No hay nada que como individuos podamos hacer para prevenir el Cambio Climático…
…porque el Cambio Climático no existe. Ello no significa que los desórdenes medioambientales sean pura mentira: por supuesto, el desierto se expande, continúa la deforestación, hay especies animales en peligro -entre aquellas especies que persisten-, la masa selvática va viéndose reducida, cambia la lluvia en frecuencia y constancia de ciclos, se multiplican entre nosotros las enfermedades respiratorias y mortales, la modificación capitalista sobre la naturaleza de la alimentación animal de crianza origina mutaciones y así desórdenes mórbidos entre los consumidores, la soja transgénica es agregada a cada alimento por los monopolios agro-industriales que intentan reducir la sobre-producción de la misma, y esta invasión nos envuelve de ignotas hipertrofias hormonales, etc.
Pero, en tanto que fenómeno periodístico y político, el “gran” espectáculo del Cambio Climático es básicamente un artilugio pensado por Think Tanks al servicio de viejos Imperios; artilugio fraguado con objeto de conservar la vieja división productiva internacional y así con objeto de evitar nuevos desarrollos industriales independientes que intentan ser sostenidos por nuevos países y centros ya en trance de poner en peligro a esa vieja hegemonía menguante. Bajo el manto de “la Catástrofe” y su voz de alerta, yace el grito de miedo imperialista: “Danger: multi-polarización de las Propiedades reales sobre los procesos productivos generadores de Valor y capitalización”. Así, la secuencia: cuento catastrofista tragado, “acción colectiva cívica”, desiertos industriales, dependencia sellada en el Sur.
Desde hace unos treinta años, los Estados Unidos están perdiendo aceleradamente su % de PIB sobre el PIB total mundial, tendencia que continúa acelerándose exponencialmente. Así que Al Gore fue pagado por su propia Administración Bush a fin de lanzar un mensaje claro a una masa de espectadores “occidentales” hondamente condicionados en “ecología”: “El Mundo camina hacia su propio ocaso, de modo que nosotros -<<Guardianes y veladores de la Humanidad>>- debemos hacer cualquier cosa en nuestras manos para poner orden en este desorden”. Y, huelga decirlo, la Potencia hegemonista tiene establecidos sobrados poderes y sendas de presión en clave de comandar Resoluciones y Cuotas en “Conferencias Internacionales Medioambientales” y Encuentros…
El Hegemonismo no puede manejarse exitosamente sobre la arena de la competencia por el provecho industrial, dado la colosal crisis de sobreproducción de capitales que sufre (los Estados Unidos deben invertir un promedio de 4 puntos de Valor por cada punto adicional que obtienen efectivamente). Así pues, sus técnicos de Estado piensan: “Veamos si pudiéramos al menos decelerar el desarrollo de terceros”. Diseño de conflictos y de guerras, maniobras diplomáticas, cercos geográficos y posicionamiento militar, “intervenciones”, sujeciones financieras, compras gubernamentales, reemplazo de sistemas institucionales y de Líneas políticas de la mano de la ingeniería social y de servicios secretos…; esto es el “pan nuestro mundial de cada día” que se corresponde a las recetas hegemonistas de “auto-recuperación”. Y el “Cambio Climático” participa en pleno de esta polifacética ofensiva:
En nombre de salvar al Mundo del Cambio Climático, el super-Imperio trata de dictar a terceros sus Tasas legales de emisión, mientras él consigue apropiarse las Cuotas de un mosaico de países dependientes con vistas a incrementar la propia cuenta estadounidense de permisividad contaminante. En algunos casos, a los Estados Unidos les basta con comprar cuotas, operando con la ruina económica de esos países como la mejor Ley del Embudo posible (habiendo generado la necesidad, el super-Imperio genera la necesidad subsiguiente de vender “derechos”). En otros casos, los Estados Unidos fijan esas cuotas terceras a cambio de su soporte financiero, militar y de “contra-insurgencia”. Otras veces, usan la amenaza (variada: jurídica de sanción, de bloqueo, etc.).
Y ese acopio -esa centralización del Potencial de producción-, ¿para hacer qué?: ¡la mayoría de veces, nada!. Pues los compradores monopolistas estadounidenses en esos mercados “ecológicos”, son incapaces a la hora de aprovechar por sí mismos este potencial, que permanece inerte (aunque esto forma también parte, en definitiva, de esta misma estrategia política: secuestrar potencial productivo soberano de terceros aunque sea para poner a este potencial “en stock”).
Por otra parte, debe ser señalado que, aun contando su notable deflación productiva, los Estados Unidos siguen ocasionándole al Mundo una agresión medioambiental -cuantificada con el indicador de “Huella ecológica”- incomparablemente superior a la que suman juntas aquellas Potencias productivas peor manchadas de mala prensa (China, Rusia, Japón, India).
Poco importa la realidad: cuando se dispone de mecanismos políticos e instituciones “internacionales” para hacer lo que a uno le da la gana, el exceso con que se sobrepasa el límite de Cuota anual puede ser “desplazado” a voluntad hacia el año siguiente, siendo restado de éste. La misma treta puede repetirse consecutivamente sin penalización, de modo que se promete compensar el exceso acumulado de polución, aceptando una permisividad menor “el año que viene”…, ¡y así sucesivamente!. “Vuelva usted mañana”.
Incluso si, pongamos por caso, imaginamos como 100 la Cuota USA en 2010, y la agresión ambiental de USA para ese año pongamos que fue de 200 (de modo que, aun cargando ese sobrante a 2011, ello implicaría que no puede contaminarse ese año: Cuota de 100 en 2011 – Sobrante de 100 desplazado a 2011 = 0), tanto da a fin de cuentas: puede acumularse el cómputo y postergarse todo junto (agregado) al 2012…, o a cuando se considere, hasta que, llegado al año clave, se solicite una nueva prórroga, que será otorgada en el fondo por los mismos hegemonistas solicitantes. Por esos derroteros, la famosa fecha de sub-uso en el umbral de Cuota, que debe compensar a la postre toda la trayectoria de super-uso, se convierte poco menos que en Mito. Los Estados Unidos juegan así, relajadamente, a lo que podemos designar como “especulación ecológica”.
Genocidio controlado, neo-malthusianismo y particularismos conservacionistas de la “multi-diversidad”
Todo este “clima de opinión y sensibilidad” referido al pronto advenimiento de un Apocalipsis ígneo o neo-glacial (según uno u otro departamento de “científicos”), es creado así mismo para dar “sustento” a la idea nihilista de que “somos un cáncer para el Planeta y para la vida, y somos demasiados”. Así que los Think Tanks del Hegemonismo (más todos sus faranduleros, “cantantes” y “artistas” líderes de masas) están hablando ya de “mal menor”: genocidios “bajo control” (bajo el suyo) con objeto de “garantizar el desarrollo sostenible”, “la sostenibilidad”, “el futuro”, así como para dar “oportunidades contra la pobreza” (por el camino de “reducción” de pobres).
Esta última Ratio exterminadora inscrita en las líneas de mano del monopolio capitalista, se muestra envuelta tras la atemperada cortina “científica” y “racional” de neo-maltusianismo. Cortina que ondea con insultante “realismo” una vez que el ciudadano ya ha aceptado como pétreo fetiche a esa misma Matriz de escasez y miseria que luego viene a diseñar “genocidio controlado” para extirpar el “índice sobrante” de población. Demografía -con su fardo de “pesadas e in-sobrellevables necesidades”- supuestamente depredadora y amenazante para “la continuidad vital y las perspectivas de Bienestar humano”.
Mientras el Hegemonismo causa morbidez deliberada en el agua a fin de alcanzar “la armonía entre las Tasas de Mortalidad y Natalidad”, que ha de permitirle proseguir con su sistema salvaje “en concordancia a los techos de demografía”; mientras el Hegemonismo corrompe la comida, diseca químicamente terrenos y campos; mientras sus bombas de uranio irradian y mutan nefastamente a un Pueblo tras otro en Irak, Yugoslavia, Afganistán, Libia…, el propio Hegemonismo nos conciencia del “Cambio Climático” y de “nuestra culpa, sucia, grandísima culpa”. El Hegemonismo esconde a la Muerte -se esconde a sí mismo- tras espectaculares ropajes fluorescentes. Estrambóticos ropajes que nos imploran por la pureza atmosférica y contra un fantasmagórico “calentamiento global” (pues es contextual) aposentados desde esas Dependencias e Instancias que convierten la Tierra en infierno. Ellos -nuestros asesinos- nos “alertan” respecto de nosotros mismos, pero en este punto se hace interesante recordar la respuesta que Mao diera al “pragmatismo” ideológico de control de natalidad:
“Toda persona nace sobre la tierra con un estómago y dos manos para alimentarlo. ¿Dónde puede residir, entonces, el problema?”. Por supuesto, el problema reside en un sistema voraz de ordenación imperialista mundial en guerra abierta con la vida a fin de reproducirse a sí mismo y al modo específico de “vida” social reproducida consigo mismo (“vida” social alienada de lo que pudiera ser cubrir necesidades a través de su propia actividad objetiva consciente).
Por lo demás, es prioritario que la biliosa maquinaria de culpa funcione proyectándose “hacia afuera”, enemistando a las ciudadanías brasileñas, rusas, sudafricanas, ecuatorianas, bolivianas, chinas o indias con “la gris proliferación industrial” y sus apocalípticas calamidades. Y tanto más si los “pérfidos fabricantes” no cumplen “con la Legalidad internacional” en materia de filtros y vertidos.
O de eso acusa por lo menos el Hegemonismo en sus “informes”, enmascarados con el fragante “más allá del Bien y del Mal” al que aún huele para tantos el sello de “la ONU” o del “tejido civil no-gubernamental”. Con apremio se pone, la ingeniería social, a buscar sembrar en esas latitudes una “juventud de sensibilidad ecológica” aquejada, en su sentido de la estética, de la fealdad fabril, y siempre dispuesta a marchar o a ocupar plantas “to save the Planet”.
Preservar la virginidad del “Amazing Planet” parece ser “lo obvio” pensando en “el no-occidente”, aunque tal pureza prístina aparezca recorrida y rebozada por cementerios millonarios de tugurios de miseria. Ya nos lo rezan claro los variopintos marcos “teóricos” particularistas dentro de la “Ciencia Social” -Antropología, Sociología, Ciencias Medioambientales, Ciencias Políticas…- dominante en postmodernidad: la tecnología, técnica, inversión en innovación, los humos, las fábricas, la producción masiva, el “consumo”…, son feo distintivo “de occidente”, contra cuyo mimetismo mundial galopante ha de luchar todo buen ser humano respetuoso de “la multi-diversidad” (en común dependencia y miseria con raíz compartida de in-producción material).
¡Y a “conservar la diferencia cultural”!, salvo, claro está, si el tramo productivo fabril, la mina o el yacimiento que aprisiona a “la alteridad” es de propiedad y Capital occidentales. En ese caso último basta con derramar lágrimas de cocodrilo ante la fatal imbatibilidad del “crecimiento expansivo”, y conformarse con que al menos tanto prosaísmo exportado sea en aras del Progreso: coordenada donde los denostados “consumo” y “mentalidad de consumo” se vuelven “relativo acceso a bienes y a cuotas de Bienestar”.
Las cartas de la discordia científica
Recientemente, parte de la “comunidad” científica amanecía indignada por lo que varios científicos consideran fraude premeditado tras “estudios”, datos e indicadores alusivos al “gran y fatal cambio”. Esta indignación se revelaba en mails e intercambio de cartas formando parte de “cables” -o leaks– celosamente guardaditos, en nombre del secreto profesional, por los Padrinos promotores del “mundo académico y de la investigación”, pero que han llegado a ser objeto de filtro y así de trascendencia “pública”.
Sirva este último apunte de “aviso a navegantes” escandalizados por ver en éste y otros textos “Pecado de negación de La Ciencia”. Se trata de todo lo contrario, y en tal sentido las fisuras se han prodigado en el regazo científico mismo, siendo la lucha de los disidentes lucha en nombre de “la Ciencia” y atenta a su Método. La mayoría de estas voces de ciencia no niegan la existencia de cambios (por lo demás sensiblemente perceptibles), pero sí la inserción de estos en una narrativa operesca asentada sobre tres ideas-fuerza:
1ª. Prospectiva de progresividad: El ascenso de temperaturas habría de estar componiendo una trayectoria ascendente en la senda al derretimiento colectivo o a la fatal inundación. Otros científicos, estadísticas en mano, sitúan el significado en ciclos o intervalos, sean de onda larga o de onda corta; una especie de “Eterno Retorno” histórico de intensificación y atemperamiento alternantes. Lo que protagonizaría el cambio serían los altibajos, las “sorpresas” estacionales (a-tipicidad estacional de fenómenos) y en definitiva la mayor incertidumbre meteorológica, contrariamente una supuesta “certidumbre de superior calor sostenido por meses e invasivo de estaciones antes no-cálidas”).
2ª. Globalidad: El cambio ecosistémico y el calentamiento poseerían dimensiones globales. Pero otros científicos niegan que el espacio Natural mundial se esté uniformizando, hecho que sí sería un reflejo (y a la vez, causa en dialéctica) respecto de paulatina homogeneización climática. No se niegan las desertizaciones, pero son eso -pluralidades contextuales-, y no “La Desertización”, lo que por otra parte debe evitar confundirse con la real “desertización” de espacios y ecosistemas por la mano activa del capitalismo (deforestación, gigantescos incendios, etc.). Esta contextualidad vale, por ejemplo, para fenómenos ciertos como la prolongación en el tiempo de veranos e inviernos diluyéndose los “entre-tiempos”, o como el enfriamiento nocturno y el calentamiento diurno en territorios influenciados por desertizaciones internas o adyacentes (sin ir más lejos, España).
3ª. Sentido objetivo de cambio radical perceptible en la brusquedad de los indicadores: Pero otros científicos ponen en entredicho los datos tipo “el día más caluroso del siglo”, o bien niegan al menos su representatividad en puesta en trayectoria, a la vez que señalan cómo unos datos punta pueden contrastarse con otros datos punta en sentido adverso a la debacle, tipo “el mes de junio más suave y templado del último cuarto de siglo”. Otras aportaciones de datos niegan que las subidas estén siendo cualitativas, de un modo en que indicarían el advenimiento o la producción de cambios cualitativos; lo que sí habría es un desorden (respecto del marco climatológico de referencia) así como una multiplicidad de fenómenos acaecibles en umbrales temporales más anchos y menos rígidos (“desdibujamiento de identidades climáticas”).
De todos modos, en lo que se refiere a climatología los datos aislados o atomizados son mucho menos informativos que los datos agregados, y por lo visto estos últimos muestran -en mayor notablemente proporción a la que se cree- el hecho de que los desequilibrios parciales van compensándose entre sí en una especie de resultante total de mayor equilibrio. Por ejemplo: los altibajos y contrastes entre picos de pluviosidad son impactantes, pero esto coexiste con que la Media de pluviosidad guarda equilibrio ecosistémico, sin importar, a esos efectos, el que se trate de una Media más dispersa que en el pasado entre mínimas y máximas.
¡DoubleDanger!: Des-sujeción al petróleo y rupturas de la caduca centralización unipolar sobre el comercio armamentístico
Por último pero no de menor importancia, este paradigma de “Cambio Climático” está promoviendo una “crítica” parcial sobre “lo nuclear”, con objeto de evitar que el desarrollo industrial ajeno devenga con firmeza independiente respecto de las políticas del petróleo tanto como del petro-dólar.
Los dobles raseros usados en torno a este punto son obvios: las “democracias” (imperialistas) y sus lacayos concentran la arrasadora mayor parte del volumen energético nuclear mundial, mientras cualquier competencia conquistada por Pueblos que luchan contra su propia dependencia, es un movimiento etiquetado de “peligroso”, “sospechoso” y “desestabilizador” (y así es…, para los intereses monopolistas). Sin ir más lejos, desde sus mismo inicio Green Peace fue obteniendo soporte financiero de Rockefeller y de “las Siete Hermanas” conformadoras del monopolio petrolero estadounidense.
Como no podría ser de otra manera, armas y arsenales ocupan también el centro de este punto de mira salvacionista secular: la máxima es que todo arsenal debe continuar siendo producido y acumulado por los mismos de siempre, a fin de denegarle al Mundo cualquier oportunidad de obstruir el monopolio y la Dictadura que éste implica. Así pues, el Mundo queda sobre sus rodillas en forzado “amén” a la Ley del más fuerte. Pero, paralelamente, el desarrollo del comercio en materia de Defensa y la firma de contratos está reflejando un desarrollo en materia de unificación entre disidencias nacionales y de cooperación, tanto como refleja cómo las independencias políticas están portando, anexas a ellas, alternativas productivas en apertura.
Por esta razón -dar respiración asistida a esa sangrienta, asesina Ley del más fuerte-, Amnistía Internacional se haya en Campaña imperialista “contra la no regulación internacional del tráfico armamentístico”. En “virtud” de esas “filantrópicas” reglas, Sudáfrica, Siria o cualquier otro país en el futuro deberían ser privados de aptitud de respuesta…, a no ser que se convirtieran a satélites bien metidos dentro de la cartera monopolista y así empezaran a aparecer -”a pesar de sus faltas”- en los Rankings oenegeros “de democracia y voluntad de pacificación”. Tal y como figuran India, Colombia, Israel, Túnez, Turquía, Indonesia, Filipinas, Corea del Sur o Egipto, “imperfecciones en desarrollo y auto-superación” aptas para ser benditas y armadas hasta los dientes por los Directores de esos “pacifistas”, “en pro de la paz y el equilibrio mundiales”.
Tamer Sarkis Fernández para DIARIO UNIDAD
El cambio climático de origen antrópico es un hecho innegable desde el punto de vista científico. Otra cosa es que se manifieste de maneras distintas según los lugares de planeta y que seamos o no capaces de predecirlos con modelos teóricos más o menos fiables. La derecha neoconservadora lo niega (Rajoy al frente) porque rompe el paradigma del crecimiento continuo sin límites y pone en cuestión al propio capitalismo, por eso resulta extraño que se le cuestione desde la izquierda cuando las grandes corporaciones petroleras mundiales están jugando ese mismo papel y son las que están financiando estudios mercenarios para echar abajo las tesis conservacionistas para su propio beneficio. Algo muy distinto es que los países aprovechen para evadir sus obligaciones, compren derechos de terceros o que el lobby nuclear trate de aprovecharse, pero los niveles de CO2 están ahí, las gráficas no mienten y el consumo de petróleo nos está llevando a una situación insostenible. EEUU es quien está incumpliendo y bloqueando los acuerdos mundiales, no quien los está instigando e imponiendo a otros. Por favor, un poco de seriedad y rigor.
Es cierto que la maquina climática es muy compleja, que vivimos en un periodo interglaciar cuaternario y la glaciación volverá tarde o temprano, entran en juego el eje de la tierra, las corrientes marinas, la deriva continental y fuerzas infinitamente mayores a las que podemos controlar, pero en periodos cortos de tiempo somos capaces de armas un pifostio de enormes dimensiones, como el que ya se está liando. No podemos jugar al inmovilismo para hacer perdurar los esquemas del capitalismo y las multinacionales que nos han llevado a esta situación, todo lo contrario. Nuestros aliados no pueden ser esos.
Decir que el cambio climático no existe entiendo que es una simplificación, el cambio climático es permanente en la historia geológica del planeta. El clima camba tanto a escala geológica, como el tiempo a escala humana. Si se pretende enunciar que la actividad industrial no puede alterar el clima, esa ya es otra cuestión. Toda la comunidad científica está de acuerdo en que los cambios se están acelerando desde que se tienen series de mediciones, la duda —de algunos— radica en vincularla a la emisión de GEIs o a otras causas más naturales. Estoy con fosforito cuando dice que los negacionistas provienen del bando imperial y de los mayores contaminantes. Reconocido es lo que hizo la administración Bush de esconder fotos satélite que demostraban el derretimiento de los polos, o las conspiraciones coordinadas de las grandes multinacionales para provocar dudas entre la opinión pública y los medios de comunicación pagando a supuestos expertos para intoxicar. Lo del primo de Rajoy tuvo su gracia y es de sobra conocido. Aseguradoras, automoción, petroleras… son los grandes beneficiados de que el tema no se mueva. Otra cosa son los intentos de algunos países poderosos para monopolizar los recursos y evitar que se suban al carro del desarrollo terceros países usando como excusa el problema de las emisiones, pero ahí están ellos en las conferencias mundiales para defender sus intereses en bloque y nosotros para denunciarlo.
Aquí nos hicimos eco del fracaso de la Cumbre del Clima de Copenhague por culpa de EEUU, justamente porque no quiso asumir los compromisos que le correspondían como país súper contaminante: http://www.bitsrojiverdes.org/wordpress/?p=3571
los republicanos (y los demócratas) siempre han defendido que el cambio climático es un freno a su soberanía y al crecimiento, por eso se oponen a cualquier tipo de acuerdo y no paran de sabotear las cumbres mundiales que lo comprometan. No están interesados realmente el solucionar el problema, son el problema y son el origen principal del cambio climático
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