Aunque la prensa oficial sólo destacaba en sus titulares el fracaso de las aspiraciones de Venezuela e Irán y pretendían ignora el fiasco estadounidense o la arrolladora victoria cubana, ha quedado patente el aislamiento internacional que sufre el imperio cuando no se le permite ejercer sus habituales prácticas de extorsión diplomática en el seno de la ONU.
En este caso el voto era inusualmente secreto. Así, Cuba logró el apoyo de 135 votos de los 191 países de la ONU, una mayoría bastante cualificada a pesar de que EEUU anunció que, aunque estaba en contra del propio organismo que nacía tras el descrédito de la Comisión de Derechos Humanos, iba a tratar de impedir que lograran un escaño determinados países considerados dentro de su particular «eje del mal». Pues bien, una vez más, no han podido con Cuba, siendo una de las naciones que más apoyo ha suscitado en el mundo a pesar de los intentos saboteadores de los yanquis y la sumisión mostrada por sus incondicionales y vasallos.
El imperio pretendía continuar eternamente con la dinámica ritual de condena al régimen de la isla por medio de prácticas de chantaje que desembocaban invariablemente en victorias pírricas usadas durante unas semanas para jalear mediáticamente al anticastrismo. Pero eso es algo que cada vez tienen más cuesta arriba, máxime cuando son de sobra conocidas las realidades de Guantánamo, Abu Ghraib, Camp Nama, la protección a terroristas, el adiestramiento de escuadrones de la muerte en Irak, las violaciones de derechos humanos en Afganistán y tantas otras barbaridades perpetradas en la falsa guerra contra el terrorismo.
Puede que este año incluso se inviertan los papeles.