Esta vez sí que le han dado a Bush en plena línea de flotación. Ahora le ha tocado dimitir a su íntimo amigo Alberto Gonzales, fiscal general de los EEUU –algo así como el ministro de justicia y parte del de interior juntos–, colaborador estrecho del presidente desde los tiempos tejanos, quien no ha podido soportar la presión política y mediática y ha decidido retirarse de la primera línea de fuego en la que se había situado escándalo tras escándalo. Sigue pues los pasos de varios de los más granados nombramientos del presidente procedentes del entorno del mundillo neocon y siocon de Washington como Rove, Rumsfeld, Bolton, Powell o Wolfowitz.
El currículo de Al es impresionante, básicamente es el padrino de todas las medidas tomadas para recortar derechos individuales con la excusa de la lucha contra el terrorismo. La definición de «combatiente enemigo» para despojar de derechos a los prisioneros de guerra enemigos es invención suya y de su equipo. Es responsable de la legalización de la tortura en el sistema judicial gringo en general y en Guantánamo e Irak en particular, en su defensa no ha dudado en manifestar en ocasiones su desprecio por la Convención de Ginebra y el respeto a los Derechos Humanos.
Fue asimismo el ideólogo del espionaje ilegal a sus propios ciudadanos sin mandato judicial y de las leyes para bendecirlo una vez que pillaron al FBI con las manos en la masa. Pero la gota que ha colmado el vaso de la dimisión es la depuración de varios fiscales por no comulgar con los ideales políticos del partido republicano –y de paso despejar el camino a nuevos fraudes electorales– algo muy criticado en USAmérica porque el puesto de fiscal general debe llevar aparejado cierta carga de independencia política y neutralidad, al menos formalmente.
Actualmente estaba inmerso en la facilitación de la aplicación de la pena capital mediante la limitación de la posibilidad de recurrir a los reos del corredor de la muerte, buscaba algo así como ejecuciones exprés para ahorrarle unos dólares a la administración en manutención y alojamiento de los que esperan la silla eléctrica o la inyecci´on letal. Un verdadero angelito, eso sí una persona decente, devota de su familia y muy religiosa. Como otras veces he dicho, descanse en paz. El mundo, sin duda, también lo hará.
¿Algo optimista el tono? Muy adecuada la descripción del personaje, y sin embargo el linchamiento público en Estados Unidos no lo está recibiendo él. Las portadas de los medios de masas están mucho más entretenidas con el triste espectáculo que están haciendo del caso Vick. El mensaje socio-cultural que se esta reafirmando es desafortunadamente claro.
Hombre Daniel, aunque no vaya a cambiar nada siempre es una alegría que se marche alguien así de la vida pública, en cuanto a la prensa gringa ya la conocemos de sobra, Chomsky nos la diseccionó magistralmente hace varios lustros en su famoso ensayo…
Tampoco es mucho mejor la prensa española ni la derecha conservadora dura de este país.
¿A que se espera a pedir la dimisión de Acebes?
Si el PP no está completamente igual que los neocon estadounidenses es porque sería impopular en este país y contraproducente en sus relaciones con otros partidos de derecha europeos.