¡Viva el Mal! ¡Viva el capital!

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Estaba leyendo artículos sobre Educación para la Ciudadanía y me ha venido a la mente la proclama favorita de la bruja avería. Y es que a falta de serpientes de verano, la derecha mediática y política han fabricado su propio monstruo del lago Ness para mantener la pulsión opositora vistos los varapalos que provoca exprimir permanentemente a ETA. Y para ello nada mejor que recoger un tema que vuelva a unir sotanas y birretes con camisas azules nostálgicos de marcha callejera perdida para calentar un fresco verano hasta llegar a un otoño caliente.

Llevo un par de días de viaje teniendo que coger frecuentemente taxis y, como es sabido, el gremio es terreno abonado para la derecha. Así que no he tenido más remedio que tragarme trozos de debates matinales que, invariablemente, versaban sobre la nueva asignatura que tanto ha molestado a los cristofrikis patrios. Los argumentos absolutamente peregrinos, mezclando churras con merinas todo el tiempo. Los llamados a la objeción de conciencia a padres y profesores me esbozan una sonrisa y me traen recuerdos lejanos de la lucha contra la mili obligatoria, ¡cómo se desvirtúan los términos!

El argumento más serio, más de peso de la caverna es que en los temas de la moral el estado debe dejar a los padres y a los religiosos todo el protagonismo sin pretender adoctrinar desde las escuelas con pseudocatecismos. ¡Aviados estamos! Media vida trabajando en educación ambiental y a ratos en educación para la paz desde ámbitos formales y no reglados para que me digan que en los temas relativos a la conciencia (según se desprende de la acepción de la RAE) les debemos dejar el paso a los curas. Quizá en la Edad Media podría ser, pero no en el siglo XXI. La iglesia no tiene respuestas para todo ni puede tenerlas. Es una institución anclada en el pasado, a veces en posturas preindustriales y con un grado de hipocresía brutal. ¿Qué moralidad pueden enseñar los curas pederastas? ¿y los curas homosexuales que abominan de puertas para fuera del armario de la homosexualidad? ¿y de ese odio que profesan al cuerpo humano? Más bien poco. ¿Y esos liberales ultras o neocons que apoyan guerras o genocidios como los de Irak, Afganistán o Palestina? Nada de nada.

Como profesional de la Educación Ambiental nunca he sido partidario de convertir una materia transversal en asignatura reglada, más que nada porque la propia transversalidad implica que sus enseñanzas deben impregnar a todas las materias. Al final la triste normalidad es que se quedaran huérfanas o restringidas a la celebración de los días mundiales de…, a alguna campañita institucional y poco más. No obstante, ciertas corrientes pedagógicas modernas con base en Francia –y por el momento sin apoyo institucional– van planteando la escuela y la educación del futuro de una manera radicalmente distinta. Las materias tradicionales apenas si tendrían sentido alguno si no es por un uso concreto dentro de una especie de educación global para la ciudadanía. La escuela debe formar a personas para que sepan convivir en sociedad, que sean capaces de enfrentarse a los problemas derivados de nuestra forma de vida, desde conocer y elegir productos alimenticios, ropa o calzado hasta manejarse correctamente en entornos urbanos, incluyendo los administrativos y burocráticos, conocer las reglas que nos hemos dado para el funcionamiento de las sociedades (derechos, deberes, normas, leyes o la forma de cambiarlos) y un sin fin de aspectos de la cotidianeidad más absoluta.

El cálculo de derivadas e integrales no es, ni de lejos, mucho más importante que los temas que estoy comentando. Así que, aunque no creo que la asignatura de marras se integre en un nuevo currículo educativo tan transgresor, bienvenida sea Educación para la Ciudadanía y los Derechos Humanos y que al menos signifique el fin de la asignatura de religión en los centros públicos y concertados. Quien quiera educación religiosa que vaya a la iglesia, a la sinagoga o a una madrasa. A ver cuándo el PSOE es capaz de plantear el problema en sus justos términos.

Mas en los biTs en:Todos a colaborar con el mal, vivan los aquelarres! o Cuando los pastores son lobos

2 Comentarios

  1. Vamos a provocar un poco:

    Estoy hasta los cojones de la iglesia, de los curas, de los poseedores de la verdad abosulta, de los que se rasgan las vestiduras con una asignatura para ser mejores ciudadanos cuando han apoyado abiertamente y sin complejos la formación del espíritu nacional, de los fachas que van de demócratas de toda la vida (x ej. el sr. Rajoy), etc, etc, etc.

    Derogación inmediata de los acuerdos con la Santa Sede. Fin de los pagos del estado a la Iglesia para financiar a la COPE y otros nidos de fascistas. Que la Iglesia pague impuestos como todo hijo de vecino. Ley que prohiba los conciertos con colegios católicos. Que los curas se la machaquen con dos piedras en vez de violar a niños, etc, etc, etc.

  2. Sí, don Juanlu, esa es la madre del cordero desde el punto de vista racional: la iglesia católica se basa en principios de fe y en un armazón moral fuerte, pero es la reina en lo que se refiere a practicar el «haz lo que yo diga, no lo que haga». La solución es perfecta, porque han conseguido a lo largo de los siglos labrarse un gran prestigio en el orden moral, lo que les permite actual amoralmente con toda tranquilidad.

    Un saludo.

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