Se tienen pocos datos sobre los motivos de la Operación Enjambre, imagino que en los próximos días se irá desvelando lo que ahora nos ocultan con tanto celo. No obstante, es bien posible analizar la coyuntura exacta en la que se produce el ataque aéreo a todos las escalas en los que puede consumirse informativamente este hecho o las noticias de él derivadas.
Para empezar, hemos de tener en cuenta que Bush y los suyos están en el peor momento de sus dos reinados consecutivos. Muchos neocons están abandonando el barco replegándose para mejores momentos futuros. Existe la creciente convicción de que la ocupación es la principal fuente de inestabilidad de Irak, en EEUU ya comienzan a hablar a las claras de retirada en un año en que la mayoría de la coalición cruzada va a comenzar a replegar sus tropas, comenzando probablemente por los países de la Europa del Este para extenderse el resto de los invasores.
También en Irak se está complicando el panorama, ya ni siquiera los shiís confían en la capacidad de los norteamericanos para hacerse con el control del país y llevarlos a buen puerto —o a puerto alguno—. En este sentido, es bien posible que Enjambre sea una operación cosmética destinada a llevar un mensaje a la confesión mayoritaria iraquí para que siga confiando en su principal valedor.
La elección de Samarra como teatro de operaciones tampoco ha sido dejada al azar si tenemos en cuenta la reciente voladura de su mezquita dorada y los subsiguientes enfrentamientos religiosos que acabaron con la vida de varios centenares de civiles. La fecha escogida para el ataque no es casual, nos acercamos al tercer aniversario de la invasión y se acaba de reunir el primer parlamento electo iraquí desde el inicio de la ocupación.
Expertos militares dudan de la oportunidad de Enjambre y así lo están manifestando a los cuatro vientos en la prensa. El resultado que han presentado hasta la fecha como exitoso ha sido la detención de 31 sospechosos de pertenecer a la resistencia, algo totalmente ridículo si consideramos la magnitud del despliegue usamericano y el millar de iraquíes que los acompañan de paquete, información que no paran de repetir los voceros gubernamentales para demostrar la preparación del nuevo ejército, sin duda otro objetivo colateral de la misión.
Pero si algo llama poderosamente la atención es el recurso una vez más a Al Qaeda para justificar una operación de envergadura o una masacre en Irak. Hoy hemos podido leer en la prensa que el motivo oculto que ha provocado la Operación Enjambre no era otro que la captura de Zarqaui quien, como viene siendo habitual, dicen que ha conseguido eludir el cerco pegando cojetadas (le falta una pierna) recordando el milagroso escape del Mullah Omar en motocicleta durante el cerco a Kabul conduciendo con su único ojo bueno. Todo apunta a la crónica de una chapuza anunciada, pronto nos enteraremos.
La prensa de EE.UU. califica la Operación Enjambre de simbólica
El objetivo es mostrar a unos «bien entrenados» iraquíes de cara a la retirada norteamericana
La campaña buscaría paliar la baja popularidad de Bush y la deserción
Gabriele Chwallek washington
No sólo los principales críticos de George W. Bush manifiestan su desconfianza. Han pasado ya tres años desde que comenzó la guerra de Irak y el país se encuentra al borde de una guerra civil.
Continúan los ataques de rebeldes del mismo modo que se mantienen los bajos niveles de popularidad del presidente estadounidense. Washington publica con mucho retraso una nueva estrategia contra el terrorismo que refuerza la prevención. Y ahora la operación Enjambre. Demasiada casualidad, opinan muchos agentes independientes y analistas políticos.
También los medios estadounidenses se mostraron ayer recelosos ante la sonada operación contra los rebeldes de la región de Samarra que, en su opinión, presenta más bien una campaña propagandística de la Administración Bush que una ofensiva militar eficaz.
Muchos rotativos hablaban de «espectáculo», de una producción estadounidense que tiene un único objetivo: demostrar a la opinión pública los grandes avances realizados por las fuerzas de seguridad iraquíes.
Casi podría decirse que la misión «responde sospechosamente a lo que EE.UU. desea de Irak», asegura en un diario de Tom Donnelly, miembro del Instituto Americano de Empresa. Incluso el conservador The Washington Times titula con un aire de suficiencia: «Los soldados estadounidenses e iraquíes dejan actuar a sus músculos».
Mientras, los generales retirados partidarios de Bush se esfuerzan en armonizar las exageraciones con la realidad en entrevistas de la CNN. Porque Enjambre es la mayor operación de tropas aerotransportadas en Irak desde hace tres años, pero no lo es respecto al número de soldados y armamento.
La operación llega en medio de una campaña publicitaria que Bush comenzó en el marco del aniversario de la guerra para detener la «deserción» en casa y enviar muestras de firmeza y ánimo a Irak. Sin embargo, las recientes encuestas muestran que ya sólo un 38 por ciento de los ciudadanos piensa que la guerra «mereció la pena».
George W. Bush debió creer más que conveniente hacer ver a la opinión pública que las tropas iraquíes son cada vez más capaces de liderar la lucha contra los rebeldes y terroristas para comenzar a disminuir así la actuación de Estados Unidos, todo con la mirada puesta en la reducción de soldados. Eso es justo lo que busca Enjambre.
Cuanto más indignada rechaza la Casa Blanca las acusaciones de que la operación es más política que militar y con ello la ofensiva es más bien «simbólica», más aumentaban ayer los recelos de un alto general.
El comandante del cuerpo multinacional, Peter Chiarelli, describió la actuación de los iraquíes en Enjambre como un auténtico enjambre casi digno de un anuncio publicitario en plena campaña electoral. Las tropas locales lo han hecho «fenomenal», afirmó.
«Los soldados estadounidenses e iraquíes dejan actuar a sus músculos»
La operación Enjambre no halla rebeldes ni a Al Qaeda en Samarra
K. A.
EL CAIRO
Ni rastro de momento de grupos armados de la resistencia ni de Al Qaeda en Samarra, escenario de la gran ofensiva militar Enjambre anunciada a bombo y platillo el jueves por el Ejército de EEUU. Tras el tercer día de operación, calificada como el mayor ataque aéreo acometido en Irak desde la invasión, el alto mando estadounidense reconoció ayer que no ha encontrado resistencia. Los soldados iraquís y norteamericanos que participan en la operación se han reducido de 1.500 a 900.
El Periódico de Catalunya