Con esta duras palabras un moderado de Hamas, Ghazi Hamad, ha calificado a Israel tras la matanza de 19 civiles, en su mayoría mujeres y niños en los ataques contra la aldea de Beit Hanun tras producirse una retirada táctica sin haber logrado ninguno de los objetivos que se marcaron o que sirvieron como excusa para esta nueva razzia criminal: la liberación de Gilad Shalit y la detención del lanzamiento de misiles de juguete contra suelo hebreo.
Lo que hace gracia es que, tras las reacciones del mundo y de la opinión pública, la banda terrorista conocida como Israel haya lamentado su última tropelía y haya anunciado una investigación. Sin embargo no ocurre lo mismo cuando la UNICEF denuncia el asesinato de más de 100 niños en lo que va de año o cuando todos los días matan a civiles inocentes. Es sólo cuando esos inocentes mueren de una sola vez cuando los terroristas de estado —con la boca pequeña— anuncien medidas para investigar lo sucedido.
Desde luego no es de extrañar que cada día que pasa más y más gente en todo el mundo coincida con las palabras de Hamad. Israel está demostrado que es un estado ávido de sangre, que carece de principios morales o éticos, que desprecia la legalidad internacional, los tratados más elementales del derecho humanitario, que no les importa acabar con mujeres ni niños para ejercer sus planes de latrocinio y de apropiación de las tierras y recursos de sus vecinos. Es una vergüenza para la Humanidad. Si no son capaces de vivir en paz con sus vecinos, la comunidad internacional debería plantearse la desaparición del estado racista, nazi y asesino de Israel, uno de los focos de desestabilización más importantes de todo el mundo. Eso es lo que están logrando con sus acciones criminales continuadas, el repudio más absoluto. Israel es el mayor enemigo para los judíos de todas partes, así lo reconocen muchos hebreos progresistas e incluso muchos religiosos ortodoxos. Deben ser conscientes de que se les está acabando el tiempo, o firman la paz o estarán abocados a una futura y segura desaparición.
Me parece una estúpidez, como todo lo que mana de la ira, por muy justificada que ésta esté. Ahora los israelitas, que piensan lo mismo de los palestinos pero tienen infinitamente más poder para llevar a cabo sus planes, utilizarán esa declaración para legitimar sus próximas matanzas de niños. La derecha internacional hablará de legítima defensa, la izquierda de genocidio, las palabras se las llevará el viento mientras la ONU y Europa se cruzan de brazos y al final saldrán perdiendo los de siempre, los débiles.
En fin, un pasito más en esta espiral infinita de maldad que sólo terminará si la razón se impone en ambos bandos de manera que unos y otros olviden a sus muertos para no sacrificar a más vivos, y cumplan las resoluciones internacionales que incumplen amén de llevar a sus dirigentes criminales ante la justicia.
Espero que nunca lo necesite este «moderado» Gazi Hamad
http://www.haaretz.com/hasen/spages/797919.html