Deseo con todas mis fuerzas estar equivocado, pero todos los indicios apuntan a que, de celebrarse, la conferencia de paz impulsada por Bush va a ser un fiasco estrepitoso. Muchas son las causas que se podrán aducir, pero la más importante de todas es que Israel no quiere la paz con sus vecinos, sino la apropiación de más y más tierra palestina a la vez que persigue la limpieza étnica y religiosa de su particular y artificial estado. Aunque pueda parecer duro, no son palabras vacuas, los hechos, el día a día las corroboran e incluso las empequeñecen. Lo que desconozco es cómo podrá justificar Israel la pérdida de una oportunidad como esta ante la opinión pública mundial y quedar desprovisto de toda la parafernalia de eufemismos y agravios con la que se viste para practicar un lento genocidio y la apropiación de la tierra y el agua de los países circundantes.
La ocasión se pinta bastante propicia para un acuerdo. Abbas tiene el poder absoluto en Cisjordania a pesar de haber perdido las elecciones y está dispuesto –hasta cierto punto, claro– a seguir siendo un títere de EEUU e Israel. Hamas controla una Gaza en estado de sitio donde no tardarán en sucederse episodios de violencia instigados desde fuera y azuzados por el hambre y la miseria. Siria está deseando ser rehabilitada por EEUU y hacer una paz duradera con Israel a cambio de recuperar las tierras invadidas en la guerra del 67. Líbano, el sur, está controlado por una fuerza multinacional y Jordania y Egipto están absolutamente entregados a la política del imperio. Incluso la Liga Árabe en su conjunto está por la labor. ¿Por qué entonces Israel dice que no es el momento de alcanzar acuerdos?
Es bien fácil de adivinar. Israel necesita todavía más tiempo para apropiarse de lo que le interesa en Palestina. Y está corriendo para ello. Para empezar sigue confiscando tierras en los alrededores de Jerusalén para construir nuevos asentamientos y unirlos a los ya existentes en la ciudad santa, partiendo definitivamente Cisjordania en dos y haciendo inviable un futuro estado. Como dijo una portavoz de Paz Ahora:
>No nos cabe duda de que estas confiscaciones están ligadas con el plan en la E-1. El fin es integrar Maale Adumín en el Gran Jerusalén e impedir un Estado palestino viable
Si Israel persiguiera la paz, es evidente que este proyecto, congelado desde hace años por la presión internacional, no se habría puesto en marcha de nuevo. Lo mismo sucede con el muro de separación. Oficialmente se construye para evitar atentados terroristas, pero su misión real es la de apropiarse de una buena porción de Cisjordania y defender los asentamientos ilegales. Nadie en su sano juicio puede creer que si quieres llevarte bien con tus vecinos, estar agraviándolo día a día y poniendo las bases para robarle delante de sus narices puede ayudar en algo, sino más bien todo lo contrario. Se pretenda disfrazar como se quiera, la realidad es muy sencilla, sobre todo para los que la sufren a diario sin que les importen los equilibrios internacionales, el lenguaje diplomático ni demás zarandajas que revisten cual sucesivas pieles de cebolla el conflicto palestino. ¿Alguien puede explicar de otra manera la afirmación de que Israel no está preparada para la paz?
Rendidos ante la evidencia, ahora incluso Rice se ha apuntado al mantra de Olmert en el sentido de que no hay mucho que esperar de la conferencia de noviembre en Annapolis. Un Olmert acosado sólo puede salvarlo una declaración concreta con un calendario concreto en el que abordar todas las cuestiones que el derecho internacional le otorga a la Palestina ocupada y sus refugiados. Por el contrario, un Olmert salpicado de una derrota militar y escándalos de corrupción por doquier se apunta a aquella famosa frase de Rabin que decía
>Les haré negociar veinte años sólo para superar el primer paso
Y claro, a estas alturas del partido, por muy desesperanzados o atenazados que estén los palestinos por el hambre o la miseria, ya no cuela. Ningún líder puede presentar ante su pueblo un puñado de vaguedades como las que pretende Olmert y salir indemne del trance.
¿Qué puede esperarse pues de este nuevo fracaso? Un experimentado negociador de la zona y miembro del partido Meretz, Yosi Beilin pronostica en plan catastrofista el fin del mundo si no hay acuerdo de paz. Otros apuestan por una nueva y dolorosa intifada más sangrienta si cabe (en esta han muerto cinco mil palestinos, más de mil de ellos niños y alrededor de un millar de israelíes). Sea como fuere sólo cabría esperar un nuevo ciclo de violencia, la radicalización de los palestinos, el fortalecimiento de Hamas y el auge del terrorismo internacional. ¿Es eso lo que persigue Israel y EEUU? Es probable que Israel sí y se sienta muy seguro en esa posición a cambio de seguir expandiéndose, pero la supeditación de la política exterior norteamericana a los deseos del estado sionista sólo está poniendo en más aprietos a un imperio en declive.
Publicada en Rebelión y en WebIslam y la Oficina de Información Chileno Palestina
Egipto pide posponer conferencia sobre Medio Oriente que impulsa EEUU
Han publicado el artículo en la Red de Intelectuales y Artistas en Defensa de la Humanidad
Conferencia de paz en Oriente Medio, crónica de un fracaso anunciado…
Todos los indicios apuntan a que, de celebrarse, la conferencia de paz impulsada por Bush en Annapolis va a ser un fiasco estrepitoso….
Palestina y Oriente Próximo
25-10-2007
El improbable Estado palestino
Michel Bôle-Richard
Le Monde
Traducido por Caty R.
George Bush es constante en sus ideas. El 24 de junio de 2002, en un discurso que ha quedado para la historia, comunicó sus anhelos de ver el nacimiento de un estado palestino, expresó el deseo que éste pueda vivir “codo con codo, en paz y seguridad” con Israel y consideraba que ésa era “la clave para la paz”. Más de cinco años después, el 24 de septiembre, Bush, una vez más, repitió: “Apoyo formalmente la creación de un estado palestino y creo que la perspectiva de dos estados que viven uno junto a otro y en paz es posible”. Mientras tanto, esa famosa perspectiva de “dos estados” ha seguido siendo un vago sueño. No se ha visto ningún avance. Al contrario, la situación no dejó de deteriorarse y la perspectiva de crear un estado palestino “viable y continuo”, según la fórmula idónea, parece haberse alejado.
Hoy, cuando por fin ha comprendido que el conflicto israelo-palestino es una de las principales fuentes de tensiones en la región, la administración Bush decidió dar un acelerón al proceso de paz, en estado de letargo profundo durante siete años.
Desde su nombramiento al frente de la diplomacia estadounidense en enero de 2005, Condoleezza Rice viajó una buena docena de veces a la región. Desde el 14 de octubre lleva a cabo su séptima visita de 2007 con la esperanza de hacer que se muevan las posiciones. En julio Bush decidió convocar para noviembre una reunión internacional en Estados Unidos con el fin de reactivar los esfuerzos por la paz. Tras la toma del poder de Hamás el 15 de junio en la Franja de Gaza y el final de la experiencia del gobierno de unión nacional con Fatah, de nuevo era posible hablar con Mahmud Abbas, presidente de la Autoridad palestina.
Israel nunca ha sido favorable a la celebración de una conferencia internacional, pero el gobierno de Ehud Olmert difícilmente podría rechazarla. Sin embargo se ha hecho todo lo posible para minimizar su importancia, las autoridades israelíes precisan que no se tratará de una conferencia de paz, sino solamente de un punto de partida para fijar el marco de las negociaciones bilaterales entre Israel y los palestinos. Tzipi Livni, ministra de Asuntos Exteriores, remarcó, por lo que se refiere a esta cumbre, que era necesario fijar objetivos realizables.
Para Israel se trata sobre todo de una reunión internacional “con la participación, especialmente, de los países árabes moderados favorables al proceso de paz”. Lo que permitiría una aproximación con varios países árabes, y en particular con Arabia Saudí, pero sin abordar las cuestiones demasiado sensibles que pondrían en peligro el éxito de esta iniciativa. La ocasión de hacer una bonita foto de familia y mostrar buena voluntad sin entrar en el meollo de la cuestión. Lo que hizo decir a Amr Moussa, presidente de la Liga árabe, que Israel debía estar dispuesto “a pagar el precio de la paz”, mientras que el jefe de la diplomacia saudí, Saud Al-Faysal, destacó que el estado judío debía “demostrar su seriedad” y pidió que se interrumpan la construcción del muro y la colonización antes de la conferencia, con el fin de que Israel ilustre su buena voluntad.
Grandes incógnitas planean pues sobre esta reunión que podría celebrarse a Annapolis, cerca de Washington, pero cuyo orden del día no se ha fijado. Subsisten divergencias profundas entre las finalidades de Olmert y Abbas. El Primer Ministro israelí desea que se establezca un documento común e insiste en el hecho de que este encuentro internacional debe propiciar “la obtención del apoyo de la comunidad internacional promoviendo las fuerzas moderadas y a los estados que apoyan una solución pacífica con Israel”. En cambio Abbas considera que ya es más que hora de abordar las cuestiones cruciales: “Ha llegado el momento de crear el estado palestino independiente, con Jerusalén Este como capital, y vivir en paz y seguridad junto a Israel para que se acaben los sufrimientos que soporta nuestro pueblo desde hace seis decenios”, afirmó.
Cortina de humo
¿El abismo entre estos dos enfoques se salvará antes de noviembre? Las reuniones entre Olmert y Abbas no acercaron ambas posiciones. Tampoco consiguieron reducir los sufrimientos del pueblo palestino como prometió Olmert en la cumbre de Charm El-Cheikh el 25 de junio: “La libertad de movimientos de los palestinos se va a mejorar de manera significativa”, declaró; pero después no se ha desmantelado ningún puesto militar de control y se han instalado otros nuevos. El laborista Ehud Barak, ministro de Defensa, sólo propone suprimir 24 puestos de los 572 catalogados por la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas (OCHA) y además excluye la retirada del Tsahal de los territorios ocupados antes de cinco años, el tiempo que necesita para poner a punto un sistema de protección capaz de interceptar los cohetes que podrían lanzarse desde Cisjordania como ya es el caso desde la Franja de Gaza, declarada “entidad hostil” y cuyo bloqueo se ha acentuado. Se han liberado más de 340 presos durante los últimos meses, pero ¿a cuántos han detenido desde entonces?
Los cinco años que señala Barak serán suficientes para acabar la construcción del muro y que sigan creciendo las colonias -el tiempo de establecer hechos consumados que ratifiquen el mordisqueo constante y permanente de Cisjordania-. ¿Todavía será posible crear un estado palestino digno de este nombre? Cisjordania ya no es más que un territorio dividido entre cuyos intersticios se deslizaron más de 250.000 colonos mientras se mantiene a la población palestina en sacos cerrados.
Según la OCHA, más de un tercio de Cisjordania está ocupado por las colonias, las bases militares y las “reservas naturales”. Si se añaden las instaladas en Jerusalén Este, los colonos son 450.000 para aproximadamente 2,5 millones de palestinos. ¿La vuelta a las fronteras de 1967 que piden los palestinos, empezando por Mahmud Abbas que desea recuperar la superficie exacta de los territorios arrebatados en 1967, no se compromete? Cómo vamos a seguir hablando de un estado palestino viable y continuo, mientras la realidad demuestra que corre el riesgo de convertirse próximamente en una ficción a menos que los israelíes estén dispuestos a grandes sacrificios. Lo que parece lejos ser el caso.
La reunión promovida por Bush cada vez se parece más a una cortina de humo destinada a hacer creer que se avanza hacia una solución, mientras que sobre el terreno no hay ningún indicio que demuestre la existencia de una voluntad real de dar una oportunidad a la paz. Cuanto más pasa el tiempo más se aleja la posibilidad de un estado palestino.
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=58102
Original en francés: http://www.lemonde.fr/web/article/0,1-0@2-3232,36-967819,0.html
Michel Bôle-Richard es enviado especial del diario Le Monde en Gaza.
Caty R. pertenece a los colectivos de Rebelión, Cubadebate y Tlaxcala. Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, a la traductora y la fuente.
[…] Realmente nació muerto, Israel no va a firmar la paz hasta que no se quede con todo lo que le interese de Palestina, de Siria y de Líbano. Cuando acabe de robar lo que tiene en mente, entonces dejará las migajas para sus vecinos y las presentará como dolorosas concesiones propias de un estado magnánimo. Por lo pronto ha comenzado con Jerusalén, según cuenta Público, ya han retomado la construcción de nuevos pisos en el asentamiento ilegal de Har Homa, confiscado por la fuerza a los palestinos en los años 90. Evidentemente, el muro del apartheid sigue construyéndose sobre suelo palestino. Nada ha cambiado ni nada va a cambiar. Como anunciamos en su día en los biTs, Annápolis era la crónica de un fracaso anunciado, Abbas no debía haber participado, como tampoco ningún país árabe, en una pantomima destinada a mayor gloria de Bush y a arrinconar a Irán e incluso como interpretan algunos analistas, a consagrar el ataque de Israel al país persa a cambio de “concesiones” a la causa palestina. […]
[…] El partido de Yosi Beilin, también mencionado en los biTs por sus posturas pacifistas y de respeto al pueblo palestino. Es de lo poco presentable de la Knesset que pueda ser considerado […]
[…] sumisión, harto de promesas incumplidas (en menos de una semana debería haber un estado palestino, ¿recuerdan Annapolis?), harto de ser moneda de cambio de dirigentes corruptos, harto de ignominia. Mientras quede un […]