En vez de volcar los esfuerzos tecnológicos y legislar sobre estándares abiertos, en vez de migrar a software libre en la administración, en vez de potenciar la investigación informática local, en vez de colaborar en proyectos de código abierto, en vez de trabajar por la neutralidad tecnológica… el gobierno de izquierdas de Chile ha dejado el futuro de la informática en el país y la alfabetización digital en manos de una sola empresa cuyas decisiones se toman a miles de kilómetros. Ayuntamientos, centros educativos o firma digital se controlarán desde Redmond en una cesión de soberanía sin precedentes que pudiera traer problemas en un futuro nada lejano teniendo en cuenta la desastrosa solvencia técnica de Microsoft o casos parecidos en la región –¿recuerdan el golpe petrolero en Venezuela y qué sucedía con los ordenadores de PDVSA que se manejaban o monitoreaban desde EEUU?–. Ese, entre otros, es el riesgo que quieren evitar personas que han montado el Movimiento de Liberación Digital chileno al que deseamos el mayor de los éxitos.