Bush II el Valiente

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En su reciente encuentro con Berlusconi, Bush se permitió repetir su tradicional retahíla de amenazas contra dos países del “eje del mal”: Irán y Siria. Les advirtió que enfrentarían graves consecuencias de seguir con su apoyo al terrorismo o si trataban de conseguir armas de destrucción masiva (ADM).

Este tipo de bravuconadas tejanas no pasarían de ser eso, fanfarronerías delirantes de un vaquero endiosado, si no fuera porque Bush jr. ya ha embarcado a su país en dos crueles guerras en un mandato que aún no ha terminado…

Sin embargo, cualquier observador sabe que los Estados Unidos no pueden afrontar los costes de otra contienda. Sobre todo porque aún no está claro qué puede suceder con la ocupación de un país hostil que cada día que pasa se organiza más y mejor para hacer frente al invasor. La popularidad del presidente cae por días y ya hay quien pide incluso una salida rápida de Irak para evitar peores consecuencias.

Su fiel aliado, Blair, tampoco está en condiciones de participar en otra guerra, no tiene efectivos militares suficientes para hacerla, ni credibilidad en el frente interior, ni dinero para sufragarla. El oro negro iraquí no fluye con la suficiente rapidez como para reconstruir, comprar al pueblo ocupado, pagar daños y perjuicios a Kuwait y llenar los cofres del botín del pirata. Los sabotajes, sobre todo en el norte son continuos e impiden incluso la firma de contratos con cuotas fijas de crudo.

Pero ¿de qué se acusa a estos dos países? Como decía antes, oficialmente se les culpa de apoyar al terrorismo internacional y de poseer ADM. Tras el espantoso ridículo hecho en Irak, es hasta divertido ver cómo repiten la letanía hasta la saciedad, con acusaciones gratuitas de las conexiones con Al Qaeda, con el partido Baaz iraquí y hasta con el toro que mató a Manolete.

En esta tesitura, Irán ha optado por buscar una salida a la coreana. La demostración de poderío bélico y las amenazas directas a Israel con la incorporación de un nuevo misil balístico de largo alcance al ejército de la república islámica, pueden hacer recapacitar a Bush y a sus halcones para optar por soluciones negociadas del tipo de las que se barajan estos días en Corea del Norte: una especie de programa petróleo por uranio. Lo único que buscan los coreanos, por otra parte, es poder abastecer a su tiritona población de energía y activar su congelada industria, cosa que no pueden asegurar desde que los EE.UU. dejaron de suministrar el carburante pactado, incumpliendo así los acuerdos establecidos y obligando a Corea del Norte a reactivar su programa nuclear.

La postura siria, mucho más condescendiente, ha puesto el dedo en la llaga. La vinculación de su desarme al de Israel y al de toda la zona, tal y como recoge la resolución 678, la famosa y forzada excusa que condujo a la invasión de Irak, ha conseguido desviar de momento la presión diplomática (y militar) sobre el país.

Pero lo que está en juego en estos momentos es saber si Estados Unidos puede adoptar el papel de gendarme y poseedor monopolístico de las ADM en el mundo. Eso es algo que con la “democratización” del acceso a las mismas es algo que ser torna cada vez más difícil y va a exigir el derribo de todos los estados hostiles en el orbe planetario, así como de cualquier grupo organizado dispuesto a enfrentar al imperio. Y ello, con el nivel de odio que las políticas asesinas e intervencionistas están desatando en pueblos y estados, es cada día más complejo.

Para muestra un botón. Una de las consignas más coreadas en las manifestaciones contra la guerra de Cádiz denota perfectamente el estado de ánimo que provocaba la invasión americana de Irak, decía algo así como:

Bush, valiente,
valiente hijo de p…!

Juanlu González
23 julio 2003

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