. La falta de garantas democrticas y la violacin de los derechos humanos es una realidad constante en un pas elegido precisamente para realizar el trabajo sucio para la UE. Es inaceptable que la Unin Europea mire hacia otro lado ante las vulneraciones de derechos elementales que se estn produciendo por parte de Marruecos hacia los inmigrantes.

    Europa no puede olvidar sus responsabilidades en los problemas de fondo que originan la desesperacin de los africanos que intentan llegar a ella. Son personas que tras numerosas penalidades para atravesar media frica estn malviviendo en condiciones infrahumanas en la espera de una oportunidad para entrar en Europa. No es de extraar que tras las palizas y el hostigamiento de los cuerpos policiales marroques y ante la cada vez mayor impermeabilizacin de la frontera, lleguen a situaciones de desesperacin inimaginables.
    Europa tiene que asumir su responsabilidad histrica y actual en la situacin de todo un continente que hoy tiene ms de 100 millones de pobres extremos. Con la destacada participacin de empresas trasnacionales, a frica y a los africanos se les ha expoliado y esquilmado, se les ha condenado a la desvertebracin y a la miseria. Y cuando, fruto de su extrema situacin, intentan emigrar, Europa les impide hacerlo legalmente y no les dejan otra alternativa que intentar la terrible travesa de la emigracin irregular.

    Con todas estas razones y an siendo conscientes de la complejidad de factores que inciden en este problema, planteamos:
    – Que se cree una Comisin de Investigacin, con la participacin de observadores internacionales independientes, que aclare todo lo sucedido en los luctuosos sucesos de Ceuta y Melilla y determine las responsabilidades a que hubiere lugar.
    – Que acabe de inmediato la persecucin, hostigamiento, violencia y deportaciones hacia la muerte en las fronteras de Argelia y Mauritania por parte del gobierno marroqu sobre los inmigrantes subsaharianos.
    – Que se permita y habilite el acceso de ayuda de emergencia a estas personas a cargo de organismos internacionales de carcter humanitario.
    – Que se cumplan escrupulosamente los convenios internacionales y las leyes espaolas que protegen al solicitante de asilo y que establecen protocolos de atencin a los inmigrantes. En particular deben cesar las expulsiones ilegales practicadas por la Guardia Civil.
    – Criticamos que en este caso se emplee al ejrcito en labores de control de fronteras ya que no estamos hablando de un asunto de carcter militar sino de un grave problema humanitario y social.
    – De forma ms general creemos imprescindible un cambio de rumbo en las polticas migratorias de la Unin Europea, que tengan como eje inspirador los criterios de solidaridad y de respeto a los derechos humanos. Del mismo modo que resulta imprescindible dignificar la acogida y favorecer polticas para la insercin de cuantas personas han llegado a Europa.
    – Finalmente y como medida de efectos de mas largo alcance, nos sumamos a todas las campaas y exigencias que plantean la condonacin de la deuda externa, el destino del 07% al desarrollo y la puesta en marcha de un ambicioso plan de cooperacin para el desarrollo estructural destinado prioritariamente a acabar con la situaciones de pobreza y miseria que vive el continente africano. De la misma manera, apoyamos a cuantos trabajan por el fin de la violencia que asola a numerosos pases africanos y por su democratizacin.

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